Al examinar [el Sutra del loto], vemos que los que nazcan en esta tierra y crean en dicho sutra cuando este sea propagado en el Último Día de la Ley, serán objeto de odios y de envidias más graves que los que hubo en los tiempos de El Que Así Llega. Pues, en aquella época, el maestro que enseñaba y convertía al pueblo era el Buda, y sus discípulos eran grandes bodhisattvas y arhats. Además, el Buda expuso el Sutra del loto sólo después de haber instruido y preparado a los seres vivos que debían escucharlo, entre los cuales se contaban los seres humanos y celestiales, las cuatro clases de creyentes y las demás criaturas no humanas; por ejemplo, las ocho clases de seres. Así y todo, muchos albergaron celos y aversión.
Ahora, en el Último Día de la Ley, aunque la enseñanza, la capacidad del pueblo y la época de la propagación concuerden, debemos esperar una hostilidad mucho mayor, pues es la época en que prevalecen las peleas y las disputas, y en que la Ley pura se oscurece y se pierde.1 Por otro lado, el maestro es sólo un practicante común y sus discípulos provienen de la población sujeta a la maldad y manchada por los tres venenos. Por tal razón, la gente se aparta del buen maestro y se relaciona con mentores perversos.
Lo que es más, cuando uno decide ser discípulo o seguidor laico del devoto que practica el verdadero Sutra del loto de acuerdo con las enseñanzas del Buda, se expone a enfrentar tres clases de enemigos. Por lo tanto, desde el mismo día en que escuchen [y adopten la fe en] este sutra, prepárense totalmente para afrontar las grandes persecuciones de tres clases de adversarios que, con toda seguridad, serán más terribles ahora, tras la muerte del Buda. Mis discípulos ya habían escuchado esta advertencia, pero, así y todo, cuando tuvimos que hacer frente a hostilidades pequeñas y grandes, algunos se sintieron tan aterrorizados y sorprendidos que abandonaron la fe. ¿Acaso no se lo advertí de antemano? He venido enseñándoles, día y noche, las palabras textuales del sutra que dicen: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».2 No tenían ningún motivo para atemorizarse al ver o escuchar que me expulsaban del lugar donde vivía, que me herían o que, por haber provocado la ira de las autoridades, dos veces me desterraban a provincias remotas.
Pregunta: Los devotos que practican de acuerdo con las enseñanzas del Buda «disfrutarán de paz y de seguridad en esta existencia».3 ¿Por qué, entonces, a usted lo atacan los tres enemigos poderosos?
Respuesta: El buda Shakyamuni enfrentó nueve grandes pruebas a causa del p.413Sutra del loto. El bodhisattva Jamás Despreciar, de manera similar, fue atacado con palos, lajas y piedras. Chu Tao-sheng fue expulsado a una montaña en Su-chou; Fa-tao, maestro del Tripitaka, fue azotado en pleno rostro, y el honorable Aryasimha fue decapitado. El gran maestro T’ien-t’ai sufrió la oposición de las tres escuelas del sur y las siete escuelas del norte [de la China], y el gran maestro Dengyo fue odiado por las seis escuelas [de Nara]. El Buda y estos bodhisattvas y grandes venerables fueron todos devotos del Sutra del loto y, sin embargo, tuvieron que enfrentar grandes persecuciones. Si niegan que ellos hayan practicado de acuerdo con las enseñanzas del Buda, ¿dónde encuentran, entonces, gente que lo haya hecho? Esta es la época de conflicto en la cual se pierde la Ley pura. Además, en este país malvado el gobernante, sus ministros y hasta la gente común, sin excepción, viven mancillados por el mal. Se han opuesto a la enseñanza correcta y, en cambio, adoptan doctrinas y maestros erróneos. Por tal razón, los demonios han invadido el país en tropel provocando el estallido incesante y continuo de las tres calamidades y los siete desastres.
¡Realmente, es una época nefasta para vivir en esta tierra! Sin embargo, el Buda me ha encomendado nacer en esta era, y me es imposible contradecir el deseo del Rey del Dharma. Así, como dicta el sutra, he iniciado la batalla entre las enseñanzas provisionales y la verdadera. Vestido con la armadura de la resistencia y blandiendo la espada de la enseñanza prodigiosa, he izado el estandarte de los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo, corazón de los ocho volúmenes del Sutra del loto. Entonces, tensando el arco de la declaración del Buda que dice «todavía no he revelado la verdad»,4 y calzando la flecha de «descartar honestamente las enseñanzas provisionales»,5 he subido al carruaje tirado por el gran buey blanco6 y he derribado las puertas de las enseñanzas provisionales. Primero ataqué a una y, luego, a otra, hasta refutar a los oponentes de las ocho y de las diez escuelas, como Nembutsu, Palabra Verdadera, Zen y Preceptos. Algunos huyeron al instante, otros retrocedieron e incluso hubo quienes, una vez cautivos, decidieron ser mis discípulos. Yo sigo repeliendo sus ataques y venciéndolos, pero existen legiones de contrincantes que se oponen al único Rey del Dharma y al puñado de personas que lo siguen. De modo que la batalla prosigue hasta el día de hoy.
«El Sutra del loto es la enseñanza del shakubuku, la refutación de las doctrinas provisionales».7 Fiel a la letra de esta declaración de oro, por fin hasta el último de los creyentes de las enseñanzas y escuelas provisionales será vencido y se unirá a las filas del Rey del Dharma. Llegará el tiempo en que toda la población abandonará las diversas clases de vehículos y adoptará el vehículo único de la Budeidad, y la Ley Mística florecerá en toda la tierra. Cuando todas las personas entonen Nam-myoho-renge-kyo, el viento dejará de azotar y doblegar las ramas, y la lluvia ya no romperá los terrones del suelo con violencia. Entonces, el mundo será como lo fue en tiempos de Fu Hsi y de Shen Nung.8 En su actual existencia, la gente se verá libre de desastres e infortunios, y aprenderá el arte de la longevidad. Comprendan que llegará la época de revelar la verdad de que tanto la persona como la Ley son eternas e imperecederas. No puede haber la menor duda acerca de lo que promete el sutra: «paz y seguridad en esta existencia».
Pregunta: ¿Cómo debería uno practicar para ser fiel a las enseñanzas del Buda?
Respuesta: El pueblo japonés de esta época opina en forma coincidente en cuanto a las prácticas que concuerdan con las enseñanzas del Buda. Los p.414japoneses creen que, como todos los vehículos son abiertos y están contenidos en el vehículo supremo de la Budeidad, ninguna enseñanza es superior o inferior, superficial o profunda, sino que todas equivalen al Sutra del loto. De ahí viene la creencia de que entonar el Nembutsu, abrazar la enseñanza de la escuela Palabra Verdadera, practicar la meditación del Zen o profesar y recitar cualquier sutra o el nombre de cualquier buda o bodhisattva es lo mismo que seguir el Sutra del loto.
Pero insisto en que esto es errado. Lo más importante a la hora de practicar las enseñanzas budistas es seguir y practicar las palabras de oro del Buda, no las opiniones de los demás. Nuestro maestro, Shakyamuni El Que Así Llega, quiso revelar el Sutra del loto desde el momento en que accedió al Camino por primera vez. Sin embargo, como la gente aún no tenía la madurez necesaria para entenderlo, tuvo que valerse de enseñanzas provisionales como medios preparatorios9 durante unos cuarenta años, antes de poder exponer la enseñanza verdadera del Sutra del loto.
En el Sutra de los infinitos significados, introducción del Sutra del loto, el Buda trazó la línea entre las enseñanzas provisionales y la enseñanza verdadera, y estableció la diferencia entre los medios conducentes y la verdad. Declaró: «[Para predicar la Ley de muy diversas maneras,] empleé el poder de medios hábiles. Pero en estos más de cuarenta años, todavía no he revelado la verdad».10 Los ochenta mil bodhisattvas, entre los cuales se contaba Gran Adorno, entendieron en forma cabal por qué Shakyamuni había predicado las enseñanzas provisionales, por qué mostró que apenas eran medios hábiles y por qué, en última instancia, las descartó en su totalidad.11 Expresaron su comprensión declarando que «finalmente no podrían adquirir la iluminación insuperable»12 abrazando cualquiera de los sutras expuestos antes que el Sutra del loto y que requieren incontables kalpas de práctica [para poder obtener la Budeidad].
Por fin, el Buda consideró que ya podía predicar el Sutra del loto —que del conjunto de sus enseñanzas representaba la parte correspondiente a la revelación—13 y señaló: «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad».14 También advirtió: «[En las tierras de Buda de las diez direcciones] sólo existe la Ley del vehículo único; no hay dos, no hay tres, salvo cuando el Buda predica de este modo como medio conducente»,15 y enseñó a «descartar honestamente los medios hábiles»16 y a «no aceptar una sola estrofa de los demás sutras».17 Así pues, a partir de ese momento y por siempre, la Ley Mística, «la Ley del vehículo único» de la Budeidad, ha sido la única enseñanza capaz de hacer que todas las personas lleguen a ser budas. Pese a que no hay ninguna otra enseñanza fuera del Sutra del loto que pueda proporcionar el mínimo beneficio, los estudiosos del Último Día sostienen que todos los sutras deben conducir a la iluminación porque fueron expuestos por El Que Así Llega. Así pues, profesan en forma arbitraria la fe en cualquier sutra y siguen la escuela que se les antoja, sea Palabra Verdadera, Nembutsu, Zen, Tres Tratados, Características del Dharma, Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad o Preceptos. Acerca de estas personas, el Buda dijo: «El que no tiene fe en este sutra y, en cambio, actúa contra él, inmediatamente destruirá todas las semillas que le permitirán ser un buda en este mundo. [...] Cuando su vida concluya, entrará en el infierno Avichi».18 El Buda mismo llegó a la conclusión de que nuestra práctica concuerda con las enseñanzas del Buda sólo cuando basamos nuestra fe por completo en p.415las pautas de estos pasajes del sutra y creemos sin ninguna duda que «sólo existe la Ley del vehículo único».
Pregunta: En tal caso, sería errado decir que la fe en cualquier sutra o en cualquier buda de las enseñanzas conducentes y provisionales equivale a la fe en el Sutra del loto. Pero ¿qué hay de aquellos que creen sólo en el Sutra del loto y llevan a cabo las cinco prácticas establecidas en el sutra o siguen las prácticas descritas en el capítulo «Prácticas pacíficas»? ¿No podríamos decir que su práctica concuerda con las enseñanzas del Buda?
Respuesta: Todo aquel que practique el budismo deberá entender primero las dos clases de práctica —el shoju y el shakubuku—. Todos los sutras y tratados caen en una de estas dos categorías. Aunque los eruditos de este país hayan estudiado el budismo extensamente, no entienden cuál es la práctica que concuerda con la época. Las cuatro estaciones siguen una secuencia perpetua, y cada una de ellas exhibe sus propias características. En verano hace calor; en invierno, frío; en primavera florecen las plantas, y en otoño maduran los frutos. Por ende, es natural sembrar semillas en primavera y cosechar en otoño. Si uno sembrara en otoño, ¿podría recoger la cosecha en época vernal? Las ropas de abrigo son útiles cuando hace intenso frío, pero ¿qué provecho pueden darnos en días de sofocante calor? En verano la brisa fresca es muy agradable, pero ¿qué utilidad puede darnos en invierno? El budismo funciona de la misma manera. Hay una época en que, para beneficiar a la humanidad, deben propagarse las enseñanzas del Hinayana; una época en que deben difundirse las doctrinas del Mahayana provisional, y otra en la cual se deben propagar las enseñanzas del Mahayana verdadero para que la gente pueda obtener el fruto de la Budeidad. Los dos milenios de los días Primero y Medio de la Ley requirieron la difusión del Hinayana y de las enseñanzas provisionales del Mahayana, pero los primeros quinientos años del Último Día sólo requieren que se propague ampliamente, en toda la tierra, el Sutra del loto, la enseñanza pura y perfecta que expone el vehículo único de la Budeidad. Como el Buda predijo, esta es la época de disputas y enfrentamientos en que la Ley pura se oscurece y se pierde; es la época en que se produce una irremediable confusión entre las enseñanzas provisionales y la verdadera.
Cuando uno debe luchar contra enemigos, necesita espadas, palos, o arco y flecha. Pero estas armas, sin ninguna duda, se tornan innecesarias cuando no tenemos adversarios. En esta época, las doctrinas provisionales se han vuelto enemigas de la enseñanza verdadera. Una vez que ha llegado el momento propicio para diseminar la enseñanza del vehículo único, las enseñanzas provisionales pasan a ser enemigas. Cuando dan lugar a confusión, deben ser rotundamente refutadas desde el punto de vista de la verdadera enseñanza. De las dos clases de práctica, esta es el shakubuku, la práctica del Sutra del loto. T’ien-t’ai tuvo buenas razones para decir: «El Sutra del loto es la enseñanza del shakubuku, la refutación de las doctrinas provisionales».
Las cuatro prácticas pacíficas19 [descritas en el capítulo «Prácticas pacíficas» del Sutra del loto] corresponden al shoju. Emprenderlas en esta época es tan insensato como plantar semillas en invierno y pretender cosechar los frutos en primavera. Es natural que el gallo cante al amanecer; lo raro sería que lo hiciera cuando se pone el sol. Ahora, cuando prevalece una gran confusión entre las enseñanzas provisionales y la verdadera, sería igualmente ilógico que uno se recluyera en un bosque de montaña y emprendiera la práctica pacífica del shoju sin refutar a los enemigos del Sutra del loto. Pues de esa p.416manera perdería la oportunidad de practicar dicho sutra.
En esta época, el Último Día de la Ley, ¿quién está llevando a cabo la práctica del shakubuku en forma estricta de acuerdo con el Sutra del loto? Supongamos que alguien, sea quien fuere, proclamara sin concesiones que el Sutra del loto es el único que puede guiar a la gente a la Budeidad, y que todos los demás sutras, lejos de acercar a las personas al Camino, las conducen de lleno al infierno. Observemos qué sucedería si esa persona tratara de refutar a los maestros y las doctrinas de todas las demás escuelas: los tres enemigos poderosos se manifestarían sin falta.
Nuestro maestro, Shakyamuni El Que Así Llega, practicó el shakubuku durante los últimos ocho años de su vida; el gran maestro T’ien-t’ai lo hizo durante más de treinta años, y el gran maestro Dengyo, durante más de veinte. Yo he venido refutando las doctrinas provisionales desde hace más de veinte años y, a decir verdad, son incontables las grandes persecuciones que he tenido que sufrir a lo largo de este período. No sé si equivalen a las nueve grandes pruebas acaecidas al Buda, pero, con toda seguridad, ni T’ien-t’ai ni Dengyo enfrentaron jamás hostigamientos tan graves como los míos en bien del Sutra del loto. Sólo sufrieron a causa del odio, la envidia y la calumnia, mientras que yo provoqué dos veces la ira de las autoridades y fui exiliado a provincias remotas. Además, estuve a punto de ser ejecutado en Tatsunokuchi, fui herido en la frente [en Matsubara, aldea de Tojo] y calumniado en forma reiterada. Mis discípulos también han padecido la cárcel y el destierro, y mis seguidores laicos han sido desalojados y castigados con la confiscación de sus tierras. ¿Cómo podrían compararse con estas persecuciones las que enfrentaron Nagarjuna, T’ien-t’ai o Dengyo? Comprendan, entonces, que el devoto que practique el Sutra del loto tal como el Buda enseña, sin falta, será atacado por los tres enemigos poderosos.
En los más de dos mil años transcurridos desde el advenimiento del Buda, los únicos tres que mantuvieron perfectamente las enseñanzas expuestas por el Buda fueron Shakyamuni, T’ien-t’ai y Dengyo. Ahora, en el Último Día de la Ley, los que practican así son Nichiren y sus discípulos y seguidores laicos. Si no podemos llamarnos leales devotos de las enseñanzas del Buda, tampoco tienen derecho a llevar ese nombre Shakyamuni, T’ien-t’ai o Dengyo. ¿Pero podrían llamarse devotos del Sutra del loto personas como Devadatta, Kokalika, Sunakshatra, Kobo, Jikaku, Chisho, Shan-tao, Honen, Ryokan u otros como ellos? ¿Podrían el buda Shakyamuni, T’ien-t’ai, Dengyo o Nichiren y sus discípulos y seguidores laicos ser practicantes de escuelas como el Nembutsu, Palabra Verdadera, Zen, Preceptos u otras? ¿Podría alguien decir que el Sutra del loto es una enseñanza provisional y preparatoria, y que los sutras del Nembutsu y de las demás escuelas son el Sutra del loto? Nada de esto podría ser posible jamás, aun cuando el Este se convirtiera en el Oeste y cuando el Oeste pasara a ser el Este; aun cuando la tierra con todas sus plantas y árboles se elevara y ocupara el lugar del aire, y el sol, la luna y las estrellas descendieran y sustituyeran a la tierra.
¡Qué tremenda lástima que todo el pueblo del Japón se alegre de ver sufrir a Nichiren, a sus discípulos y a sus seguidores laicos a manos de los tres enemigos poderosos! Lo que ayer le ocurrió a otro hoy, puede sucedernos a nosotros. El tiempo que Nichiren y sus seguidores tendrán que seguir resistiendo es muy breve: tanto como el que tardan la escarcha o el rocío en desvanecerse bajo el sol matinal. Cuando nuestras p.417oraciones en pos de la Budeidad sean respondidas y vivamos en la verdadera tierra de la Luz Tranquila disfrutando de la alegría ilimitada de la Ley, ¡qué lástima nos darán aquellos que se hundan de lleno en la gran ciudadela del infierno Avichi, donde les aguardará un sufrimiento extremo! ¡Y cuánto nos habrán de envidiar!
La vida transcurre en un abrir y cerrar de ojos. Aunque deban enfrentar enemigos terribles y numerosos, alejen de su vida el miedo y jamás piensen en retroceder. Aunque alguien se propusiera decapitarnos con un serrucho, empalarnos con lanzas, sujetar nuestros pies con grilletes y trepanarlos con un barreno, mientras tengamos vida debemos seguir entonando Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo. Si mantenemos esta práctica hasta el preciso instante de la muerte, Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones vendrán hacia nosotros de inmediato, tal como prometieron en la ceremonia en el Pico del Águila. Nos tomarán de las manos y nos cargarán en andas para transportarnos hasta el Pico del Águila. Los dos venerables,20 los dos reyes celestiales21 y las diez demonios nos protegerán, mientras que todas las deidades celestiales y benevolentes extenderán un dosel sobre nuestras cabezas y desplegarán, bien altos, sus estandartes. Escoltados por ellos y bajo su protección, llegaremos a la tierra de los tesoros de la Luz Tranquila. ¡Cómo poder describir una dicha semejante!
Nichiren
En el quinto mes del décimo año de Bun’ei (1273), signo cíclico mizunoto-tori.
A todos mis seguidores
Conserven esta carta en su poder en todo momento y léanla constantemente.
Antecedentes
Nichiren Daishonin escribió esta carta a todos sus seguidores el quinto mes de 1273, mientras aún soportaba privaciones extremas durante su exilio en la isla de Sado. El título, Sobre la práctica de las enseñanzas del Buda, se refiere a la práctica que concuerda en forma exacta con lo que el Buda enseñó.
Puede decirse que este título indica dos puntos importantes. Uno es que Nichiren Daishonin vivió de acuerdo con las enseñanzas de Shakyamuni y cumplió todas las profecías del Sutra del loto. El otro es que los seguidores del Daishonin en el Último Día de la Ley deben mantener y cumplir sus enseñanzas.
En esta carta se plantea una pregunta: ¿por qué los creyentes deben experimentar adversidades cuando el Sutra del loto promete «paz y seguridad en esta existencia»? Nichiren Daishonin responde que aquellos que practican el Sutra del loto de acuerdo con la enseñanza del Buda sin falta tendrán que enfrentar tres enemigos poderosos, cuya aparición se predice en el capítulo «Aliento a la devoción» del sutra. En otras palabras, uno demuestra ser un verdadero devoto sólo cuando afronta y supera grandes obstáculos en bien de las enseñanzas del Buda. En esencia, esto significa establecer de manera clara y directa cuál es la enseñanza correcta del budismo y transmitirla a los demás con profundo amor compasivo.
Un mes antes de escribir esta carta, el Daishonin finalizó el tratado El objeto de devoción para observar la vida, donde reveló el verdadero objeto de devoción —Gohonzon— para el pueblo del Último Día de la Ley. También reveló que la práctica basada en dicho objeto —entonar daimoku con firme fe en el Gohonzon— conduce a la iluminación. Esta carta fue escrita después para aclarar la importancia de otra práctica: el shakubuku o transmisión de la enseñanza a los demás.
p.418Notas
1. Referencia a una descripción del quinto período de quinientos años que aparece en el Sutra de la gran compilación, según la cual en esta era habrá peleas incesantes entre escuelas budistas rivales, y la enseñanza correcta de Shakyamuni se oscurecerá y se perderá.
2. Sutra del loto, cap. 10.
3. Ib., cap. 5.
4. Sutra de los infinitos significados.
5. Nichiren Daishonin cita, aquí, la frase «descartando honestamente los medios hábiles», del capítulo segundo del Sutra del loto, con una ligera variación en el texto.
6. El «carruaje tirado por un gran buey blanco» simboliza el vehículo supremo de la Budeidad, descrito en la parábola de los tres carros y la casa en llamas, que aparece en el capítulo «Parábolas y semejanzas» del Sutra del loto.
7. Afirmación de T’ien-t’ai extraída de Profundo significado del «Sutra del loto».
8. Fu Hsi y Shen Nung fueron reyes legendarios de la antigua China que gobernaron sociedades ideales.
9. La expresión «medios preparatorios» se usa como sinónimo de «medios hábiles» o «medios conducentes».
10. Sutra de los infinitos significados.
11. El texto literal en japonés se ha ajustado ligeramente para dar claridad al párrafo.
12. Sutra de los infinitos significados. Se ha ajustado la conjugación verbal al contexto de la cita.
13. Las enseñanzas del buda Shakyamuni pueden dividirse en tres partes: preparación, revelación y transmisión. La primera de ellas, «preparación», indica las enseñanzas anteriores al Sutra del loto; la «revelación» se refiere al Sutra de los infinitos significados, al Sutra del loto y al Sutra Sabio Universal; la «transmisión» indica el Sutra del nirvana.
14. Sutra del loto, cap. 2.
15. Ib.
16. Ib. Se ha modificado el tiempo verbal para adecuarlo al contexto.
17. Ib., cap. 3.
18. Ib.
19. Alusión a la práctica mediante actos, palabras y pensamientos pacíficos, y mediante juramentos, tal como la estipula el capítulo «Prácticas pacíficas» del Sutra del loto.
20. Los bodhisattvas Rey de la Medicina y Valeroso Dador.
21. Vaishravana y Defensor de la Nación, dos de los «cuatro reyes celestiales» (véase el Glosario).