Nota de los editores.

- Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho

6 de febrero de 2024

Tomo 1 - El exilio a Izu

He recibido los bollos de arroz envueltos en hojas de bambú, el sake, el arroz seco, los pimientos, el papel y los demás artículos que usted se tomó la molestia de enviarme a través de su mensajero. Este, además, me transmitió de su parte que estas ofrendas debían mantenerse en secreto. Lo comprendo.

Cuando fui exiliado, en el duodécimo día del quinto mes, llegué a un puerto del que nunca antes había oído hablar; no bien bajé del bote, aún presa del malestar, usted tuvo la gentileza de atenderme y de tomarme a su cuidado. ¿Qué karma ha hecho posible que nos conociéramos? ¿Podría ser que usted, por haber sido un devoto del Sutra del loto en el pasado, hoy haya renacido en el Último Día de la Ley como Funamori no Yasaburo1 para apiadarse de mí? Tal vez esto sea de esperar en un hombre, pero que su esposa —⁠una mujer casada⁠— me haya alimentado, haya traído agua para que pudiera lavarme las manos y los pies, y me haya tratado con tanta bondad es algo que sólo puedo describir como prodigioso.

¿Qué lo llevó a creer profundamente en el Sutra del loto y a hacerme ofrendas durante los más de treinta días que permanecí en ese lugar? El administrador y la gente del distrito me han odiado y me han tratado con más hostilidad aún que el pueblo de Kamakura. Los que me veían, fruncían el ceño con disgusto; otros, con sólo oír mi nombre, daban rienda suelta al desprecio. Y sin embargo, aunque mi estadía coincidió con el quinto mes, cuando el arroz escasea, usted me alimentó en secreto. ¿Acaso mis padres han renacido en un sitio llamado Kawana, en Ito, provincia de Izu?

En el cuarto volumen del Sutra del loto se lee: «[Enviaré] hombres y mujeres de fe pura, que darán ofrendas a los maestros de la Ley».2 El significado de esta frase del sutra es que las deidades celestiales y benevolentes adoptarán diversas formas, entre ellas, las de hombre y mujer, y darán ofrendas para ayudar a las personas que practican el Sutra del loto. No puede haber dudas de que esto se refiere a usted y a su esposa, que han nacido como hombre y mujer, y están haciendo ofrendas a Nichiren, el maestro de la Ley.

Dado que ya le escribí extensamente en otra oportunidad,3 esta vez voy a ser breve. Pero hay algo en especial que quisiera mencionar. Cuando el administrador del distrito me envió la solicitud de que orara por la curación de su enfermedad, me pregunté si debía aceptar. Pero como manifestó cierta disposición a creer en mí, decidí que apelaría al Sutra del loto. Esta vez, no vi motivos para que los diez demonios no sumaran sus fuerzas y acudieran en mi ayuda. Por lo tanto, me dirigí al Sutra del loto, a Shakyamuni, a Muchos Tesoros y a los budas de las diez direcciones, y también a la Diosa del Sol, a Hachiman y a otras deidades mayores y menores. Estaba seguro de que tendrían en cuenta mi petición y mostrarían alguna señal. Estaba claro que no me abandonarían, y que su respuesta sería tan oportuna y reconfortante como apoyar el mano justo donde duele o rascarse allí donde atormenta la comezón. En efecto, el administrador terminó recuperándose. En agradecimiento, me obsequió una estatua del Buda que habían sacado del mar junto con una redada de peces. Lo hizo porque finalmente había cesado su dolencia, que —⁠estoy seguro⁠— tiene que haber sido infligida por los diez demonios. Este beneficio también se extenderá seguramente a usted y a su esposa.

Los seres vivos como nosotros han morado en el mar de los sufrimientos de la vida y la muerte desde el tiempo sin comienzo. Pero cuando deciden ser devotos del Sutra del loto, comprenden que su cuerpo y su mente, que han existido desde el pasado sin comienzo, están dotados en forma intrínseca de una naturaleza eternamente invariable; toman conciencia de su realidad mística gracias a su sabiduría mística, y adquieren el cuerpo de un buda, indestructible como el diamante. ¿Cómo podrían entonces ser distintos del Buda? El buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, se estaba refiriendo a seres vivos como nosotros, cuando dijo, hace kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios: «Soy la única persona [que puede rescatar y proteger a los demás]».4 Esta es la enseñanza del Sutra del loto sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, y es la acción expresada en la frase «Siempre estoy aquí, predicando la Ley».5 Aunque haya una enseñanza admirable como el Sutra del loto y aunque exista el buda Shakyamuni, la gente común no se percata de ello. A esto alude el pasaje del capítulo «Duración de la vida» que dice: «Lo hago para que los seres vivos, en su confusión, no me vean ni siquiera cuando estoy cerca de ellos». La diferencia entre la ilusión y la iluminación es como la que distingue los cuatro puntos de vista en el bosquecillo de árboles sal.6 La expresión «Buda de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital» significa que la totalidad del mundo fenoménico manifiesta la Budeidad.

El demonio que se le apareció al niño Montañas Nevadas era Shakra disfrazado. La paloma que buscó la protección del rey Shibi era la deidad Vishvakarman. El rey Brillo Universal, quien regresó al palacio del rey Pies Moteados [para ser ejecutado] era el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Aunque la gente es ciega a este tipo de cosas, el ojo del Buda es capaz de percibirlas. Un pasaje del sutra afirma que hay caminos en el cielo y en el mar, por donde se desplazan las aves y los peces. Una estatua de madera [del Buda] es, en sí misma, un buda de oro, y un buda de oro es, en sí, una estatua de madera. El oro de Aniruddha7 se convirtió en una liebre y, luego, en un cadáver. En la palma de la mano de Mahanama, hasta la arena se convertía en oro.8 Estas cosas superan la comprensión habitual. Una persona común es un buda, y un buda es un ser humano común. A esto se refieren los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital y la frase «Yo, en verdad, logré la Budeidad».9

En ese caso, tal vez el Gran Iluminado Honrado por el Mundo, señor de las enseñanzas, haya renacido y me haya auxiliado en la persona de usted y de su esposa. Aunque el trecho entre Ito y Kawana es corto, la distancia se impone a nuestros corazones. Le escribo esta carta en bien del futuro. No hable de esto con otras personas; es para su propia reflexión personal. Si la gente llegara a saber de esta carta, las cosas se pondrían realmente difíciles para usted. Atesórela en lo profundo de su corazón y jamás la mencione a los demás. Con mi profundo respeto, Nam-myoho-renge-kyo.


Nichiren


En el vigésimo séptimo día del sexto mes, primer año de Kocho (1261).

 

Enviada a Funamori Yasaburo


Antecedentes


El octavo mes de 1260, un grupo de seguidores del Nembutsu atacaron la morada del Daishonin en Nagoe, Kamakura, furiosos porque este había refutado la escuela Tierra Pura en su tesis Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra. El Daishonin a duras penas logró salvarse, tras lo cual fue a vivir a la residencia de su discípulo Toki Jonin en la provincia de Shimosa. Con todo, en la primavera de 1261, regresó a Kamakura y retomó sus actividades de propagación.

El duodécimo día del quinto mes de 1261, sin que mediara ninguna investigación oficial, el gobierno condenó a Nichiren Daishonin al exilio en la península de Izu, bastión de la escuela Tierra Pura. Fue llevado a Kawana, pequeña aldea pesquera sobre la costa noreste de la península de Izu, donde un pescador llamado Yasaburo y su esposa le brindaron refugio y alimento. Ambos abrazaron fielmente las enseñanzas del Daishonin.

Un mes después, al enterarse de la presencia del Daishonin en el lugar, Ito Sukemitsu, administrador del distrito de Ito, en Izu, lo citó para pedirle que orara por su recuperación, ya que padecía una grave enfermedad. Sukemitsu recuperó la salud y se dice que también se convirtió a las enseñanzas de Nichiren Daishonin.

Preocupados por la seguridad de su maestro cuando este viajó a Ito para orar por la salud del administrador, Yasaburo y su esposa enviaron un mensajero con diversas ofrendas. El exilio a Izu es la respuesta del Daishonin. El destierro llegó a su fin el vigésimo segundo día del segundo mes, en 1263, y el Daishonin regresó a Kamakura.


Notas


1. Funamori significa «pescador»; el apelativo podría traducirse como Yasaburo el Pescador.

2. Sutra del loto, cap. 10.

3. Poco se sabe sobre la carta a la que se hace referencia; hoy sólo se conserva la que lleva por título El exilio a Izu.

4. Sutra del loto, cap. 3.

5. Ib., cap. 16.

6. Shakyamuni falleció después de exponer su última enseñanza, el Sutra del nirvana, en un bosque de árboles llamados sal. El Sutra de la resolución de las dudas acerca del Día Medio de la Ley describe de cuatro maneras distintas ese bosque: 1) como un bosque compuesto de tierra, árboles, plantas y muros de piedra; 2) como un lugar adornado con las siete clases de tesoros, incluidos el oro y la plata; 3) como un lugar donde todos los budas practican el budismo; 4) como la eterna tierra iluminada del Buda. La diferencia de conceptos tiene que ver con la capacidad y el estado de vida de la gente.

7. Aniruddha fue uno de los diez discípulos principales de Shakyamuni, conocido por haber desarrollado más que nadie el don de la visión divina. La historia figura en Palabras y frases del «Sutra del loto». Tiempo atrás, un pratyekabuddha llamado Rida trataba de llevar a cabo la práctica de pedir limosnas sin obtener ningún resultado. Al ver esta situación, un menesteroso le ofreció mijo. Luego, cuando el pobre hombre fue a buscar más, una liebre trepó a sus espaldas y se convirtió en un cadáver. Atemorizado, intentó desembarazarse del cuerpo en vano. Pero no bien llegó a su hogar, el cadáver cayó al suelo y se convirtió en oro. Al enterarse de ello, un grupo de individuos malvados fue a robarle el metal, pero sus ojos sólo vieron un cuerpo muerto. Sin embargo, lo que veía el buen hombre era oro auténtico, que le proporcionó riqueza. Noventa y un kalpas después, renació como Aniruddha.

8. Mahanama fue uno de los cinco monjes a quienes el Rey, padre de Shakyamuni, había ordenado que acompañasen a su hijo cuando este abandonó la vida secular e ingresó en la vida religiosa. Lo siguieron y practicaron el ascetismo a su lado, pero lo abandonaron cuando Shakyamuni desechó este medio de práctica. Poco después, el Buda logró la iluminación, y cuando predicó su primer sermón ante sus cinco viejos compañeros, en el Parque de los Ciervos, estos pasaron a ser sus primeros discípulos. De acuerdo con el Sutra agama sobre el crecimiento de a uno, Mahanama poseía poderes ocultos. La historia de la «arena que se convertía en oro sobre la palma de su mano» aparece en una obra de Ts’ung-i titulada Suplemento de las tres obras principales de T’ien-t’ai.

9. Sutra del loto, cap. 16. Acerca de esta frase, Nichiren Daishonin señala en su Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente que «yo» se refiere a todas las personas que viven en los diez estados, y eso significa que las personas de los diez estados son budas eternamente dotados de los tres cuerpos.