Nota de los editores.

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11 de febrero de 2024

Tomo 1 - Respuesta al sacerdote laico de Ko


He recibido dos bolsas de ovas, diez paquetes de algas marinas, una bolsa de vegetales de mar y un paquete de hongos.

La mente humana es inconstante, variable y siempre fluctuante. Me ha parecido asombroso que usted abrazara la fe en mis enseñanzas mientras yo permanecía en la provincia de Sado. Pero más notable aún es la sinceridad que la ha llevado a enviar a su esposo hasta aquí. Vivimos en provincias muy distantes entre sí, y además han pasado meses y años; por eso, me preocupaba que su determinación hubiera flaqueado. Sin embargo, su fe demuestra ser cada vez más profunda y sus buenas acciones aumentan sin cesar. Sin duda, esto no es resultado de haber practicado tan sólo en una o dos existencias pasadas.

Ya que es difícil creer en el Sutra del loto, el Buda, para hacer que abracemos la fe en él, adopta diversas formas; por ejemplo, de hijo, de padres o de esposa. Sin embargo, ustedes no tienen hijos y viven solos como marido y mujer. El sutra afirma: «Estos tres mundos son mis dominios, y los seres vivos que habitan allí son, todos, mis hijos».1 En tal caso, el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, seguramente ha de ser para ustedes dos como un padre compasivo. Y yo, Nichiren, soy como el hijo de ambos, pero como deseo salvar al pueblo del Japón, por el momento estoy viviendo en la región central del país. ¡Qué valiosos son, en verdad, los actos meritorios que han acumulado en existencias pasadas!

Cuando los mongoles desembarquen en masa en el Japón, les pido que vengan a este lugar. Y, ya que no tienen hijos, por favor consideren la posibilidad de pasar su vejez a mi lado. Ningún lugar es seguro. Tengan la certeza de que la Budeidad es la morada final.


Con mi profundo respeto,


Nichiren


En el duodécimo día del cuarto mes.

 

Respuesta al sacerdote laico de Ko


Antecedentes


Se piensa que esta carta fue escrita en Minobu en el duodécimo año de Bun’ei (1275). Existen sólo dos cartas dirigidas al sacerdote laico de Ko y a su esposa —⁠esta, y la Carta a la monja laica de Ko⁠—, y se conocen muy pocos datos sobre el matrimonio.

Como vivían en la aldea donde funcionaba el puesto gubernamental de la provincia de Sado, al esposo se lo conocía como el «sacerdote laico de Ko»; es decir, el sacerdote laico que vivía en la sede del gobierno provincial (ko). Aunque esta carta fue escrita a ambos, el p.515contenido —⁠en particular, el elogio de Nichiren Daishonin a la monja laica por haber enviado a su esposo en un viaje tan largo para visitarlo⁠— sugiere que la escribió para ella.

Durante el destierro del Daishonin en la isla de Sado, el sacerdote laico y su esposa lo protegieron y le otorgaron ofrendas, aun arriesgándose a ser descubiertos por las autoridades locales. Y luego, cuando el Daishonin se marchó de allí para ir a vivir en Minobu, el sacerdote laico realizó una agotadora y peligrosa travesía desde Sado con el fin de visitarlo.


Nota


1. Sutra del loto, cap. 3.