Todos los ideogramas de este sutra, sin ninguna excepción, constituyen budas vivientes de la perfecta iluminación. Pero como poseemos la visión de los mortales comunes, los vemos como ideogramas. Por ejemplo, las entidades hambrientas perciben el río Ganges como fuego, y los seres humanos, como agua; a su vez, las deidades celestiales lo ven como amrita. Aunque el agua es la misma, tiene una apariencia distinta según la retribución kármica originada en el pasado.
Los ciegos no pueden ver los ideogramas de este sutra. Las personas comunes ven en ellos simples caracteres. Los practicantes de los dos vehículos los perciben como vacío. Los bodhisattvas los consideran un sinfín de doctrinas. Los budas reconocen en cada ideograma un Shakyamuni de oro. Este es el significado del pasaje que dice: «[Si uno puede mantener este sutra], estará manteniendo el cuerpo del Buda».1 No obstante, quienes practican con ideas distorsionadas destruyen esta preciada enseñanza. Simplemente cerciórese de aspirar a la tierra pura del Pico del Águila con corazón diáfano y sincero, sin pensamientos contradictorios. Una frase del Sutra de los seis paramitas2 enseña que uno debe ser maestro de su mente en vez de permitir que la mente lo domine. Le explicaré esto en detalle cuando lo vea.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el tercer mes, duodécimo año de Bun’ei (1275).
Al sacerdote laico Soya
Antecedentes
Esta carta fue escrita en Minobu a Soya Kyoshin, creyente que vivía en la aldea de Soya, distrito de Katsushika, provincia de Shimosa. Soya Kyoshin se convirtió a las enseñanzas del Daishonin alrededor de 1260 y llegó a ser uno de los principales seguidores del área, junto a Toki Jonin y a Ota Jomyo. Más adelante, recibió la tonsura, y el Daishonin le concedió el nombre budista de Horen Nichirai.
Aquí, Nichiren Daishonin insta a Soya Kyoshin a recitar, en su práctica diaria, una parte del capítulo «Medios hábiles» y la parte en verso del capítulo «Duración de la vida», dos capítulos p.510esenciales del Sutra del loto. También afirma que cada ideograma del Sutra del loto es, en realidad, un buda viviente de suprema iluminación. Por ende, mantener y recitar este sutra significa mantener el cuerpo del buda; es decir, lograr la Budeidad con la forma que uno posee.