La predicción de la calamidad de la revuelta interna y la calamidad de la invasión desde el extranjero ha sido ahora probada como cierta. A la luz de esto, parece que las cosas corresponden al pasaje del sutra que dice: "Los merodeadores de muchas otras regiones invadirán y saquearán la nación, la gente sufrirá todo tipo de dolor y aflicción, y no existirá ningún lugar donde uno pueda vivir con seguridad".1
Todo el mundo estará en la misma situación en la que se encuentran ahora los residentes de Iki y Tsushima. Esto se debe enteramente a puntos de vista erróneos de las enseñanzas del Buda. Los puntos de vista erróneos de las enseñanzas del Buda significan una comprensión errónea de la superioridad relativa de la enseñanza de la Palabra Verdadera y la enseñanza del Loto. Mi crítica a la enseñanza del Zen y de la enseñanza del Nembutsu fue un paso preparatorio que condujo a la revelación de este asunto.
En China, debido al engaño y la ilusión de los tres maestros del Tripitaka, Shan-wu-wei, Chin-kang-chih y Pu-k'ung, la doctrina de la escuela T'ien-t'ai Lotus fue robada e injertada en el Sutra Mahavairochana de la escuela de la Palabra Verdadera. Al hacerlo, esos hombres encubrieron el corazón y el alma del Sutra del loto y la virtud del Gran Maestro T'ien-t'ai y, en consecuencia, China se arruinó.
En Japón, el Gran Maestro Jikaku designó el Sutra Mahavairochana, el Sutra de la Corona de Diamante y el Sutra Susiddhikara como los tres textos que garantizarían la seguridad de la nación y rechazó los textos que el Gran Maestro Dengyo había dicho que garantizarían la seguridad de la nación. A partir de este momento, surgieron doctrinas malvadas en el monte Hiei y, finalmente, el gobierno de la corte imperial llegó a su fin. Estas doctrinas malignas han llegado a Kamakura, donde de nuevo seguramente causarán la ruina de Japón.
Debido a que los puntos de vista equivocados del Gran Maestro Kōbō son tan absolutamente transparentes, no todos son engañados. Pero la interpretación del Gran Maestro Jikaku con respecto a los sutras del loto y del mahavairochana, que afirma que, aunque igual en términos de principio, el sutra del Mahavairochana es superior en términos de práctica, ya ha sido aceptada por hombres de amplia erudición. Entonces, ¿cómo es posible que la gente ignorante no tenga fe en ella?
A esto es a lo que se refiere cuando se dice que el Gran Maestro Jikaku, rezando fervientemente para decidir sobre la superioridad relativa de los sutras del loto y del Mahavairochana, se vio a sí mismo en un sueño disparando una flecha al sol. Pero, ¿no se debía esto a que un asura se había apoderado del Gran Maestro Jikaku y había disparado su flecha hacia el gran sol del Sutra del loto?
pág. 504¿Deberían el actual Monte Hiei y el pueblo de Japón aceptar esta enseñanza?
Si esta enseñanza fuera cierta, ¿en qué me diferenciaría yo de alguien que está tratando de arrojar a un lado el Monte Sumeru? ¿Deberían aceptarlo mis discípulos? Digo esto porque es la última vez. No debes guardarme rencor.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
El vigésimo día del undécimo mes
Al sacerdote laico Soja
Fondo
Nichiren Daishonin escribió esta carta a Soya Kyōshin, una seguidora de la provincia de Shimōsa, el vigésimo día del undécimo mes de 1274. Fue seis meses después de su llegada a Minobu. En el décimo mes, las fuerzas mongolas habían invadido las islas de Tsushima e Iki, y atacaron Kyushu, tal como lo había predicho el Daishonin. La razón de estos sufrimientos, señala el Daishonin, radica únicamente en un concepto erróneo generalizado sobre la superioridad relativa del Sutra del loto y los sutras de la Palabra Verdadera. Dice que tanto la ruina de China como el actual estado problemático de Japón pueden atribuirse a este falso punto de vista de que las enseñanzas de la Palabra Verdadera son superiores a las enseñanzas del loto. Este punto de vista dominó el pensamiento en el templo Enryaku-ji, el templo fundado en el monte Hiei para la protección de la corte imperial, y finalmente la corte imperial se volvió impotente. Ahora que este falso punto de vista se ha extendido a Kamakura, advierte el Daishonin, Japón se dirigirá de nuevo a la ruina.