Nota de los editores.

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8 de febrero de 2024

Tomo 1 - Carta desde Teradomari



He recibido la sarta de monedas que usted me envió. Las personas decididas a buscar el Camino deben reunirse a escuchar el contenido de esta carta.

Este (décimo) mes, el décimo día, dejamos la aldea de Echi, en el distrito de Aiko de la provincia de Sagami. En el trayecto, nos detuvimos en Kumegawa, provincia de Musashi, y, después de viajar durante doce días, llegamos aquí, al puerto de Teradomari, en la provincia de Echigo. Desde este lugar, cruzaremos el mar hacia la isla de Sado, pero, por el momento, los vientos no son favorables, así que no sé cuándo habremos de zarpar.

Las penurias que sufrimos a lo largo del viaje superaron todo lo que yo hubiese podido imaginar y, sinceramente, no creo poder expresarlas por escrito. Dejaré que usted mismo se figure lo que he debido soportar. Como ya estaba preparado para tales adversidades desde el comienzo, no tiene sentido que ahora empiece a lamentarme. Así que no volveré a tocar el tema.

El cuarto volumen del Sutra del loto expresa: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».1 El quinto volumen dice: «Generará mucha hostilidad en el mundo y será difícil creer en él».2 Y en el trigésimo octavo volumen del Sutra del nirvana se sostiene: «En ese momento, hubo incontables personas no budistas que conspiraron y, en grupo, fueron a ver a Ajatashatru, rey de Magadha, a quien le dijeron: “En este momento hay un hombre de perversidad incomparable, un monje llamado Gautama. [...] Toda clase de malas personas, con la esperanza de recibir beneficios y limosnas, han ido en busca de él y se han convertido en sus seguidores. Estas gentes no practican el bien; en cambio, emplean el poder de la magia y utilizan conjuros para seducir a hombres como MahakashyapaShariputra y Maudgalyayana”».

Esta frase del Sutra del nirvana relata las palabras maliciosas que diversas personas no budistas profirieron en contra del buda Shakyamuni, porque este había refutado las escrituras predicadas por sus maestros originales, las dos deidades3 y los tres ascetas.

En los pasajes citados del Sutra del loto, no obstante, no es al Buda, personalmente, a quien se considera enemigo. Por el contrario, tal como explica T’ien-t’ai, es [al Sutra del loto al que se oponen] «los diversos discípulos que escuchan la voz, los que han tomado conciencia de la causa y los bodhisattvas que buscan sólo al Buda de la iluminación reciente».4 En otras palabras, hay que considerar personas dominadas por el odio y los celos a todos aquellos que no muestren deseos de escuchar el Sutra del loto o de creer en él, o a quienes afirmen que no está a la altura de su capacidad, aunque no expresen su censura en términos explícitos.

Si observamos cómo era la situación cuando el Buda vivía en este mundo y la comparamos con el panorama posterior a su muerte, podemos afirmar que los estudiosos de las muchas escuelas de hoy son como los no budistas de los tiempos del Buda. Ellos también hablan de «un hombre de maldad incomparable», pero para referirse a mí, a Nichiren. Hablan de «toda clase de malas personas [que] han ido en busca de él», pero para referirse a mis discípulos y seguidores. Los no budistas, que recibieron y transmitieron de manera incorrecta las enseñanzas de los budas anteriores, trataron con hostilidad a Shakyamuni, un buda posterior. Los estudiosos de las diversas escuelas de hoy son exactamente iguales. En efecto, han permitido que su propia manera de comprender las enseñanzas del Buda los condujera a concepciones erróneas. Son como aquel que, aturdido por el alcohol, cree que la inmensa montaña que tiene por delante no cesa de dar vueltas a su alrededor. Y ahora, resulta que esas ocho o diez escuelas discuten unas con otras sobre la validez de sus doctrinas.

El decimoctavo volumen del Sutra del nirvana expone la doctrina de las «gemas preciosas que salvan la vida».5 El gran maestro T’ien-t’ai, después de estudiar y ponderar ese pasaje, concluyó que «vida» se refería al Sutra del loto, y «gemas preciosas», a las primeras tres de las cuatro enseñanzas expuestas en el Sutra del nirvana. Pero ¿qué sucede con la cuarta enseñanza, la enseñanza perfecta, que el Sutra del nirvana también expone? Esta es la reiteración de la doctrina ya expuesta en el Sutra del loto sobre la naturaleza de Buda eternamente inherente, y fue predicada para guiar a la gente hacia el Sutra del loto, del cual deriva. En realidad, la enseñanza perfecta del Sutra del nirvana sobre la naturaleza de Buda eternamente inherente pertenece al Sutra del loto. Por tal razón, el único mérito del Sutra del nirvana se limita a las primeras tres de las cuatro enseñanzas.

El tercer volumen de Profundo significado del «Sutra del loto», de T’ien-t’ai, señala: «El Sutra del nirvana ofrece gemas preciosas que salvan la vida [del Sutra del loto]; con ello, se baten palmas y se da por concluido el acuerdo».6 El tercer volumen de Comentario sobre «Profundo significado del “Sutra del loto”» lo explica así: «La escuela T’ien-t’ai cita esta metáfora para indicar que los contenidos del Sutra del nirvana deben ser considerados joyas preciosas».

El gran maestro T’ien-t’ai, en su obra titulada Las cuatro meditaciones, cita el pasaje del Sutra del loto que dice: «Aunque [los budas] señalan diferentes senderos [...]»,7 y declara que los cuatro sabores de las enseñanzas también deben ser considerados joyas preciosas. En tal caso, todos los sutras predicados antes y después del Sutra del loto deben ser considerados gemas preciosas ofrendadas en beneficio del Sutra del loto.

Pero los estudiosos budistas contemporáneos opinan que esta interpretación constituye una doctrina expuesta sólo por la escuela T’ien-t’ai, y que ninguna de las otras escuelas la acepta. Con todo, habiendo ponderado la cuestión, debo decir lo siguiente: Las ocho o las diez escuelas a que nos referimos surgieron después de la muerte del Buda y fueron creadas por diversos estudiosos y maestros de la época. Pero no debemos evaluar los sutras que el Buda predicó durante su existencia basándonos en las doctrinas de escuelas creadas después de su muerte. No obstante, los juicios expuestos por T’ien-t’ai concuerdan completamente con las enseñanzas de todos descartarlos creyendo que representan las opiniones de una sola escuela.

Los eruditos de las diversas escuelas siguen aferrándose a los criterios equivocados de sus maestros. Por ende, declaran que las prácticas budistas deben adecuarse a la capacidad de las personas, o se atienen a la opinión de los fundadores de sus doctrinas, o tratan de hacer que los sabios gobernantes de su época se conviertan en sus aliados. El resultado es que, al final, terminan entregándose por completo a propósitos malignos, se embarcan en altercados y disputas doctrinales, y gozan agraviando a personas que no han cometido falta alguna.

De las muchas escuelas existentes, Palabra Verdadera es la que sostiene opiniones especialmente distorsionadas. Sus fundadores, Shan-wu-wei y Chin-kang-chih sostuvieron: «El concepto de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital es el más importante de todos los principios expuestos por T’ien-t’ai, y es el corazón y el núcleo de las enseñanzas expuestas por el Buda en el curso de su existencia. Pero, al margen de esta doctrina sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, que constituye el cimiento de las enseñanzas exotéricas y esotéricas, la parte más crucial de las enseñanzas budistas son los mudras y mantras». Los maestros de la escuela Palabra Verdadera de tiempos posteriores usaron esa aseveración como pretexto para declarar que todos los sutras que no mencionaran mudras y mantras debían ser considerados inferiores y que, en rigor, no se diferenciaban en absoluto de las enseñanzas no budistas.

Algunos de los maestros esotéricos sostienen que el Sutra Mahavairochana fue predicado por [El Que Así Llega Mahavairochana], un buda diferente de El Que Así Llega Shakyamuni; otros declaran que es la más elevada de todas las enseñanzas expuestas por el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas; otros dicen que un mismo buda se manifestó, una vez, como Shakyamuni, para predicar los sutras exotéricos, y en otra ocasión, como El Que Así Llega Mahavairochana, para predicar los sutras esotéricos. De este modo, al confundir los principios esenciales del budismo, generan una serie interminable de concepciones erróneas. Son como un grupo de personas que, desconociendo el verdadero color de la leche, aventuran toda clase de suposiciones sin que ninguno sea capaz de inferirlo correctamente.8 O son, también, como los hombres ciegos de la parábola que tratan de adivinar la verdadera forma del elefante.9 En ese sentido, los estudiosos de las diferentes escuelas deben comprender que el Sutra Mahavairochana, si fue predicado antes que el Sutra del loto, está en el mismo nivel que el Sutra de la guirnalda de flores y, si fue predicado después, está en el mismo nivel que el Sutra del nirvana.

¿No es posible que el Sutra del loto de la India contuviera descripciones de mudras y de mantras, pero que quienes tradujeron el texto al chino omitieran esas partes, y que Kumarajiva llamara Sutra del loto de la Ley prodigiosa a su propia versión? ¿Y no es posible, asimismo, que Shan-wu-wei haya agregado mudras y mantras, y que denominara Sutra Mahavairochana a su versión? Por ejemplo, hubo otras versiones del Sutra del loto, como el Sutra del loto de la Ley correcta, el Texto ampliado del «Sutra del loto de la Ley prodigiosa», el Sutra del loto de la meditación y el Saddharma-pundarika-sutra.10

En la India, después de la muerte del Buda, el bodhisattva Nagarjuna fue el único que comprendió de verdad la relación entre el Sutra del loto y los demás sutras; en tanto que en la China, el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che fue el primero en percibirla de manera correcta. Hombres como Shan-wu-wei, de la escuela Palabra VerdaderaCh’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de FloresChia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, y Tz’u-en, de la escuela Características del Dharma, expusieron públicamente las doctrinas de la escuela que cada uno había fundado; pero, en su fuero interno, todos admitieron la superioridad de las enseñanzas expuestas por la escuela T’ien-t’ai. Sin embargo, sus discípulos, ignorantes de este hecho, fueron desarrollando ideas erróneas. ¿Cómo podrían no ser culpables de actuar contra la enseñanza correcta?

Algunas personas me critican y dicen: «Nichiren no comprende la capacidad de las personas de su época y adopta una actitud dura cuando predica; por eso, se mete en dificultades». Otros dicen: «Las prácticas descritas en el capítulo “Aliento a la devoción”11 son para bodhisattvas que están en un nivel muy avanzado de su práctica; [Nichiren debería seguir las prácticas] del capítulo “Prácticas pacíficas”, pero no lo hace». Y hay quienes dicen: «Yo también sé que el Sutra del loto es supremo, pero no digo nada al respecto». También están los que se quejan de que brindo toda mi atención a las enseñanzas doctrinales.12

Conozco perfectamente todas estas críticas contra mi persona. Pero recuerdo el caso de Pien Ho,13 a quien le amputaron las piernas hasta la rodilla, y de Kiyomaro14 (‘Hombre Puro’), apodado Kegaremaro (‘Hombre Mugriento’), a quien estuvieron a punto de matar. Todos sus contemporáneos se burlaron de ellos con desprecio; sin embargo, ninguno de los calumniadores dejó un buen nombre a su paso, a diferencia de lo que ocurrió con los dos hombres mencionados. El mismo destino tendrán que enfrentar quienes me critiquen en forma arbitraria.

En el capítulo «Aliento a la devoción» se lee: «Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros». En este pasaje, veo reflejada mi situación. ¿Por qué no habría de aplicarse, también, a todos ustedes? «Nos atacarán con palos y espadas», continúa el texto. Yo he experimentado esta frase del sutra en carne propia. ¿Por qué, discípulos míos, no hacen lo mismo? Más adelante, el texto prosigue: «En medio de la gran multitud, continuamente tratan de difamarnos» y «se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes de familia [...] para calumniarnos y hablar mal de nosotros». Y, también, «nos enfrentarán con lenguaje grosero y ceños fruncidos; una y otra vez seremos expulsados». «Una y otra vez» significa «en forma reiterada». A mí, a Nichiren, me han expulsado en varias ocasiones, y he sido condenado al exilio dos veces.

El Sutra del loto concuerda con la forma de predicar empleada por todos los budas de las tres existencias.15 Ahora, estoy viviendo los hechos pasados descritos en el capítulo «Jamás Despreciar»,16 tal como predice el capítulo «Aliento a la devoción»; así pues, el presente anunciado en el capítulo «Aliento a la devoción» corresponde al pasado del capítulo «Jamás Despreciar». El capítulo «Aliento a la devoción» del presente será el capítulo «Jamás Despreciar» del futuro, y, en ese momento, yo, Nichiren, seré como el bodhisattva Jamás Despreciar.

El Sutra del loto es una única obra formada por ocho volúmenes y veintiocho capítulos, pero sé que, en la India, el texto de la escritura era tan extenso, que alcanzaba un yojana de largo. En otras palabras, debe de haber tenido muchos capítulos más. La versión de veintiocho capítulos que se emplea hoy en la China y en el Japón representa el contenido más esencial de una versión abreviada.

Por el momento, dejemos a un lado la parte del sutra conocida como «revelación».17 En la parte que sigue, correspondiente a la «transmisión», aparecen las tres proclamas18 del capítulo «La Torre de los Tesoros», ante la asamblea reunida en el Pico del Águila y presente en la Ceremonia en el Aire. En cuanto al juramento del capítulo «Aliento a la devoción», formulado por los veinte mil, ochenta mil y ochocientos mil millones de nayutas de grandes bodhisattvas, un hombre de escasa sabiduría como yo no puede llegar a comprenderlo. Sin embargo, la frase «en una época de miedo y de maldad», que aparece en ese capítulo, indica el comienzo del Último Día de la Ley. El siguiente capítulo, «Prácticas pacíficas», se refiere a esa «época de miedo y de maldad» con las palabras «en la última época». Al revisar otra traducción de esta misma enseñanza, encontramos que en el Sutra del loto de la Ley correcta se la menciona como «la época posterior, a partir de ahora» o «en la última época por venir»; por otra parte, en el Texto ampliado del «Sutra del loto de la Ley prodigiosa» figura como «una época de miedo y de maldad».

En esa última época, que corresponde a nuestros propios días, han surgido las tres clases de enemigos, pero no se ha visto en ningún lado ni uno solo de los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas. Es como un lago seco al que le falta el caudal, o como la luna menguante, que dista de ser luna llena. Si el agua es clara, reflejará la imagen de la luna; y si se plantan árboles, las aves construirán sus nidos en ellos. Por lo tanto yo, Nichiren, propago este sutra en el lugar de los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas. Pido que esos bodhisattvas me concedan su ayuda y su protección. El sacerdote laico que porta esta carta me dice que tiene instrucciones suyas de venir conmigo a la provincia de Sado. Pero, dados los gastos del viaje y otras dificultades, prefiero enviarlo de regreso. Ya sé cuán profunda es su consideración. Por favor, explíqueles a los demás todo lo que he escrito aquí. Estoy muy preocupado por los sacerdotes que están en prisión;19 espero que usted, en cuanto pueda, me informe sobre la situación en que se encuentran.


Respetuosamente,


Nichiren


A la hora del gallo (entre las cinco y las siete de la tarde), en el vigésimo segundo día del décimo mes.

 

Para Toki


Antecedentes


Luego del infructuoso intento de ejecutar a Nichiren Daishonin en Tatsunokuchi, el duodécimo día del noveno mes de 1271, Hei no Saemon, jefe interino del Departamento de Asuntos Militares y Policiales, no tuvo más opción que obedecer las instrucciones originales del Gobierno y poner al Daishonin bajo custodia de Homma Rokuro Saemon Shigetsura, condestable interino de Sado. El Daishonin pasó casi un mes confinado en la residencia de Homma, en Echi, provincia de Sagami, en espera de que el Gobierno decidiera su destino.

El décimo día del décimo mes, Nichiren Daishonin partió de Echi, escoltado por los soldados de Homma. Cuando el grupo llegó a la costa del mar del Japón, el veintiuno de ese mes, la nieve cubría el suelo, y el oleaje era muy fuerte. El grupo se vio obligado a detenerse varios días en un puerto llamado Teradomari, en Echigo, y a esperar que las ventiscas amainaran, para poder cruzar hasta la isla de Sado. Al parecer, desde comienzos del siglo ix, Teradomari se había convertido en un próspero puerto de navegación entre Sado y la isla principal del Japón. El día después de arribar a Teradomari, el Daishonin escribió esta carta, que 
confió a un sacerdote laico enviado por Toki Jonin para acompañarlo.

La comunidad de creyentes de Kamakura se había visto gravemente afectada por la persecución de Tatsunokuchi y por el inmediato exilio a Sado; muchos de los discípulos y seguidores laicos del Daishonin, sucumbiendo a las presiones del Gobierno, habían abandonado la fe; otros se entregaron a la duda cuando supieron que el Daishonin estaba siendo perseguido. Durante su exilio, este redactó numerosos escritos para ayudar a sus seguidores a disipar la incertidumbre y perseverar en la fe. Esta carta es el primero de dichos escritos, entre los cuales se hallan, además, La apertura de los ojos, Carta desde Sado y Sobre la práctica de las enseñanzas del Buda.

Al comienzo de la misiva, el Daishonin alude a las dificultades que debió enfrentar durante los doce días de viaje hacia Teradomari. Luego cita pasajes de las escrituras para demostrar que, en el Último Día de la Ley, el odio y los celos hacia el Sutra del loto serían mucho peores que durante la existencia del Buda. Él mismo, afirma, estaba confrontando esos obstáculos en ese momento. A continuación, menciona que, según T’ien-t’ai, el Sutra del nirvana era como gemas preciosas que salvaban la vida del Sutra del loto, para afirmar la superioridad de este sobre todos los demás sutras; asimismo, señala la visión distorsionada de los eruditos de las diversas escuelas, que no pueden reconocer esa verdad. En especial, menciona las creencias equivocadas de la escuela Palabra Verdadera, derivada de Shan-wu-wei y de otros. El Daishonin advierte que los seguidores de las diversas escuelas están cometiendo la falta de actuar contra el Sutra del loto e ignoran que sus patriarcas, en su fuero interno, estaban de acuerdo con las enseñanzas de la escuela T’ien-t’ai, basada en el Sutra del loto.

Luego, enumera cuatro críticas frecuentes a su método de propagación, expresadas no sólo por sus enemigos, sino también por algunos de sus propios seguidores; al respecto, declara que las adversidades que debió soportar coinciden perfectamente con las profecías del capítulo «Aliento a la devoción» del Sutra del loto. A la luz del sutra, deja establecido en forma inequívoca que es el devoto que propaga el sutra en el Último Día de la Ley.


Notas


1. Sutra del loto, cap. 10.

2. Ib., cap. 14.

3. Shiva y Vishnu.

4. Formulación diferente de una cita de Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”». El «Buda de la iluminación reciente» se refiere a Shakyamuni, pero en su aspecto provisorio de buda que ha logrado la iluminación por primera vez en la India.

5. En rigor, esta cita aparece en Profundo significado del «Sutra del loto». El Sutra del nirvana establece que el conjunto de siete gemas puede salvar la vida de una persona cuando se ve amenazada por la hambruna, los bandoleros o un rey malvado. De acuerdo con ese pasaje, Profundo significado del «Sutra del loto» emplea la expresión «gemas preciosas que salvan la vida», para indicar que el Sutra del nirvana protege y respalda la perfecta enseñanza del Sutra del loto, que está reiterada en el Sutra del nirvana.

6. La afirmación «Se baten palmas y se da por concluido el acuerdo» indica que cuando Shakyamuni expuso la enseñanza perfecta del Sutra del loto, luego la reiteró en el Sutra del nirvana.

7. En Las cuatro meditaciones no se menciona ese pasaje, sino otro del mismo capítulo «Medios hábiles», que expresa: «Empleé el poder de medios hábiles para predicar a los cinco ascetas». Dado que ambas frases concuerdan en su contenido, el Daishonin probablemente haya citado una en lugar de la otra.

8. El Sutra del nirvana establece que los brahmanes, ignorantes de la enseñanza de Shakyamuni sobre la eternidad, la felicidad, la verdadera identidad y la pureza, caen en concepciones equivocadas, como hombres ciegos que no conocen el color de la leche.

9. Esta parábola aparece en el Sutra del nirvana. Un rey hizo que su gran ministro llevara un elefante ante un grupo de hombres ciegos, para que estos tocaran el animal y luego se lo describieran. Uno de los ciegos, que había puesto su mano sobre el vientre del elefante, dijo que era como una vasija; otro, después de tocar la cola de la bestia, sostuvo que se parecía a una cuerda; un tercer ciego le había acariciado la trompa, por lo que insistió en que el animal parecía una pértiga, y así, sucesivamente. Con esa parábola, Shakyamuni comparó al rey que conoce la verdad con la sabiduría del Buda; al gran ministro, con el Sutra del nirvana; al elefante, con la naturaleza de Buda, y a los ciegos, con los seres humanos comunes que ignoran dicha naturaleza.

10. El Sutra del loto de la Ley correcta y el Texto ampliado del «Sutra del loto de la Ley prodigiosa» son dos de las tres traducciones chinas del Sutra del loto que se conservan, realizadas respectivamente por Dharmaraksha, en 286, y por Jnanagupta y Dharmagupta, en 601. El Sutra del loto de la meditación se ha perdido. El Sutra Saddharmapundarika, en este caso, no se refiere al texto sánscrito, sino a una traducción al chino. Esa versión tampoco se ha preservado hasta la época actual.

11. El capítulo «Aliento a la devoción» describe cómo los ochocientos mil millones de nayutas de bodhisattvas juran enseñar el sutra ampliamente en una época de temor y de maldad, después de la muerte del Buda. Manifiestan su determinación de enfrentar numerosas hostilidades que se desatarán a causa de su propagación. La práctica del shakubuku es lo que genera tales hostigamientos y es a lo que el Daishonin se refiere aquí. En contraste, el capítulo «Prácticas pacíficas» detalla los cuatro medios pacíficos de práctica: acciones, palabras, pensamientos y juramentos pacíficos.

12. Estas «enseñanzas doctrinales» se mencionan en oposición a «la observación de la vida», que es percibir, a través de la meditación, la realidad suprema inherente a la propia vida. Este, sumado al estudio doctrinal de los sutras, es uno de los dos aspectos integrales de la práctica enseñados por la escuela Tendai. El Daishonin hacía hincapié en el aspecto contemplativo (la entonación del daimoku), pero aquí dice que los demás lo criticaban por no hacerlo. Eso se debe a que él también destacaba la comparación entre escrituras para establecer la superioridad del Sutra del loto.

13. Pien Ho era oriundo del estado de Ch’u, en la China, y vivió durante el período de la Primavera y el Otoño (770-403 a. C.). Según Han Fei Tzu, Pien Ho encontró una piedra preciosa en el monte Ch’u y se la obsequió al rey Li. Cuando el soberano la hizo tasar, le informaron que se trataba de una roca vulgar. Entonces, el Rey hizo que a Pien Ho le amputaran la pierna izquierda hasta la rodilla. Tras la muerte del Rey, Pien Ho presentó de nuevo la piedra, esta vez ante el rey Wu y, acusado por segunda vez de engaño, sufrió la amputación de la pierna derecha hasta la rodilla. Con posterioridad, estando ya en el trono el rey Wen, Pien Ho sollozó durante tres días al pie del monte Ch’u, mientras sostenía la preciosa gema y derramaba lágrimas de sangre por la ignorancia de los monarcas. Al enterarse de ello, el rey Wen pidió que le trajeran la piedra de Pien Ho y, cuando se la entregaron, la hizo pulir. Fue entonces cuando reconocieron que era genuina y, en consecuencia, según cuenta la tradición, la gema fue valorada como un tesoro por todo el pueblo.

14. «Kiyomaro» es Wake no Kiyomaro (733-799), funcionario de alto rango en la corte que fue perseguido por frustrar los intentos del sacerdote Dokyo, favorito de la emperatriz Shotoku, de ascender al trono. Fallecida la Emperatriz, sin embargo, Dokyo fue despojado del poder, y Kiyomaro fue perdonado de su exilio y convocado nuevamente a servir en la Corte.

15. Esta afirmación deriva de un pasaje del capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto, que dice: «Con los mismos métodos que emplean los budas de las tres existencias para predicar la Ley, ahora yo haré lo mismo y predicaré una Ley que no tiene distinciones». Las cinco categorías de budas —⁠todos los budas en general, los budas del pasado, los budas del presente, los budas del futuro y el buda Shakyamuni⁠— siempre siguen el mismo método de prédica; primero, exponen diversas enseñanzas provisionales durante un período relativamente largo, para conducir luego a las personas al vehículo único del Buda, o Sutra del loto, que revelan con posterioridad.

16. El capítulo «Jamás Despreciar» describe las prácticas del bodhisattva Jamás Despreciar, que vivió en el Día Medio de la Ley del buda Rey del Sonido Imponente; él perseveró frente a las persecuciones en bien de la enseñanza correcta y, por fin, logró la iluminación.

17. La «revelación» es una de las tres divisiones de un sutra —⁠preparación, revelación y transmisión⁠— empleadas para interpretar las enseñanzas budistas. Aquí, el Daishonin aplica 
esas divisiones únicamente a la enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto. Desde ese punto de vista, la preparación consiste en el Sutra de los infinitos significados y el capítulo «Introducción»; la revelación va desde el capítulo «Medios hábiles» hasta el capítulo «Profecías»; y la transmisión, desde el capítulo «Maestro de la Ley» hasta el capítulo «Prácticas pacíficas».

18. Las «tres proclamas» son exhortaciones mediante las cuales Shakyamuni insta tres veces a la asamblea reunida ante él a propagar el Sutra del loto después de su muerte.

19. Después de la persecución de Tatsunokuchi, cinco de los discípulos del Daishonin, entre ellos Nichiro, fueron confinados en una mazmorra.