He recibido la túnica blanca y los diez ryos de algodón que usted ha tenido la gentileza de enviarme. Se acerca el fin de año; aquí en las montañas donde vivo, el viento sopla con furia, y mi pequeña morada tiene tantos agujeros que parece una cesta de mimbre. He tenido que cubrir el piso con hojas de plantas y llevo puestas ropas de papel,1 así que tengo el cuerpo helado como la piedra; y el frío convierte en hielo mis alimentos. Al recibir su manto acolchado, pensé en ponérmelo de inmediato para abrigarme, pero usted decía en su carta que era para el primer día del próximo año. Me pregunto si acaso el honorable Mahakashyapa, que se retiró al monte Kukkutapada para esperar cinco mil seiscientos setenta millones de años la llegada del Honorable Benevolente,2 se habrá sentido tan impaciente como yo.
Pero dejemos este tema. Shiiji Shiro me dice que usted ha estado exponiendo las enseñanzas budistas en presencia de su amo, cosa que me deleita inmensamente. Para recompensarlo, ahora le escribiré sobre una doctrina muy importante.
La mayoría de las personas, tanto las sabias como las ignorantes, le dirán que el gran bodhisattva Hachiman es una manifestación del buda Amida, y no sin cierta razón. En documentos más o menos antiguos y en los oráculos del propio Hachiman, ha habido algunos pocos casos en que se identificó a ese gran bodhisattva con el buda Amida.3 Y esto ha sucedido porque todas las personas, en su fuero interno, adoptaron la fe en el Nembutsu; en tal sentido, son como el que confunde una piedra rojiza con una pepita de oro, o como aquel que mira un tronco talado en el campo y cree ver una liebre.4
Pero, en verdad, Hachiman es una manifestación del buda Shakyamuni. Digo esto porque en la provincia de Osumi hay una inscripción sobre una piedra que así lo afirma.5 La piedra ahora está partida en dos. En uno de los pedazos, están escritos los dos caracteres del nombre de Hachiman. En el otro, se lee esta inscripción: «Hace mucho tiempo, en el Pico del Águila, él predicó el Sutra del loto de la Ley prodigiosa. Ahora, se ha manifestado como el Gran Bodhisattva y reside en el santuario principal». Esa es la primera prueba de que Hachiman es el buda Shakyamuni.
Pero hay una prueba aún más contundente. El padre del gran bodhisattva Hachiman fue el emperador Chuai, decimocuarto monarca humano del Japón, y su madre fue la emperatriz Jingu, decimoquinta soberana. El emperador Ojin, decimosexto soberano [e hijo de ambos], fue quien hoy conocemos como el gran bodhisattva Hachiman.
Su padre, el emperador Chuai, se disponía a cruzar el océano para atacar p.1127el reino de Silla, por orden de la Diosa del Sol. Pero el monarca de este reino le lanzó una maldición, y fue así como el emperador Chuai halló la muerte en Hakata.6 Cuando este murió, su esposa, la emperatriz Jingu, ya llevaba al Príncipe en su vientre. Pero, resuelta a vengar al Emperador, reunió a decenas de miles de jinetes y, al frente de este ejército, cruzó el mar con destino al reino de Silla.
Mientras el barco navegaba en alta mar, la Emperatriz sintió que llegaba la hora de dar a luz. Entonces, dijo estas palabras al hijo que aguardaba nacer:
—¿Eres príncipe o princesa? Si eres príncipe, escucha lo que debo decirte. Estoy cruzando el océano hacia el territorio de Silla para atacar a los enemigos del emperador Chuai, tu padre. Pero soy sólo una mujer, y por eso quiero que actúes como mi comandante en jefe. Si tu destino es ser soberano del Japón, no nazcas ahora; ¡permanece en mi vientre durante el tiempo que dure la batalla y desde allí, comanda mis decenas de miles de guerreros y ataca al enemigo de tu padre! Si no me obedeces e insistes en nacer ahora, te arrojaré al mar. ¡Pero no me guardes rencor por ello!
Fue así como el niño permaneció en el útero materno. La Emperatriz se puso un cinturón de piedras para enfriar su vientre y mantuvo la proa hacia Silla, territorio que conquistó al desembarcar. Cuando regresó al Japón, se dirigió al Santuario de Usa, en la provincia de Buzen, donde finalmente se produjo el alumbramiento. El pequeño, que había permanecido en el vientre materno durante tres años, seis meses y tres días, nació el octavo día del cuarto mes, de un año con el signo cíclico kinoe-tora. Y, tiempo después, pasó a la historia como el emperador Ojin. Falleció a los ochenta años, el decimoquinto día del segundo mes de un año con el signo mizunoe-saru. Él es la deidad principal del monte Otokoyama, guardiana de la dinastía que gobierna nuestro país. Su imagen entronizada en los santuarios no tiene un aspecto excepcional; sin embargo, es venerada por sus poderes misteriosos. Es la deidad conocida como el gran bodhisattva Hachiman.
Ahora bien, Shakyamuni El Que Así Llega nació en el noveno período de disminución, durante el kalpa de continuación, cuando la vida humana duraba cien años. Su padre fue el rey Shuddhodana, y su madre, la dama Maya. Shakyamuni nació en el estado de Kapilavastu, en la India central, en un lugar conocido como los Jardines de Lumbini, el octavo día del cuarto mes de un año con el signo kinoe-tora. A los ochenta años, falleció en la región oriental de la India, en Kushinagara, a orillas del río Ajitavati, el decimoquinto día del segundo mes de un año con el signo mizunoe-saru. Lo mismo sucedió con el actual gran bodhisattva Hachiman. Aunque uno nació en la India, y el otro en el Japón, y aunque ambos tuvieron distintos padres, los dos nacieron el octavo día del cuarto mes de un año con el signo kinoe-tora y murieron el decimoquinto día del segundo mes de un año con el signo mizunoe-saru.
En los más de dos mil doscientos veinte años transcurridos desde la muerte del Buda, ya sea en la India, en la China, en el Japón o en cualquier otro lugar del territorio de Jambudvipa, se ha considerado que todos los nacidos como venerables y sabios eran manifestaciones de Shakyamuni El Que Así Llega. Pero nadie ha reparado jamás en esta coincidencia que acabo de señalar.
Además de esta extraña concordancia, está la cuestión del juramento del gran bodhisattva Hachiman. Cuando predicó el Sutra del loto en la India [con la identidad del buda Shakyamuni], dijo: p.1128«Descartando honestamente los medios hábiles»,7 y, en el Japón, juró que residiría sobre la cabeza de las personas sinceras. Sin embargo, el decimocuarto día del mes pasado —el undécimo—, a la hora de la rata (entre las once de la noche y la una de la mañana), Hachiman incendió su santuario sagrado8 y ascendió a los cielos. Si indagamos la razón vemos que, aunque esta deidad había jurado establecer su morada sobre la cabeza de las personas sinceras, en determinado momento ya no quedaron personas así; entonces, privado de lugares donde vivir, optó por ascender a los cielos.
Pero lo más extraño de todo, en esta tierra del Japón, es que sus habitantes se hayan convertido en seguidores del buda Amida y hayan descartado a Shakyamuni El Que Así Llega, siendo que han nacido en un país relacionado con este último y que no mantienen con aquel ningún tipo de conexión.9
No conformes con ello, le han atribuido el día del fallecimiento de su padre —el buda Shakyamuni—, al buda Amida; y se han apropiado de su natalicio para dárselo al [buda] Maestro de la Medicina. Parecen venerar al gran bodhisattva Hachiman, pero en realidad declaran que su verdadera identidad es la del buda Amida. No sólo han abandonado [el principio de] la verdadera identidad y la manifestación,10 sino que tratan como enemigo a cualquiera que intente señalarles su error. No hay duda de que, por esta causa, la deidad Hachiman ha ascendido a los cielos, impotente para corregir la situación.
La luna proyecta su imagen sobre el agua, pero no se refleja en el líquido turbio. Sin embargo, si el rocío es puro y transparente, la luna se verá hasta en las gotas que humedecen las altas copas de los árboles o que caen sobre las briznas de hierba. Así, de esta forma, Hachiman se alojará sobre la cabeza de alguien sincero, aunque no sea el gobernante de la nación.
Hachiman ha jurado establecer residencia sobre la cabeza de cien soberanos.11 Así y todo, no lo hizo en el caso de cinco gobernantes de nuestra nación: el emperador Antoku, octogésimo primer soberano; el Emperador retirado de Oki, octogésimo segundo; el Emperador retirado de Awa, octogésimo tercero; el Emperador retirado de Sado, octogésimo cuarto, y el emperador de Higashi Ichijo,12 octogésimo quinto. Rehusó vivir en las cabezas de estos cinco porque eran hombres aduladores y bribones; en cambio, sin dudarlo, prefirió instalarse sobre las de Yoritomo y de Yoshitoki —simples servidores del trono—, porque eran personas honestas.
A partir de esta reflexión, vemos que las personas que depositan su fe en el Sutra del loto siguen una doctrina honesta y que, por tal motivo, cuentan con la protección de Shakyamuni. Si el gran bodhisattva Hachiman es una manifestación de Shakyamuni, ¿podría acaso dejar de protegerlas?
El agua que al principio ha sido pura no refleja la imagen lunar cuando la enturbia el lodo. En cambio, la luna se refleja sobre el sucio suelo nocturno, cuando despeja. El agua turbia podrá ser pura por naturaleza, pero la luna no brilla sobre su superficie. Sin embargo, el suelo nocturno, intrínsecamente lleno de impurezas, al despejar refleja los rayos de la luna.
El agua lodosa se compara con los doctos sacerdotes y los eminentes estudiosos que observan los preceptos, pero dan la espalda al Sutra del loto. El suelo nocturno, con la gente ignorante de los preceptos, llena de profunda codicia y de intensa animosidad, que, sin embargo, cree sólo en el Sutra del loto sin reservas.
p.1129La escritura conocida como Sutra del nirvana enuncia a todos los seres que han logrado el Camino a través del Sutra del loto; en la lista se mencionan criaturas repulsivas, como los escarabajos estercoleros, las víboras y los escorpiones. Para expresar el maravilloso poder del Sutra del loto, el bodhisattva Nagarjuna dice que incluso los escarabajos estercoleros pueden lograr la Budeidad a través de sus enseñanzas.13
El Sutra del nirvana también se refiere a las personas que no consiguen llegar a ser budas ni siquiera a través del Sutra del loto; los define como icchantikas —personas de incredulidad incorregible— que adoptan el aspecto de arhats o de grandes bodhisattvas. Son como el agua barrosa que, otrora transparente, ya no refleja la luz de la luna. El gran bodhisattva Hachiman ha ascendido a los cielos porque aborrece la falta de sinceridad. Pero cuando vea a los devotos del Sutra del loto, ¿podrá negarse a iluminarlos con su luz?
Mis seguidores deben creer firmemente en la verdad de esta cuestión. El gran bodhisattva Hachiman reside aquí, junto a nosotros. ¡No tengan la menor duda de ello! ¡No tengan la menor duda!
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el decimosexto día del duodécimo mes.
Respuesta a la esposa de Shijo Kingo
Antecedentes
Esta carta fue escrita en Minobu, el duodécimo mes del tercer año de Koan (1280), y dirigida a Nichigen-nyo, la esposa de Shijo Kingo, aunque a juzgar por su contenido parecería ser que fue escrita para ambos.
La mayor parte del texto gira en torno a Hachiman, quien era, junto con la Diosa del Sol, una de las deidades principales de la mitología japonesa. Se cree que la asociación entre Hachiman y el emperador Ojin data de los períodos Nara (710-794) y Heian (794-1185). Luego, Hachiman pasó a ser objeto de veneración de la clase guerrera. Minamoto no Yoritomo, fundador del sogunato de Kamakura, estableció en esta ciudad un santuario en su honor.
Hachiman también sirve para ilustrar un temprano sincretismo entre elementos budistas y sintoístas. A medida que el budismo fue propagándose en el Japón, las deidades autóctonas comenzaron a ser vistas como manifestaciones locales de budas y bodhisattvas; fue así como, a comienzos del período Heian, la Corte Imperial honró a Hachiman con el título de gran bodhisattva.
Durante el período Kamakura (1185-1333), en pleno auge de la escuela Tierra Pura, muchos tornaron a ver al gran bodhisattva Hachiman como una manifestación del buda Amida. En esta carta, Nichiren Daishonin critica rigurosamente esta idea errónea y establece de manera inequívoca que Hachiman es una manifestación del buda Shakyamuni. Corrobora sus palabras mediante dos pruebas: una inscripción que da cuenta de ello, en una piedra de la provincia de Osumi, y la coincidencia exacta entre las fechas de nacimiento y muerte del buda Shakyamuni y del emperador Ojin, identificado como Hachiman. La descripción que ofrece el Daishonin sobre el nacimiento del emperador Ojin difiere en algunos aspectos de la versión que figura en Crónicas de antiguos hechos y en Crónicas del Japón, las obras históricas más antiguas del país. Es posible que en la época del Daishonin circularan diferentes versiones de esos textos y coexistieran p.1130distintas tradiciones relativas a los acontecimientos históricos.
Más adelante, el Daishonin analiza la destrucción del Santuario a Hachiman en Kamakura, causada por un incendio ocurrido el mes anterior. Es probable que esta noticia reciente haya instado al Daishonin a escribir sobre el tema. Hachiman, había jurado residir «sobre la cabeza de las personas sinceras». Si, habiendo abandonado su santuario, se ha marchado a los cielos, sólo puede ser porque el país se ha quedado sin personas sinceras; en efecto, toda la población ha descartado la «doctrina honesta» del Sutra del loto. Sin embargo, concluye el Daishonin, los devotos del Sutra del loto son «personas sinceras», y por eso Hachiman continúa brindándoles indefectiblemente su protección.
Notas
1. Alusión a una clase de vestimenta que se confeccionaba pegando entre sí hojas de papel japonés muy grueso. Luego se arrugaba la prenda para hacerla flexible y se la trataba con tanino de caqui.
2. «Honorable Benevolente» es una referencia al bodhisattva Maitreya. Algunas fuentes lo consideran un personaje de existencia histórica, que murió antes que el Buda. Se cree que renació en el cielo de Tushita, donde lleva a cabo su prédica. Una profecía vaticina que reaparecerá en este mundo, cinco mil seiscientos setenta millones de años después de la muerte de Shakyamuni, logrará la iluminación y salvará a los seres humanos como lo hizo este.
3. Los «documentos medianamente antiguos» son los que datan de los períodos Nara (710-794) y Heian (794-1185). Es probable que el Daishonin se refiera a algunos documentos no especificados de dichos períodos. Según Biografías de sacerdotes eminentes de la era Genko, un sacerdote del siglo ix llamado Gyokyo oró ante el Santuario de Usa a Hachiman, para ver a la deidad en su forma original. Acto seguido, se le aparecieron el buda Amida y sus asistentes.
4. Referencia a un relato folclórico chino. Un día, cuando un granjero araba sus campos, vio que una liebre se estrellaba contra un tocón y se rompía el cuello. De inmediato, el hombre dejó de arar y montó guardia junto al tronco talado, con la esperanza de atrapar otras liebres de la misma manera. Sin embargo, obviamente su estrategia no dio resultado, y el hombre tuvo que soportar las burlas de los demás.
5. Esta piedra supuestamente se erigía en predios del Santuario de Hachiman, en la provincia de Osumi, actual zona de Kagoshima, al sur de Kyushu. La piedra ya no existe, pero la inscripción se menciona en una obra de Nampo Gensho (1555-1620), sacerdote de la escuela Zen.
6. Área al norte de Kyushu que antaño sirvió como sede de comercio e intercambio internacional, y centro de defensa nacional.
7. Sutra del loto, cap. 2. La frase dice: «Descartando honestamente los medios hábiles, predicaré sólo el Camino insuperable».
8. «Su santuario sagrado» indica el Santuario de Hachiman en Kamakura, que se incendió el decimocuarto día del undécimo mes de 1280.
9. El buda Shakyamuni proclama en el capítulo decimosexto del Sutra del loto: «Desde entonces, constantemente he estado en este mundo saha predicando la Ley, enseñando y convirtiendo»; esto significa que los habitantes de este mundo tienen lazos profundos con Shakyamuni. Sin embargo, otros budas, como Amida y Maestro de la Medicina, moran en ámbitos diferentes del universo. Amida es el buda de la Tierra Pura de la Perfecta Felicidad, situada al oeste, y Maestro de la Medicina es el buda del Mundo de la Esmeralda Pura, situado al este.
10. Esta expresión alude a la creencia de que las deidades japonesas autóctonas eran manifestaciones locales de budas y bodhisattvas, y que estos representaban su verdadera identidad. A medida que se impuso esta concepción, fueron surgiendo correspondencias entre ciertas deidades y ciertos budas o bodhisattvas. La frase «han abandonado [el principio de] la verdadera identidad y la manifestación» significa que, al rechazar al buda Shakyamuni, que es la verdadera identidad de Hachiman, la gente termina rechazando también a Hachiman.
11. Referencia a un oráculo supuestamente atribuido a Hachiman durante el reinado del quincuagésimo primer soberano, el emperador Heizei (r. 806-809). En dicho oráculo, Hachiman juró proteger la nación hasta el reinado del centésimo soberano.
12. El «Emperador retirado de Oki» es el emperador Gotoba; el «Emperador retirado de Awa», el emperador Tsuchimikado; el p.1131«Emperador retirado de Sado», el emperador Juntoku; y el «emperador de Higashi Ichijo», el emperador Chukyo. En varios de sus escritos, el Daishonin dice que el clan Heike fue derrotado y que el emperador retirado Gotoba y los suyos no pudieron derrocar al régimen de Kamakura a causa de su fe en los ritos de la escuela Palabra Verdadera.
13. Esta afirmación se encuentra en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría.