Nota de los editores.

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6 de febrero de 2024

Tomo 1 - La esencia del capítulo «Rey de la Medicina»

Con respecto al significado general del capítulo conocido como «Rey de la Medicina»: este capítulo está en el séptimo volumen y es el vigésimo tercero de los veintiocho que integran el Sutra del loto.

El primer volumen del sutra contiene dos capítulos: «Introducción» y «Medios hábiles». El capítulo «Introducción» sirve de prólogo a los veintiocho de los cuales consta el sutra.

Los ocho capítulos que van desde «Medios hábiles» hasta «Profecías a adeptos y aprendices» se ocupan, en primera instancia, de esclarecer cómo pueden lograr la iluminación las personas de los dos vehículos y, secundariamente, de aclarar cómo pueden hacerlo los bodhisattvas y las personas comunes.

Los siguientes cinco capítulos —⁠«Maestro de la Ley», «El surgimiento de la Torre de los Tesoros», «Devadatta», «Aliento a la devoción» y «Prácticas pacíficas»⁠— explican de qué manera las personas comunes de la última época tendrán que practicar las enseñanzas expuestas en los ocho capítulos anteriores.

El capítulo posterior, «Irrumpir de la tierra», sirve de introducción a «Duración de la vida». Y los doce siguientes, contados a partir de «Distinciones de beneficios», sirven principalmente para explicar de qué manera deberán practicar las doctrinas del capítulo «Duración de la vida» las personas comunes del Último Día y, en segundo término, para establecer cómo deberán ser mantenidas las prácticas expuestas en los ocho capítulos contados a partir de «Medios hábiles».

Por lo tanto, el capítulo «Rey de la Medicina» explica cómo hay que practicar las enseñanzas de los ocho capítulos —⁠contados a partir de «Medios hábiles»⁠— y las del capítulo «Duración de la vida».

Este, «Rey de la Medicina», contiene diez analogías; la primera de ellas es la del gran océano. Comenzaré explicándola de manera concisa. En el continente meridional de Jambudvipa hay dos mil quinientos ríos; en el continente occidental de Godaniya hay cinco mil. En la totalidad de los cuatro continentes, los ríos suman veinticinco mil novecientos. Algunos de ellos miden cuarenta ris de largo; otros, cien ris; unos, apenas llegan a un ri, un cho o una braza. Sin embargo, en lo que concierne a profundidad, ninguno de ellos puede compararse con el gran océano.

El Sutra del loto ocupa el lugar más destacado en el conjunto de las enseñanzas, entre las cuales se cuentan el Sutra de la guirnalda de flores, los Sutras agama, los Sutras correctos e iguales, el Sutra de la sabiduría, el Sutra de los profundos secretos, el Sutra Amida, el Sutra del nirvana, el Sutra Mahavairochana, el Sutra de la corona de diamantes, el Sutra del susiddhikara y el Sutra de la secreta solemnidad, todos los sutras predicados por Shakyamuni El Que Así Llega, todos los que expuso Mahavairochana El Que Así Llega, todos los que enseñó Amida El Que Así llega, todos los que transmitió Maestro de la Medicina El Que Así Llega y todos los sutras predicados por los diversos budas de las tres existencias del pasado, el presente y el futuro. Así pues, esos otros sutras son comparables con los muchos ríos, de larga, mediana y corta longitud, mientras que el Sutra del loto se compara con el gran océano.

El océano posee diez virtudes, que lo vuelven superior a los ríos. Primero, la profundidad del océano aumenta en forma progresiva —⁠lo cual no ocurre con los ríos⁠—; segundo, el océano, a diferencia de las corrientes fluviales, no retiene los cadáveres; tercero, anula los nombres de los muchos ríos que confluyen en él; cuarto, el sabor de sus aguas es el mismo en cualquier parte, propiedad que los ríos no poseen; quinto, el océano contiene muchas riquezas que no se encuentran en las corrientes fluviales; sexto, tiene una profundidad inmensa, lo cual no puede decirse de los ríos; séptimo, a diferencia de estos últimos, el océano es infinitamente ancho; octavo, este alberga criaturas de gran tamaño, que no pueden vivir en aguas fluviales; noveno, el océano sigue movimientos de pleamar y bajamar, que lo diferencian de los ríos, y décimo, absorbe las aguas de lluvias torrenciales o de inmensos afluentes sin jamás desbordar, cosa que no ocurre con las corrientes de agua.

El Sutra del loto también posee diez virtudes, mientras que los demás sutras tienen diez falencias. En el caso de este sutra, los beneficios que proporciona aumentan en profundidad y magnitud, y se transmiten hasta la quincuagésima persona sucesiva que lo escucha. Pero en el caso de los demás sutras, ni siquiera la primera persona que lo escucha puede recibir beneficios, así que mucho menos se beneficiarán la segunda, tercera o cuarta, o la quincuagésima persona.

Aunque haya ríos hondos, su profundidad no puede compararse siquiera con la que tiene el océano en sus partes más superficiales. Y aunque los otros sutras aleguen que, a causa de un solo ideograma, de una sola frase o de diez meditaciones,1 abrazan a las malas personas que han cometido las diez malas acciones o las cinco faltas capitales, dichos beneficios no pueden equipararse a los que obtiene la quincuagésima persona que, al escuchar un solo ideograma o frase del Sutra del loto, responde con alegría.

En el caso del Sutra del loto, así como el océano no retiene los cuerpos muertos, los que denigran la Ley oponiéndose al Sutra del loto serán rechazados por el sutra, aunque en otros sentidos sean personas de extrema bondad. ¡Cuánto más cierto habrá de ser en el caso de personas malvadas, que además de cometer otra clase de faltas actúan contra la Ley! Aunque uno hable en términos injuriosos de otros sutras, mientras no denigre el Sutra del loto, con toda certeza entrará en el Camino del Buda. Pero si uno abraza la fe en todos los demás sutras siendo detractor del Sutra del loto, invariablemente caerá en la gran fortaleza del infierno Avichi.

Ahora paso a la octava virtud del océano, que es su capacidad de albergar grandes criaturas, y hago notar que en el océano hay inmensos peces como el makara.2 El lugar que llamamos infierno del sufrimiento incesante mide en total ochenta mil yojanas de longitud y de ancho. Pero cuando alguien cae en el infierno del sufrimiento incesante por haber cometido las cinco faltas capitales, su cuerpo llena el lugar por completo.3 Así pues, sabemos que los habitantes de este infierno —⁠personas que han cometido las cinco faltas capitales⁠—, son seres de muy inmenso tamaño.

En los demás sutras, que hemos comparado con ríos pequeños y grandes, no encontramos ningún makara. En cambio, estos existen en el gran océano que es el Sutra del loto. En forma análoga, los demás sutras no señalan que las personas que cometen las cinco faltas capitales sean capaces de entrar en el Camino del Buda. O si los sutras lo dicen, de hecho, el verdadero principio todavía no ha sido revelado en ellos.

Por ende, el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che, quien memorizó todas las enseñanzas sagradas que el Buda expuso a lo largo de su vida, dice en su comentario sobre el Sutra del loto: «Los demás sutras sólo predicen la Budeidad a los bodhisattvas, mas no a las personas de los dos vehículos. Sólo la predicen a la gente buena, mas no a las malas personas […]. Este sutra predice la Budeidad a todos».4 Pero no me extenderé en detalles sobre esta cuestión.

En segundo lugar, está la analogía de las montañas. El sutra dice que el monte Sumeru es la más prominente de todas las montañas y de las diez montañas de los tesoros. Estas diez son: primero, las Montañas Nevadas; segundo, el monte Fragante; tercero, el monte Khadira; cuarto, la Montaña de los Inmortales y Venerables; quinto, el monte Yugamdhara; sexto, el monte Oreja de Caballo; séptimo, el monte Nimindhara; octavo, el monte Chakravada; noveno, la Montaña de la Sabiduría Pretérita; décimo, el monte Sumeru.

Las primeras nueve de estas elevaciones son comparables a los demás sutras, que equivalen a montañas comunes. Cada una de estas montañas contiene tesoros. Pero el monte Sumeru contiene tesoros a granel, riquezas superiores a los de cualquier otro monte. Por ejemplo, es como el oro de Jambunada,5 con el cual no puede compararse el oro corriente.

El Sutra de la guirnalda de flores sostiene en sus enseñanzas que «el mundo fenoménico es creado sólo por la mente»; los Sutras de la sabiduría postulan dieciocho clases de no sustancialidad; el Sutra Mahavairochana expone las cinco meditaciones para lograr la Budeidad, y el Sutra de la meditación plantea la doctrina del renacimiento en la Tierra Pura. Pero la enseñanza del Sutra del loto sobre el logro de la Budeidad con la forma física que cada uno posee supera todas las anteriores.

El monte Sumeru es de color dorado. Cada criatura que llega a esta montaña, sea buey o caballo, sea humana o celestial, sea ave u otra clase de ser vivo, de manera invariable pierde su color original y adopta el tono dorado de la montaña. Y ningún otro monte posee esta propiedad. De la misma manera, cuando todos los demás sutras son puestos ante el Sutra del loto pierden su tono original. Son como objetos negros que, expuestos a la luz del sol o de la luna, pierden su color. Así pues, las enseñanzas sobre el renacimiento en otra tierra o sobre el logro de la Budeidad que tiñen estos sutras inevitablemente pierden significado cuando son expuestas a la luz del Sutra del loto.

En tercer término, está la analogía de la luna. De las muchas estrellas, algunas pueden iluminar un área de no más de medio ri; otras, un espacio de no más de un ri; algunas, una zona de no más de ocho o dieciséis ris. Pero la luna puede proyectar su luz sobre una extensión de más de ochocientos ris. Así pues, aunque las diversas estrellas sean luminosas, no pueden equipararse con la luna.

Aunque uno juntara cien, mil, diez mil o un millón de estrellas, y sumara todas las luminarias del mundo de los cuatro continentes, de un gran sistema planetario y de todos los planetas de las diez direcciones, su luz no igualaría la de una sola luna. ¿Cómo, entonces, la luz de una sola estrella podría equipararse con la luz de la luna?

De manera similar, aunque uno junte las muchas enseñanzas —⁠el Sutra de la guirnalda de flores, los Sutras agama, los Sutras correctos e iguales, los Sutras de la sabiduría, el Sutra del nirvana, el Sutra Mahavairochana y el Sutra de la meditación⁠—, nunca podrían equipararse con un solo ideograma del Sutra del loto.

En la mente de todos los seres humanos, existen tres categorías de ilusiones: las del pensamiento y del deseo, las ilusiones innumerables como partículas de polvo y de arena, ilusiones sobre la verdadera naturaleza de la existencia; también existe un karma creado por las diez malas acciones o las cinco faltas capitales. Todos ellos, juntos, vienen a ser como una noche negra. El Sutra de la guirnalda de flores y las demás enseñanzas son como estrellas en esta noche oscura, mientras que el Sutra del loto es como la luna. Para los que tienen fe en el Sutra del loto, pero de manera superficial, es como si media luna iluminara la oscuridad. No obstante, para los que tienen una fe profunda, es como si una luna llena colmara la noche de luz.

En una noche sin luna donde sólo brillan las estrellas, los hombres fuertes o robustos tal vez se aventuren a otras tierras, pero a las mujeres y los ancianos les resultará imposible. Sin embargo, en las noches de plenilunio, hasta las mujeres y personas mayores pueden caminar por donde quieran, dirigirse a un banquete o ir al encuentro de otras personas. De manera análoga, en muchos sutras se dice que los bodhisattvas y las personas comunes de gran capacidad pueden lograr la iluminación. Pero a los practicantes de los dos vehículos, las personas comunes, las mujeres y las malas personas, o a los que viviendo en el Último Día de la Ley no observan los preceptos por ser ancianos y remisos, no se les da ninguna seguridad de que puedan renacer en la Tierra Pura o lograr la Budeidad. Sin embargo, esta limitación no ocurre con el Sutra del loto. En esta enseñanza, hasta a las personas de los dos vehículos, las mujeres y los malvados se les asegura que llegarán a ser budas, para no hablar de los bodhisattvas y de las personas comunes de gran capacidad.

Por otro lado, cuando se acerca el amanecer, la luna se vuelve más brillante que a comienzos de la noche; también es más luminosa en otoño e invierno que en primavera y verano. De manera semejante, a la hora de prodigar beneficios a los seres vivos, el Sutra del loto es mucho más efectivo en el Último Día de la Ley que durante los dos milenios que forman los días Primero y Medio de la Ley.

Pregunta: ¿Qué pasajes documentales puede citar a modo de prueba?

Respuesta: La verdad está a la vista. Además, este capítulo luego dice: «Cuando yo haya pasado a la extinción, en el último período de quinientos años, debéis propagar [el Sutra del loto] en todas partes ampliamente, en todo Jambudvipa, y jamás dejar que se extinga».6 Esta frase del sutra, que dice que deberá ser propagado de manera amplia en todo Jambudvipa —⁠el continente meridional⁠— cuando hayan pasado dos milenios, expresa el mismo significado que la tercera analogía de la luna. El gran maestro Kompon, también conocido como gran maestro Dengyo, se refería a esta idea cuando dijo en su comentario: «Los días Primero y Medio ya casi han terminado, y el Último Día se aproxima. Esta, sin duda, es la época en que el vehículo único del Sutra del loto demostrará adecuarse perfectamente a la capacidad de todas las personas».7

Los beneficios concedidos por el Sutra del loto superan los de todos los demás sutras, aun durante los mil años del Primer Día de la Ley y durante el milenio del Día Medio. Pero cuando terminan la primavera y el verano de esos dos períodos, y llegan el otoño y el invierno del Último Día de la Ley, la luz de esta luna brilla con más fulgor que nunca.

En cuarto lugar, está la analogía del Sol. Cuando la luna asoma en un firmamento estrellado, aunque su luz supere la de todos los demás astros, el fulgor de estos no se desvanece. Pero cuando asoma el sol, no sólo se extingue la luz de las estrellas, sino que hasta la luna pierde brillo y luminosidad.

Las enseñanzas predicadas antes que el Sutra del loto son como estrellas; la enseñanza teórica del Sutra del loto es como la luna, y el capítulo «Duración de la vida» es como el sol. Cuando este capítulo irrumpe, la luna de la enseñanza teórica no puede igualarlo, para no mencionar siquiera a las estrellas de los sutras anteriores.

De noche, cuando salen las estrellas y la luna, los hombres interrumpimos nuestras actividades. Pero cuando sale el Sol, invariablemente retomamos nuestras diversas tareas. Del mismo modo, mientras prevalecen los sutras anteriores o la enseñanza teórica del Sutra del loto, a la gente le es difícil poner fin a los sufrimientos del nacimiento y la muerte. Pero una vez que aparece el capítulo «Duración de la vida» de la enseñanza esencial, es seguro que las personas podrán liberarse de tales sufrimientos.

Voy a pasar por alto el análisis de las seis analogías restantes.

Además de estas diez comparaciones, en este capítulo hay muchas otras semejanzas. Entre ellas, la del viajero que encuentra un navío cuando desea cruzar las aguas. El significado de esta analogía es que, en el mar de los sufrimientos del nacimiento y la muerte, los sutras predicados antes que el Sutra del loto son como balsas o botes. Aunque pueden transportar personas de una orilla a otra dentro del mundo del nacimiento y la muerte, son incapaces de hacerlas cruzar el mar del nacimiento y la muerte, hasta las lejanas márgenes de la Perfecta Felicidad.8

Estos sutras son como las barcas de nuestro mundo, que pueden ir desde Tsukushi hasta la región de Bando, o desde Kamakura hasta Enoshima,9 pero no les es posible navegar hasta la China. En cambio, un barco chino es perfectamente capaz de viajar desde el Japón hasta su tierra de origen sin dificultad.

Además, está la analogía que dice «como el pobre que encuentra riquezas». La tierra representada por las enseñanzas predicadas antes que el Sutra del loto es un sitio empobrecido, cuyos habitantes viven como entidades hambrientas. Por su parte, el Sutra del loto es como una verdadera montaña de riquezas, habitada por gente próspera.

Pregunta: Cuando usted dice que las tierras de los sutras predicados antes que el Sutra del loto son sitios empobrecidos, ¿a qué pasaje de las enseñanzas se refiere?

Respuesta: El capítulo «La anunciación de profecías» [del Sutra del loto] señala: «Si alguien llegase de una tierra azotada por la hambruna y de pronto se topase con el fastuoso banquete de un Rey...».

Con respecto al renacimiento en la Tierra Pura y al logro de la iluminación en las mujeres, en una frase del sutra se dice lo siguiente: «Si en el quinto período de quinientos años, cuando El Que Así Llega haya pasado a la extinción, hay una mujer que escucha este sutra y lleva a cabo su práctica tal como el sutra indica, cuando concluya su vida aquí en la tierra irá de inmediato al Mundo de la Paz y del Deleite, donde el buda Amida vive rodeado por una asamblea de grandes bodhisattvas, y allí nacerá sentada en un sitial alhajado, en el centro de una flor de loto».10

Pregunta: ¿Por qué este sutra y este capítulo del sutra se detienen a analizar el renacimiento de la mujer en la Tierra Pura?

Respuesta: Es difícil escrutar las intenciones del Buda; el significado de este asunto no es fácil de establecer. Pero si tuviese que aventurar una respuesta, diría que es porque las mujeres son vistas como la raíz de muchos errores y la causa de la decadencia de la nación. Por lo tanto, en escrituras budistas y no budistas la mujer es objeto de muchas prohibiciones. Entre ellas, por ejemplo, figuran las tres clases de obediencia descritas en las escrituras no budistas, que conllevan la necesidad de obedecer tres veces y se refieren a que, cuando una mujer es joven, debe acatar a sus padres; cuando se casa, debe someterse a su marido, y, cuando es anciana, debe obedecer a su hijo. Así pues, la mujer se ve enfrentada a estos tres obstáculos que le impiden desenvolverse con libertad en el mundo.

Si observamos las escrituras budistas, vemos que mencionan cinco impedimentos. De estas obstrucciones que afectan a las mujeres, la primera es la imposibilidad de renacer como el gran rey celestial Brahma, en el transcurso de los muchos renacimientos sucesivos a través de los seis caminos, cosa que sí pueden hacer los hombres. En segundo término, nunca pueden renacer como el rey celestial Shakra. Tercero, no pueden renacer como un rey demonio. Cuarto, tampoco pueden renacer como reyes que hacen girar la rueda. Y quinto, deben renacer siempre dentro de los seis caminos, impedidas de salir de los tres mundos e incapaces de llegar a ser budas. (Este pasaje se encuentra en el Sutra de la meditación que eclipsa el sol y la luna).11 El Sutra Mujer Plateada dice lo siguiente: «Aunque los ojos de los budas de las tres existencias cayeran al suelo, ninguna mujer en ninguno de los ámbitos de la existencia podría jamás lograr la Budeidad».

Los gobernantes sabios y los venerables, aun siendo seres humanos comunes, no dicen falsedades. Así pues, Fan Yü-ch’i entregó su cabeza a Ching K’o, y el príncipe Chi-cha depositó su espada sobre la tumba del señor de Hsü. Lo hicieron para no dejar de cumplir sus promesas y para no decir falacias. ¡Si estos hombres no mienten, mucho menos habrán de mentir los que escuchan la voz, los bodhisattvas y los budas!

En el pasado, cuando el Buda todavía era un hombre común y practicaba las enseñanzas de los sutras del Hinayana, se dedicó a observar los cinco preceptos. De todos ellos, el cuarto estipula que un hombre no debe mentir jamás. El Buda observó firmemente esta norma y nunca la infringió, ni siquiera sabiendo que acatar ese precepto podía exponerlo a perder sus bienes o su vida.

Cuando se consagró a practicar las enseñanzas de los sutras del Mahayana, observó los diez preceptos principales; de todos ellos, el cuarto establece que nunca hay que mentir. Observó esta regla sin violarla ni una sola vez durante incontables kalpas, hasta que, por fin, el poder que le brindó tal obediencia le permitió adquirir el cuerpo de un buda. Y de los treinta y dos rasgos que caracterizan el cuerpo de un buda, pudo obtener una lengua larga y ancha.

Esta lengua del Buda es tan fina, ancha y larga, que al ser extendida cubre el rostro o llega hasta el nacimiento del cabello, o, incluso, hasta el cielo de Brahma. La lengua en sí es del color del cobre, y en su superficie tiene grabadas cinco figuras, como diseños incrustados. Debajo de ella hay dos joyas de las que mana amrita.

El Buda pudo obtener esta lengua porque observó el precepto de no mentir. Y, con ella, proclamó que aunque los ojos de todos los budas de las tres existencias cayeran sobre la tierra, ninguna mujer en ninguno de los estados de la vida podría jamás llegar a ser un buda. Por eso, suponemos que ninguna mujer en ningún estado tendría esperanzas de lograr la Budeidad. Y de ser así, también debemos suponer que cuando uno nace con cuerpo de mujer, ni siquiera le sería de ayuda encumbrarse hasta integrar las tres generaciones de consortes imperiales,12 y aunque se dedicara a realizar actos meritorios y a practicar las enseñanzas del budismo, tampoco esto le serviría de nada.

Sin embargo, el capítulo «Rey de la Medicina» del Sutra del loto permite a las mujeres renacer en la Tierra Pura. ¡Es algo realmente muy extraño! ¿Entonces miente el otro sutra? ¿O es este el que no dice la verdad? Por mucho que le demos vuelta al asunto, debemos suponer que uno de los dos sutras está mintiendo. Y si uno de ellos miente, entonces un mismo buda dice dos cosas diferentes, lo cual es muy difícil de creer.

No obstante, en el Sutra de los infinitos significados, el Buda afirma: «En estos más de cuarenta años, todavía no he revelado la verdad». Y en el Sutra del nirvana, declara: «Aunque El Que Así Llega no diga falsedades, si yo supiera que diciendo cosas falsas [puedo ayudar a los seres vivos a obtener beneficios de la Ley, en bien de ellos aceptaría lo mejor y diría tales palabras, como medios hábiles]».

En vista de estos pasajes, parecería ser que el Buda mentía cuando declaró que las mujeres no podían renacer en la Tierra Pura ni lograr la Budeidad. Y si consideramos las citas del Sutra del loto que dicen: «El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad»13 y «[Acerca de] el Sutra del loto de la Ley prodigiosa […] todo lo que has expuesto es la verdad»,14 en tal caso debemos concluir que la frase del Sutra del loto que asegura a las mujeres el renacimiento en la Tierra Pura y el logro de la Budeidad es una declaración verdadera, y una expresión de su acatamiento al precepto de no mentir.

En ciertas ocasiones, cuando un digno hombre del mundo secular tiene un hijo que se conduce de manera extraña o comete algún grave error, tal vez reniegue de él diciendo que ya no es su hijo. Incluso, para demostrar la seriedad de su intención, quizá lo proclame por escrito o en forma de juramento. Pero, ante la proximidad de la muerte, lo que hace el padre es perdonar al hijo. Sin embargo, no por esta razón negaremos que sea un hombre digno o lo acusaremos de decir falsedades. El Buda también, en ciertas ocasiones, actúa de la misma manera.

Durante los más de cuarenta años transcurridos desde que se predicaron los primeros sutras, el Buda reconoció que los bodhisattvas podían acceder al Camino, que también podían hacerlo las personas comunes, al igual que los hombres y personas de bondad. Con todo, no admitió que pudieran entrar en el Camino los practicantes de los dos vehículos, las mujeres o los hombres malvados. Sin embargo, hubo ocasiones en las que pareció reconocer la posibilidad. Por lo tanto, no pudo determinarse la verdad acerca de este asunto. Pero cuando finalizó los primeros cuarenta y dos años de prédica y estaba por comenzar el período de ocho años en que predicaría el Sutra del loto en el monte Gridhrakuta, en Rajagriha, reino de Magadha, lo primero que hizo fue exponer el Sutra de los infinitos significados. Y en ese sutra declaró: «En estos más de cuarenta años, [todavía no he revelado la verdad]».


Nichiren



Antecedentes


Se cree que esta carta fue escrita en el segundo año de Bun’ei (1265), aunque otras versiones le atribuyen distintas fechas. Tampoco se sabe con certeza quién fue su destinatario, pero como en la última parte se analiza el logro de la Budeidad en las mujeres, es posible que haya sido una seguidora; probablemente, la madre de Nanjo Tokimitsu, el administrador de la aldea de Ueno, en el área de Fuji.

Nichiren Daishonin comienza esbozando la estructura general del Sutra del loto y esclareciendo el papel específico que desempeña el capítulo «Rey de la Medicina» dentro del texto. Luego, explica las primeras cuatro de las diez analogías establecidas en este capítulo; estas trazan comparaciones con el gran océano, las montañas, la luna, el sol, el rey que hace girar la rueda, la deidad Shakra, la deidad Brahma, las personas en los cuatro niveles de iluminación del Hinayana, y los pratyekabuddhas, los bodhisattvas y el Buda. De esta forma, ilustra la supremacía del Sutra del loto por sobre todos los demás sutras y los beneficios de la fe en esta enseñanza.

Cuando menciona la analogía del gran océano, se refiere a las diez virtudes que este posee, y a las descripciones que aparecen en el capítulo «Los beneficios de responder con alegría» del Sutra del loto sobre el gran beneficio recibido por la quincuagésima persona sucesiva que se regocija escuchando el sutra.

De esta forma, mediante las cuatro analogías del océano, las montañas, la luna y el sol, analiza diversos principios del budismo y afirma que el beneficio del Sutra del loto es inconmensurable, y que es la única escritura que permite a todos los seres lograr la Budeidad con la forma física que poseen. Señala que, de los veintiocho capítulos del Sutra del loto, sólo el capítulo «Duración de la vida» puede liberar a los seres humanos de los sufrimientos del nacimiento y la muerte.

A continuación, explica dos analogías adicionales que aparecen en el capítulo «Rey de la Medicina»: la del navío que transporta seres humanos a través del mar de las aflicciones del nacimiento y la muerte, y la del pobre que encuentra riquezas. Así pues, compara el Sutra del loto con un gran navío y con una montaña de tesoros.

En la última parte de la carta, escribe sobre las tres clases de obediencia y los cinco impedimentos. En el pensamiento tradicional secular y budista, se creía que estas limitaciones constreñían la vida de la mujer. En las enseñanzas predicadas antes que el Sutra del loto, las mujeres eran vistas como seres incapaces de lograr la Budeidad. Pero el Daishonin, citando el Sutra de los infinitos significados, el Sutra del loto y el Sutra del nirvana, declara que las mujeres, con toda certeza, pueden lograr la Budeidad.


Notas


1. Aquí, el término «diez meditaciones» probablemente se refiera a la meditación que enseña la escuela Tierra Pura, basada en el Sutra del buda Vida Infinita y en el Sutra de la meditación sobre el buda Vida Infinita. Consiste en invocar el nombre del buda Amida diez veces; se dice que conduce a renacer en la Tierra Pura del buda Amida.

2. El makara (sánsc.) es un gigantesco pez legendario de dieciocho cabezas y treinta y seis ojos, descrito en Reglas monásticas de la escuela Sarvastivada.

3. El gran tamaño del cuerpo simboliza la magnitud del sufrimiento que uno soporta en este infierno.

4. Palabras y frases del «Sutra del loto».

5. Oro que se obtiene cribando sedimentos de un río que corre por un bosque de árboles jambu en Jambudvipa.

6. Sutra del loto, cap. 23.

7. Ensayo sobre la protección del país.

8. A la tierra del buda Amida también se la conoce como «Tierra de la Perfecta Felicidad». El Daishonin utiliza, aquí, este término para denotar la iluminación.

9. Tsukushi es una isla situada al sur del Japón, y “Bando” es otra denominación de Kanto. Enoshima es una pequeña isla ubicada al oeste de Kamakura.

10. Sutra del loto, cap. 23. «Mundo de la Paz y del Deleite» es otro de los nombres con que se conoce a la Tierra Pura de la Perfecta Felicidad.

11. Probablemente, alusión al Sutra de la meditación que eclipsa la luz solar.

12. Las tres generaciones de consortes imperiales se refieren a la consorte actual del Emperador, a la de su padre y a la de su abuelo.

13. Sutra del loto, cap. 2.

14. Ib., cap. 11.