Nota de los editores.

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17 de febrero de 2024

Tomo 1 - El cuerpo y la mente de los seres


Las escrituras anteriores al Sutra del loto se ocupan del cuerpo y la mente de las personas comunes. El Buda las expuso en forma accesible a la mente de los seres humanos y, por ello, aunque son prédicas del Buda, no superan el alcance de la gente corriente. Por eso se dice que son sutras predicados de acuerdo con la mente de los demás.

Para dar un ejemplo, pensemos en un matrimonio que no siente predilección por el sake, pero, en cambio, su querido hijo se desvive por él. Como aman al joven con toda su alma y desean que él retribuya estos sentimientos, lo instan a beber sake con entusiasmo, como si a ellos mismos les agradara. Y el tonto hijo, al ver esta actitud, concluye de manera errónea que su padre y su madre son afectos a la bebida.

El Sutra Trapusha1 se ocupa de los estados de los seres humanos y celestiales. Los Sutras agama se refieren a las personas de los dos vehículos. El Sutra de la guirnalda de flores se centra en los bodhisattvas. Los Sutras correctos e iguales y el Sutra de la sabiduría, en ciertos aspectos, se asemejan a los Sutras agama y al Sutra Trapusha, y en otros, al Sutra de la guirnalda de flores.

En esta última época, cuando las personas comunes leen estas diversas enseñanzas, suponen que tales sutras concuerdan con la mente del Buda. Pero si ponderamos esta cuestión con detenimiento, veremos que lo que leen es apenas un reflejo de su propia mente. Y ya que esta, como es natural, no ha sido cultivada, poco es el mérito que obtienen de tales enseñanzas.

Pero, por otro lado, se sabe que el Sutra del loto es una enseñanza predicada de acuerdo con la propia mente del Buda. Y como la del Buda es una mente excelsa, las personas que lean este sutra, aun sin comprender su significado, obtendrán beneficios incalculables.

Así como la artemisa que crece entre el cáñamo o la serpiente en un tubo [se enderezan por vía natural], los que se vinculan con gente de recta personalidad también cultivan propósitos, acciones y palabras rectas. El Sutra del loto ejerce una influencia similar: los que creen en este sutra, en definitiva, son buenas personas para el Buda.

Sin embargo, con respecto al Sutra del loto, la forma de su enseñanza varía de acuerdo con la capacidad de las personas, la época, el país y los individuos que la propagan. No obstante, parece que ni siquiera los bodhisattvas que han llegado al nivel de la iluminación casi perfecta comprenden estas relaciones. ¡Cómo esperar que las entiendan las personas comunes en esta última época!

En general, hay tres clases de mensajeros. Los de la primera clase son muy p.1175listos. Los segundos no se destacan por su inteligencia, pero tampoco son necios. Los de la tercera clase son de muy pocas luces, pero absolutamente confiables.

De estas tres clases, los primeros no cometerán errores [a la hora de transmitir el mensaje]. Los segundos, dotados de cierta astucia pero no tanta como la de los anteriores, agregarán al mensaje de su señor palabras de su cosecha. Por eso, constituyen la peor clase posible de emisario. Los de la tercera clase, de inteligencia muy limitada, no se atreverían a agregar una sola palabra a las de su señor; honestos por demás, transmitirán el mensaje de su amo sin ninguna distorsión. Por eso son mejores mensajeros que los de la segunda clase y, en ocasiones, hasta superan a los primeros.

Los emisarios de la primera clase se comparan con las cuatro clases de honorables de la India. Los de la segunda clase, con los maestros de la China. Y los de la tercera categoría son como las personas ignorantes, pero honestas, que uno encuentra en la población de esta última época.

No me referiré ahora al período en que el Buda vivió en este mundo. El milenio que comenzó un día después de su muerte se conoce como Primer Día de la Ley, y se divide en dos mitades. Durante los primeros quinientos años, se propagaron las enseñanzas de los sutras del Hinayana. Y las personas que las difundieron fueron MahakashyapaAnanda y otros. En el segundo período de quinientos años, AshvaghoshaNagarjunaAsangaVasubandhu y otros propagaron las enseñanzas de los sutras del Mahayana provisional. De los citados estudiosos, algunos escribieron sobre ciertas partes del Sutra del loto, y otros ni siquiera lo mencionaron. Con respecto a los eruditos que aparecieron después de este milenio del Primer Día de la Ley, hubo muy pocos cuyas opiniones coincidieran con la propia enseñanza del Buda; en su mayoría, cometieron errores. De aquellos que [aparecieron en el Primer Día y] no se equivocaron, pero cuyos tratados fueron incompletos, cabe nombrar a MahakashyapaAnandaAshvaghoshaNagarjunaAsanga y Vasubandhu.

En el milenio del Día Medio de la Ley, el budismo se transmitió a la China. Pero al principio, debido a la controversia con el confucianismo, aparentemente no hubo tiempo de profundizar en las divisiones internas del budismo, como la diferencia entre el Mahayana y el Hinayana, y entre las enseñanzas provisionales y verdaderas.

A medida que las doctrinas budistas se diseminaron en forma más amplia y el resto de las enseñanzas fueron llegando de la India, una tras otra, algunas personas que al comienzo habían parecido sabias luego resultaron ser tontas, a la luz de los sutras y tratados conocidos con posterioridad. Y hubo otros que, en los primeros tiempos, dieron la impresión de ser necios, pero luego resultaron ser sagaces. Por fin, se desarrollaron diez escuelas distintas,2 que postularon mil o diez mil interpretaciones diferentes. La gente ignorante no supo a cuál seguir, mientras que aquellos tenidos por sabios desarrollaron un apego extremo a sus propias ideas.

Sin embargo, al final, todos coincidieron en algo, y esto es, en resumidas cuentas, que de todas las enseñanzas predicadas a lo largo de la existencia del Buda, el Sutra de la guirnalda de flores ocupaba el primer lugar; el Sutra del nirvana, el segundo, y el Sutra del loto, el tercero. Del gobernante al plebeyo más humilde, ni un solo individuo cuestionó esta interpretación, porque era sostenida por el maestro del Dharma Fa-yün, el maestro del Dharma Chih-tsang, y las demás figuras de las diez escuelas, todos ellos respetados como grandes venerables.

p.1176Pero entonces, en el Día Medio de la Ley, durante las dinastías Ch’en y Sui, apareció un joven sacerdote llamado Chih-⁠i, quien luego sería conocido como el gran maestro T’ien-t’ai Chih-che. Aunque expuso muchas doctrinas, en última instancia sus enseñanzas se centraron en una sola cuestión: la superioridad comparativa del Sutra del loto sobre el Sutra del nirvana y el Sutra de la guirnalda de flores.

El maestro del Dharma Chih-⁠i declaró que los maestros del budismo ordenaron estas enseñanzas en la jerarquía inversa. El soberano de la dinastía Ch’en, para determinar la verdad de este asunto, convocó a un grupo de más de cien hombres, incluidos el administrador sacerdotal Hui-heng, el supervisor sacerdotal Hui-k’uang, el maestro del Dharma Hui-jung y el maestro del Dharma Fa-sui,3 todos los cuales se contaban entre las figuras más eminentes de las diez escuelas del norte y del sur, e hizo que estos confrontasen a Chih-⁠i en debate.

El maestro del Dharma Chih-⁠i expresó: «El Sutra del loto dice, en su propio texto: “ocupa el sitio más elevado entre todos [los sutras]”.4 También afirma: “De todos los sutras que he predicado, predico y predicaré, este Sutra del loto es lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender”.5 El Sutra de los infinitos significados esclarece que “los sutras que he predicado” se refieren a “la enseñanza de la gran sabiduría, y la enseñanza de la meditación sobre la impronta oceánica de la guirnalda de flores”, entre otras cosas. Y con respecto a los ”sutras que predicaré”, el Sutra del nirvana sostiene: “[...] de los prajna-paramitas (las enseñanzas de la perfección de la sabiduría) hizo nacer el Sutra del nirvana”. Estos pasajes de las escrituras muestran que el Sutra del loto es superior al Sutra de la guirnalda de flores y al Sutra del nirvana; lo dejan sobradamente claro, con toda la claridad posible. Debéis basar vuestra comprensión en esto».

Refutados de tal modo, algunos de sus oponentes se limitaron a callar, otros espetaron insultos y otros empalidecieron. El soberano de la dinastía Ch’en se irguió de su sitial y se inclinó tres veces en señal de respeto, y los cien funcionarios allí presentes unieron las palmas de sus manos en gesto reverencial. Incapaces de demostrar sus razones, las figuras de las demás escuelas aceptaron la derrota. Así pues, se estableció que el Sutra del loto ocupaba el lugar más elevado entre todas las enseñanzas predicadas por el Buda a lo largo de su existencia.

Pero luego, en el último período de quinientos años del Día Medio de la Ley, aparecieron, una tras otra, nuevas traducciones6 de los sutras y tratados. En el tercer año de la era Chen-kuan (629), durante el reinado del emperador T’ai-tsung, un sacerdote llamado Hsüan-tsang viajó a la India. Allí pasó diecisiete años estudiando las diversas doctrinas budistas de las cinco regiones de la India, y retornó a su país en el decimonoveno año de la misma era (645), cuando dio a conocer el Sutra de los profundos secretos, el Tratado sobre los niveles de la práctica del yoga, el Tratado sobre la doctrina de la conciencia como origen y las demás enseñanzas de la escuela Características del Dharma.

Hsüan-tsang declaró: «Aunque hay muchas escuelas distintas en la India, esta es la más elevada». El emperador T’ai-tsung fue uno de los gobernantes más sabios que conoció la China, y él adoptó a Hsüan-tsang como mentor.

En esencia, lo que dicha escuela postula es que para algunas personas, los tres vehículos son un simple medio conducente y la verdad está representada por el vehículo único, mientras que, para otras, el vehículo único es un medio conducente y los tres vehículos constituyen la verdad. También enseña que las cinco p.1177naturalezas son términos completamente separados entre sí, y que los seres animados predestinados por naturaleza [a los dos vehículos] o los que carecen de la naturaleza de la iluminación no podrán jamás lograr la Budeidad.

Tales doctrinas resultaron tan incompatibles con la escuela T’ien-t’ai como el fuego y el agua. Pero, para ese entonces, tanto el gran maestro T’ien-t’ai como el gran maestro Chang-an habían fallecido, y sus sucesores no actuaron a la altura de las circunstancias. Y por eso la escuela T’ien-t’ai dio la impresión de haber sido derrotada.

Luego, durante el reinado de la emperatriz Wu, la escuela Guirnalda de Flores se dio a conocer en la China. Se dejó a un lado la traducción del Sutra de la guirnalda de flores en sesenta volúmenes, que el gran maestro T’ien-t’ai había criticado, y a partir de entonces la escuela prosperó basada en una nueva traducción del citado sutra, en ochenta volúmenes, que difundió el maestro del Tripitaka Jih-chao.7 En líneas generales, esta escuela enseña que el Sutra de la guirnalda de flores representa la «raíz de la enseñanza» del Buda, mientras que el Sutra del loto constituye las «ramas de la enseñanza». La emperatriz Wu era monja budista; tenía cierto nivel de comprensión de las escrituras budistas y no budistas. Ufana de sus conocimientos, menospreció la escuela T’ien-t’ai. Y de este modo, el Sutra del loto quedó doblemente opacado por las escuelas Características del Dharma y Guirnalda de Flores.

Más tarde, durante el reinado del emperador Hsüan-tsung, hubo tres maestros del Tripitaka que viajaron de la India a la China: Shan-wu-weiChin-kang-chih y Pu-k’ung. Estos llevaron consigo el Sutra de la corona de diamantes, el Sutra del susiddhikara y el Sutra Mahavairochana. Tanto por su personalidad como por su forma de exponer la doctrina, esos tres hombres no tenían punto de comparación con los primeros maestros que había conocido el budismo chino. Pero, además, difundieron mudras y mantras que, hasta ese momento, eran desconocidos; todo esto llevó a pensar que el budismo no había existido de verdad en la China antes de su llegada. Estos hombres declararon que la escuela T’ien-t’ai era superior a las escuelas Guirnalda de Flores, Características del Dharma y Tres Tratados, pero que no podía igualar las doctrinas de los sutras de Palabra Verdadera.

Tiempo después, el gran maestro Miao-lo refutó las escuelas Características del Dharma, Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, que, obviamente, el gran maestro T’ien-t’ai no había criticado. Pero no divulgó sus refutaciones en un debate público, como lo había hecho su predecesor. Así pues, el Sutra del loto fue como una prenda de fino brocado imperceptible en la noche oscura, mientras que los mudras y mantras —⁠que no forman parte del Sutra del loto⁠— quedaron expuestos de manera evidente a la vista de la población. Por eso, todos creyeron que la escuela Palabra Verdadera era superior.

El budismo ingresó en el Japón durante el Día Medio de la Ley, en el sexto año del emperador Kimmei (545).8 Durante los doscientos años o más transcurridos desde el reinado de dicho soberano hasta el del emperador Kammu, se introdujeron las seis escuelasTres Tratados, Establecimiento de la Verdad, Características del Dharma, Tesoro del Análisis del Dharma, Guirnalda de Flores y Preceptos. Las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera entraron en el país durante el reinado de la cuadragésima cuarta soberana, la emperatriz Gensho, mientras que la escuela T’ien-t’ai se introdujo durante el reinado del emperador Shomu, cuadragésimo quinto soberano.9 Pero ninguna de estas enseñanzas fue propagada en esa época.

p.1178Durante el reinado del emperador Kammu, vivió el sacerdote Saicho, luego conocido como el gran maestro Dengyo. Antes de viajar a la China durante la dinastía T’ang, estudió a la perfección las enseñanzas de las seis escuelas y, además, pasó quince años retirado en la montaña10 examinando las doctrinas de las escuelas T’ien-t’ai y Palabra Verdadera. Así pues, aun antes de viajar a la China, ya había podido criticar las seis escuelas anteriores desde el punto de vista de las doctrinas de T’ien-t’ai, y sus críticas persuadieron a todos los líderes de los siete templos principales de Nara, quienes decidieron reconocerlo como mentor. De este modo quedaron refutadas las doctrinas de las seis escuelas.

Luego, en el vigésimo tercer año de la era Enryaku (804), viajó a la China y retornó al Japón en el vigésimo cuarto año de la misma era. En ese momento, propagó en el país las enseñanzas de las escuelas T’ien-t’ai y Palabra Verdadera. Pero, en lo concerniente a la superioridad relativa entre una y otra, parece ser que comprendió con claridad este tema, aunque no lo expuso a los demás.

Durante este mismo período vivió Kukai, luego conocido como el gran maestro Kobo. Él también fue a la China en el vigésimo tercer año de la era Enryaku y retornó al Japón en el tercer año de la era Daido (808). Estudió sólo las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera y las difundió en el Japón. En su opinión, el Sutra del loto no estaba a la altura del Sutra de la guirnalda de flores, y mucho menos se equiparaba a las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera.

El gran maestro Dengyo tuvo un discípulo llamado Ennin, quien luego se hizo conocer como el gran maestro Jikaku. Este fue a la China en el quinto año de la era Jowa (838) y regresó al Japón en el decimocuarto año de la misma era. En esos diez años, estudió tanto las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera, como las de la escuela T’ien-t’ai. Durante su permanencia en el Japón, había estudiado exhaustivamente las doctrinas de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera, bajo la guía del gran maestro Dengyo, de Gishin y Encho. Y además, durante la década que pasó en la China, estudió la doctrina de Palabra Verdadera con ocho maestros distinguidos11 y recibió instrucción sobre las enseñanzas de T’ien-t’ai, de mentores como Tsung-jui, Chih-yüan12 y otros. Cuando regresó al Japón, anunció que las escuelas T’ien-t’ai y Palabra Verdadera representaban el sabor de la mantequilla clarificada, y que los sutras de ambas corrientes eran profundos y sutiles. Y sus opiniones fueron apoyadas por un edicto imperial.

Tras él vino Enchin, luego conocido como el gran maestro Chisho. Antes de viajar a la China, había sido discípulo del reverendo Gishin. En el Japón, había estudiado las doctrinas de las escuelas Tendai y Palabra Verdadera con GishinEncho, Ennin y otros. Además, fue a la China en el tercer año de la era Ninju (853) y regresó en el primer año de la era Jogan (859). Durante los siete años que pasó en la China, emprendió un minucioso estudio de las escuelas T’ien-t’ai y Palabra Verdadera, con maestros como Fa-ch’üan y Liang-hsü.13

Declaró que la superioridad relativa entre ambas escuelas —⁠Tendai y Palabra Verdadera⁠— era tan clara como la imagen reflejada en un espejo, pero que, así y todo, dejaría zanjada la cuestión porque, en tiempos futuros, sería objeto de disputas. Así pues, señaló que las dos escuelas Tendai y Palabra Verdadera podían compararse con los dos ojos de un ser humano o con las dos alas de un ave. Los que sostuvieran interpretaciones distintas estarían contradiciendo al fundador, el gran maestro Dengyo, y no deberían permanecer en la montaña. Una vez p.1179más, se promulgó un edicto imperial en apoyo de esta postura, y Enchin propagó su interpretación en todo el país.

Al parecer, entonces, aunque en la China y en el Japón había muchas personas sabias, ni una sola pudo refutar esta interpretación. Si esta es válida, aquellos que practiquen acatándola lograrán la Budeidad sin falta, y los gobernantes que la respeten gozarán de paz y seguridad en sus dominios.

Había supuesto que, si me atrevía a compartir mi propia opinión con otros, la gente no sólo rehusaría escucharla, sino que, además, trataría de perjudicarme, y que los discípulos y seguidores laicos que prestasen oídos a mi punto de vista se verían en peligro. En efecto, las cosas ocurrieron tal como había previsto.

No obstante, creo que las interpretaciones formuladas por las personas mencionadas, sencillamente, no concuerdan con la verdadera intención del Buda. De acuerdo con los ochenta volúmenes y los veintiocho capítulos del Sutra del loto, si hubiese algún otro sutra superior, el Sutra del loto sería apenas un cónclave de budas de las diez direcciones reunidos para proferir grandes mentiras. Pero, en verdad, cuando examinamos el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del nirvana, los Sutras de la sabiduría, el Sutra Mahavairochana y el Sutra de los profundos secretos, no hallamos ni un solo pasaje que contradiga la clara afirmación del Sutra del loto de que este «ocupa el sitio más elevado entre todos [los sutras]».

Así pues, aunque Shan-wu-weiHsüan-tsangKoboJikakuChisho y el resto hayan expuesto una retahíla de hábiles argumentos, no han podido citar una sola frase de las escrituras que demuestre que el Sutra del loto es inferior al Sutra Mahavairochana. Todo su argumento descansa puramente en indagar si el sutra contiene mudras y mantras. Antes que escribir cientos de volúmenes con argumentos, antes que ir y venir entre la China y el Japón con estrategias interminables, y que arreglar la promulgación de edictos imperiales para intimidar a la gente, mucho mejor hubiera sido que demostrasen su postura citando un solo pasaje claro de los sutras. ¿Quién, entonces, habría dudado de sus aseveraciones?

Las gotas de rocío, al acumularse, forman un arroyo; los arroyos se unen para formar un océano. Las partículas de tierra superpuestas forman una montaña, y las montañas se agrupan para constituir un monte Sumeru. De la misma manera, la acumulación de asuntos triviales puede dar lugar a un grave problema. ¡Cuánto más si se trata de una cuestión como esta, de la máxima gravedad! Cuando estos hombres escribieron sus comentarios, deberían haber puesto cuidado en estudiar los principios y las pruebas documentales de ambas enseñanzas. Y cuando la Corte emitió esos edictos imperiales también tendría que haber pronunciado su dictamen después de investigar ambas posturas con detenimiento y de citar pasajes incuestionables a modo de prueba.

Ni siquiera el mismísimo Buda podría repudiar su afirmación de que [el Sutra del loto ocupa el lugar supremo] entre todos los sutras que él predicó, predica y predicará. ¿Cómo podrían, entonces, los estudiosos, maestros y gobernantes usar su autoridad para refutarla? Esta declaración [del Buda] ha sido escuchada por BrahmaShakra, las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales, y ha sido debidamente registrada por todos ellos en sus palacios.

Cuando el pueblo ignora esta afirmación, parece que las interpretaciones falsas de los maestros citados se siguen difundiendo sin que nadie reciba su merecida retribución. Pero basta con que surja un hombre de personalidad enérgica que dé a conocer esta frase del sutra p.1180con actitud audaz e intransigente, para que sin falta ocurran graves sucesos. Y como el pueblo desprecia a esta persona y la maldice, la golpea, la envía al destierro o intenta eliminarla físicamente, BrahmaShakra, las deidades del Sol y de la Luna y los cuatro reyes celestiales montan en cólera y ofrecen su alianza a ese devoto. Por eso, la censura inesperada de los cielos se cierne sobre la nación, y sus habitantes, junto con el país, se exponen a ser arrasados y destruidos.

Aunque el devoto del Sutra del loto sea de origen humilde, las deidades celestiales que lo protegen son, sin duda alguna, poderosas y temibles. Al asura que intenta engullir al sol y la luna se le parte la cabeza en siete pedazos.14 Al perro que ladra a un león se le pudren las entrañas. Tal como veo el panorama actual, esta misma clase de retribución está ocurriendo aquí en el Japón.

Por otra parte, los que den ofrendas y limosnas al devoto recibirán los mismos beneficios que si hicieran ofrendas al Sutra del loto. Como dice el gran maestro Dengyo en su comentario: «Aquellos que lo elogien recibirán una acumulación de beneficios más alta que el monte Sereno y Brillante, mientras que aquellos que actúen contra él cometerán una falta que los condenará al infierno del sufrimiento incesante».15

La persona que había ofrecido una humilde comida de mijo a un pratyekabuddha llegó a ser El Que Así Llega Brillo de los Tesoros.16 El que había ofrendado una torta de barro al Buda renació como rey de Jambudvipa.17 Aunque uno lleve a cabo actos meritorios, si estos se dirigen a algo que no es verdadero, esas acciones podrán traducirse en un gran mal, pero nunca en bien. A la inversa, aunque uno sea ignorante y haga magras ofrendas, si las entrega a aquel que proclama la verdad, obtendrá un inmenso mérito. ¡Cuánto más en el caso de aquellos que, con toda sinceridad, hacen ofrendas a la enseñanza correcta!

Por añadidura, hoy vivimos en una época de desorden, que no permite hacer mucho a las personas comunes. Y sin embargo, pese a sus muchas ocupaciones, usted con toda sinceridad me ha enviado a esta remota montaña gruesos brotes de bambú de la variedad moso,18 como ofrenda al Sutra del loto. Tenga la certeza de estar sembrando óptimas semillas en un campo de buena fortuna. Cuando pienso en ello, no puedo contener las lágrimas.


Antecedentes


No se han conservado ni la parte inicial ni la última sección de esta carta, de modo que se desconocen la fecha y el destinatario. Con todo, a juzgar por el contenido de la parte existente, parecería que el Daishonin la escribió en Minobu a uno de sus devotos creyentes.

Al comienzo, el autor declara que todos los sutras expuestos con anterioridad al Sutra del loto pertenecen a la clasificación de las enseñanzas que «concuerdan con la mente de los demás». Es decir, enseñanzas provisionales ajustadas a la comprensión del pueblo. El Sutra del loto, por su parte, «concuerda con la propia mente del Buda». Es la enseñanza en la cual el Buda reveló en forma directa su propia iluminación. Las doctrinas provisionales establecen sólo aspectos parciales de la verdad, pues se las expone de acuerdo con la capacidad de las personas, mientras que la verdadera enseñanza o Sutra del loto revela la verdad en forma íntegra y total. El Daishonin afirma que los que abrazan la fe en el Sutra del loto, aun sin entender su significado, obtendrán inmensurables beneficios en forma natural.

Luego, recapitula en forma sintética la historia de la transmisión delSutra del loto en la India, la China y el p.1181Japón durante los días Primero, Medio y Último de la Ley. Para ello, emplea la analogía de las tres clases de mensajeros, que corresponden a los maestros budistas de los días Primero, Medio y Último de la Ley.

La mayor parte de su análisis, en esta carta, se centra en el Día Medio de la Ley, cuando el mensaje del Sutra del loto fue eclipsado por otras enseñanzas. En la China, el gran maestro T’ien-t’ai esclareció la supremacía del Sutra del loto durante un debate con las figuras religiosas de las diez escuelas del norte y del sur. No obstante, tras la muerte de T’ien-t’ai, la posición central del Sutra del loto fue oscurecida por otras escuelas que provinieron de la India, como Características del Dharma, Guirnalda de Flores o Palabra Verdadera. El gran maestro Miao-lo, en cierta medida, revivió las enseñanzas de T’ien-t’ai, pero sin poder restituir al Sutra del loto el lugar de honor que antes ocupaba.

En el Japón, la posición suprema del Sutra del loto fue establecida por el gran maestro Dengyo, fundador de la escuela Tendai japonesa. Sin embargo, durante el mismo período, Kobo estableció la escuela esotérica Palabra Verdadera, y los sucesores de Dengyo, con el tiempo, cayeron bajo su influencia, para acabar poniendo el Sutra del loto en el mismo nivel que las enseñanzas esotéricas. Fue así como la enseñanza del Sutra del loto quedó oscurecida.

Aquí, el Daishonin critica los argumentos de maestros como Shan-wu-weiHsüan-tsangKoboJikaku y Chisho, y señala que no se basan en los sutras budistas. En cambio, el capítulo «Maestro de la Ley» del Sutra del loto afirma claramente: «De todos los sutras que he predicado, predico y predicaré, este Sutra del loto es lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender», con lo cual muestra que el Sutra del loto es la enseñanza más profunda. El Daishonin dice que debió enfrentar persecuciones cuando trató de revelar a todas las personas la intención de este pasaje; y que esos hostigamientos, a su vez, fueron la causa de diversas calamidades. En cambio, explica que las personas que apoyen al devoto del Sutra del loto obtendrán los mismos beneficios que si prestaran servicio al Sutra del loto en forma directa.


Notas


1. Sutra cuyo texto se ha perdido, en el cual, al parecer, Shakyamuni expuso los cinco preceptos y los diez buenos preceptos para Trapusha y Bhallika, dos mercaderes que le habían ofrecido cebada y miel poco después de que lograra la iluminación. En Profundo significado del «Sutra del loto» se menciona a un maestro de la China septentrional que incluyó este sutra en la categoría de las enseñanzas para seres humanos y celestiales.

2. Tres escuelas de la China meridional y siete escuelas de la China septentrional.

3. Hui-heng (515-589), Hui-K’uang (534-613) y Hui-jung (f. 586) fueron sacerdotes del período de las dinastías del norte y del sur. Hui-heng fue designado administrador general sacerdotal en 586. Su debate con el gran maestro T’ien-t’ai se menciona en Continuación de las biografías de sacerdotes eminentes. Según esta fuente, Hui-k’uang intervino en la propagación de las enseñanzas de Síntesis del Mahayana y Tratado sobre la doctrina de la conciencia como origen, traducidos por Paramartha. Hui-jung fue discípulo de Fa-yün, respetado como uno de los tres grandes maestros de la dinastía Liang. Fa-sui (s. f.) fue sacerdote del templo Ting-lin-ssu, quien vivió durante las dinastías Ch’en y Sui. Según Biografía del gran maestro T’ien-t’ai Chih-che de la dinastía Sui, cuando T’ien-t’ai disertó sobre el título del Sutra del loto en el templo Wa-kuan-ssu, en Chin-ling, capital de Ch’en, Fa-sui lo asistió como prior del templo Ting-lin-ssu. Profundamente conmovido por la doctrina de T’ien-t’ai, de inmediato decidió adoptarlo como maestro.

4. Sutra del loto, cap. 14.

5. Ib., cap. 10.

6. Traducciones hechas por Hsüan-tsang (602-664) y por otros que le sucedieron. p.1182Tienden a ser más literales que las «viejas traducciones» precedentes.

7. Jih-chao (en sánsc., Divakara, 613-687) fue un monje oriundo de la India central. Fue a la China en 676, donde tradujo dieciocho textos. No se sabe con certeza en qué sentido el Daishonin afirma que Jih-chao «introdujo» el Sutra de la guirnalda de flores de ochenta volúmenes. Tal vez aluda a que Fa-tsang, patriarca de la escuela Guirnalda de Flores, usaba el capítulo «Entrar en el reino del Dharma» del sutra homónimo traducido por Jih-chao, para subsanar una deficiencia que había en la vieja traducción.

8. Hoy, la fecha que suele asignarse a la introducción formal del budismo en el Japón es el año 538.

9. En Breve historia del Japón se cita una fuente no identificada, según la cual el maestro Shan-wu-wei de la escuela Palabra Verdadera visitó el Japón el primer año de la era Yoro (717), durante el reinado de la emperatriz Gensho. Aunque, probablemente, no se trate de un hecho de existencia comprobada, la tradición lo daba por cierto en tiempos del Daishonin. El sacerdote Ganjin (en chino, Chien-chen) trajo de la China las tres obras principales de T’ien-t’ai, en 754, cuando viajó al Japón invitado por el emperador Shomu para enseñar los preceptos budistas a los sacerdotes y monjas.

10. Aquí, «montaña» es una alusión al monte Hiei, situado entre el lago Biwa y la capital imperial de Kioto. Luego, pasó a ser sede del templo Enryaku-ji, principal centro religioso de la escuela Tendai japonesa.

11. Fa-ch’üanYüan-cheng, Tsung-jui, Ch’üan-ya, I-chen, Pao-yüeh, K’an y Wei-chin.

12. Tsung-jui (s. f.) fue un sacerdote del templo Hsi-ming-ssu, sito en Ch’ang-an, diferente del Tsung-jui mencionado en la nota anterior. Según Biografías de sacerdotes eminentes de la era Genko, Ennin estudió sánscrito con Tsung-jui cuando fue a la China de la dinastía T’ang, en 838. Chih-yüan (768-844) fue sacerdote de la escuela T’ien-t’ai durante la dinastía T’ang, y vivió en el templo Hua-yen-ssu, sobre el monte Wu-t’ai.

13. Fa-ch’üan (s. f.) fue un sacerdote de la escuela Palabra Verdadera que vivió durante la dinastía T’ang. Se dice que instruyó a Ennin y a Enchin en las enseñanzas esotéricas cuando estos viajaron a la China. Liang-hsü (s. f.) fue un sacerdote de la escuela T’ien-t’ai que vivió durante la dinastía T’ang.

14. Según el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, cuando el rey asura Rahula amenazó con engullir la luna, el Buda lo reprendió diciéndole que, si lo hacía, la cabeza se le partiría en siete pedazos. En Palabras y frases del «Sutra del loto» aparece otra versión de esta misma historia, según la cual Rahula amenazó con devorar tanto el Sol como la luna.

15. Clarificación de las escuelas basadas en la doctrina de T’ien-t’ai.

16. Probablemente, referencia a Aniruddha, primo de Shakyamuni y uno de sus diez discípulos principales. En el Sutra del loto, se predice que llegará a ser El Que Así Llega Brillo Universal, que en el texto aparece como Brillo de los Tesoros.

17. Referencia al niño Virtud Triunfal, quien ofreció al buda Shakyamuni una torta de barro. Según Historia del rey Ashoka, como resultado de esta ofrenda, cien años después de la muerte del Buda, el niño Virtud Triunfal renació con la identidad del rey Ashoka.

18. El nombre moso (en chino, meng-tsung) provenía del buen hijo Meng-tsung, quien vivió en Wu durante el período de los Tres Reinos (220-280). Según Relatos de épocas pasadas, él y su madre tenían predilección por comer brotes de bambú. Una mañana de invierno, la mujer no pudo conseguir ni uno, dado que la tierra estaba congelada por la nieve. Y cuando Meng-tsung se lamentó a los cielos, espontáneamente asomaron brotes de bambú en su jardín.