Nota de los editores.

- Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho

11 de febrero de 2024

Tomo 1 - Respuesta al sacerdote laico Takahashi



Respuesta enviada con todo respeto al sacerdote laico Takahashi


Nichiren


Nuestro padre misericordioso, el buda Shakyamuni, el Gran Iluminado Honrado por el Mundo, hizo su advenimiento en la India central en una época en que la vida humana duraba cien años,1 y dedicó la existencia a exponer enseñanzas sagradas en bien de todos los seres humanos. La gente que vivió en la misma época que el buda Shakyamuni ya había formado profundos lazos kármicos con él en el pasado; por eso, tales personas pudieron entrar en el Camino. Sin embargo, Shakyamuni estaba tan deseoso de salvar a quienes vivirían después de su muerte que hizo consignar por escrito sus ochenta mil enseñanzas sagradas. Luego, de todas ellas, encomendó los sutras del Hinayana al honorable Mahakashyapa, y dejó al bodhisattva Manjushri los sutras del Mahayana, así como el Sutra del loto y el Sutra del nirvana.

Pero no encomendó los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo, corazón de las ochenta mil enseñanzas sagradas y esencia del Sutra del loto, a Mahakashyapa ni a Ananda; tampoco los transfirió a grandes bodhisattvas como ManjushriSabio UniversalPercibir los Sonidos del MundoMaitreyaAcervo de la Tierra o Nagarjuna. El Buda no lo consintió, aun cuando esos grandes bodhisattvas esperaban que lo hiciera y así se lo habían pedido. En cambio, Shakyamuni El Que Así Llega hizo acudir desde las profundidades de la tierra a un honorable anciano conocido como el bodhisattva Prácticas Superiores2 y luego, en presencia del buda Muchos Tesoros y de los budas de las diez direcciones, desde el interior de una torre adornada con siete clases de tesoros, a él le confió los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo.

La razón fue la siguiente. Todos los seres que vivirían después de la muerte del Buda serían hijos suyos. Por lo tanto, cada uno de ellos le inspiraba el mismo amor compasivo. Pero, así como un médico prescribe remedios de acuerdo con cada dolencia en particular, el Buda estipuló para los primeros quinientos años posteriores a su muerte que MahakashyapaAnanda y los demás debían suministrar a todas las criaturas vivientes el buen remedio de los sutras del Hinayana. Para el siguiente período de quinientos años, estableció que los bodhisattvas ManjushriMaitreyaNagarjuna y Vasubandhu debían brindar a todos los seres vivos la medicina de las enseñanzas del Mahayana, como el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y los Sutras de la sabiduría. Y, para el Día Medio de la Ley, mil años después de su fallecimiento, dejó establecido que el p.635bodhisattva Rey de la Medicina, el bodhisattva Percibir los Sonidos del Mundo y otros debían conferir a todos los seres el resto de las enseñanzas, con excepción del daimoku del Sutra del loto.

Sin embargo, una vez iniciado el Último Día de la Ley, los sutras del Hinayana, los del Mahayana y el Sutra del loto, que fueron encomendados a MahakashyapaAnanda y otros, a los bodhisattvas ManjushriMaitreya y otros, a los bodhisattvas Rey de la MedicinaPercibir los Sonidos del Mundo y otros; conservarán su texto literal, pero ya no serán un remedio eficaz para curar las dolencias de los seres vivos. Es decir que las enfermedades serán graves, y los remedios, débiles. En esa época, el bodhisattva Prácticas Superiores hará su aparición en el mundo y concederá los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo a todos los seres vivos de Jambudvipa.

Pero, entonces, la gente tomará a ese bodhisattva como enemigo y actuará como una horda de monos frente a un perro, o como demonios que contemplan a los seres humanos con desdén. Y las personas lo tratarán como al bodhisattva Jamás Despreciar de otros tiempos, que no sólo fue maldecido y odiado por todos, sino también atacado con palos, piedras y lajas; o como al monje Concreción de la Virtud, a quien casi dieron muerte.

En esa época, Mahakashyapa y Ananda se esconderán en el Pico del Águila3 o desaparecerán en el río Ganges;4 y Maitreya y Manjushri se retirarán a la corte interior del cielo de Tushita5 o vivirán recluidos en el monte Fragante.6 El bodhisattva Percibir los Sonidos del Mundo regresará a la región occidental,7 y el bodhisattva Sabio Universal retornará a la región oriental.8 Aunque habrá personas que practicarán los diversos sutras, al no tener nadie que las cuide y las proteja, no podrán beneficiarse a sí mismas ni a los demás. Y aunque habrá personas que entonarán el nombre de los diversos budas, las deidades celestiales no podrán brindarles protección. Por el contrario, se sentirán indefensas como terneros separados de su madre o como faisanes en la mira del halcón.

En esa época, los grandes demonios de los mundos de las diez direcciones llegarán en tropel al continente de Jambudvipa y se apoderarán de las cuatro categorías de budistas, y los instigarán a herir a sus padres o a matar a sus hermanos y hermanas. En especial, estas funciones demoníacas entrarán en el corazón de los monjes y monjas de toda la nación que aparenten tener sabiduría y ser diligentes en la observancia de los preceptos, y se valdrán de ellos para engañar al gobernante y a sus ministros.

En esa época, cuando, protegido por el bodhisattva Prácticas Superiores, alguien confiera sólo el daimoku del Sutra del loto —⁠los cinco caracteres de Nam-myoho-renge-kyo⁠— a todas las personas, las cuatro categorías de budistas y otros monjes prominentes lo odiarán como si fuese enemigo de sus padres, adversario de una existencia anterior, acérrimo oponente de la casa imperial o alguien de quien uno ha jurado vengarse.

En esa época, se producirán grandes cambios en el cielo. Habrá eclipses de sol y de luna, enormes cometas cruzarán el firmamento, y la tierra temblará y se sacudirá como una noria. Después, el soberano de la nación, sus hermanos y otros grandes hombres serán atacados y aniquilados, cuando ocurra el desastre de una rebelión interna. Luego sobrevendrá la catástrofe de una invasión extranjera: la tierra será atacada por naciones vecinas; la población caerá prisionera o se suicidará, y los habitantes de todo el país, de alta y de baja alcurnia, sufrirán enormes tribulaciones.

Y la única causa de todo esto serán los insultos, el maltrato, el destierro y p.636las amenazas de ejecución sufridas por la persona que estará propagando el daimoku del Sutra del loto con la protección del bodhisattva Prácticas Superiores. Leemos en el sutra que BrahmaShakra, las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales inscribieron un juramento en presencia del Buda, en la asamblea donde se estaba predicando el Sutra del loto; juraron que si alguien mostrara enemistad al devoto del Sutra del loto, lo castigarían con mayor vehemencia que si fuese enemigo jurado de su propios padres.

Ahora bien, cuando yo, Nichiren, habiendo nacido en este país del Japón, sostengo el brillante espejo del Sutra del loto y de todos los demás sutras ante el rostro de las personas de esta nación, veo que las cosas no difieren en lo más mínimo de lo que vaticinan los sutras. Tal como el Buda predijo, se están produciendo grandes cambios en el cielo y desastres en la tierra.

Sé, desde hace algún tiempo, que este país se encamina a la destrucción. Sabía que si informaba de estas cuestiones al gobernante y, en realidad, era posible preservar la paz y la seguridad de esta nación, él me pediría que aclarara el significado de mis palabras; pero si la nación estaba en verdad condenada, el gobernante rehusaría seguir mi consejo. Y sabía, también, que si él se negaba a seguirlo, muy probablemente me condenarían al destierro o a la ejecución. Así y todo, el Buda nos advirtió: «Si, pese a entender esta cuestión, aún vaciláis a la hora de arriesgar vuestra vida y, por ende, no lo declaráis a la gente, no sólo os convertís en mis enemigos, sino también en el enemigo mortal de todos los seres vivos, y os condenáis a caer en la gran ciudadela del infierno Avichi».9

A esa altura, me pregunté cómo debía proceder. Si expresaba lo que debía sobre este asunto, vaya a saber qué acabaría sucediendo conmigo. En realidad, poco me importaba mi seguridad personal; pero pensé que si mis padres, hermanos o, tal vez, alguna otra persona en mil o en diez mil decidían secundarme, también ellos serían odiados por el soberano y la gente común. Y que a mis seguidores, sin una comprensión cabal de las escrituras budistas, les sería muy difícil resistir el ataque de los demás. Si habían abrazado la fe creyendo que esta les daría paz y seguridad, concluirían que, a la inversa, la fe en esta enseñanza sólo ocasionaba grandes penurias. Y si creyeran que esta es una doctrina distorsionada, acabarían denigrando la Ley y cayendo en los malos caminos. ¡Qué lamentable sería!

Pero si yo, en cambio, callara acerca de esta cuestión, no sólo estaría traicionando el juramento que hice al Buda, sino que me convertiría en enemigo mortal de todos los seres vivos, y me condenaría, sin falta, al gran infierno Avichi. Fue así como, habiendo sopesado las alternativas, tomé la decisión de hablar.

Sabía que una vez que comenzara a decir lo que debía, de nada me serviría vacilar o desistir en el camino, de modo que opté por hablar cada vez con más vigor. A partir de entonces, tal como predicen las palabras del Buda en el sutra, el gobernante comenzó a tratarme con hostilidad, y el pueblo, a atacarme. A raíz de esta animosidad, los cielos se enfurecieron, el sol y la luna manifestaron grandes cambios, y aparecieron enormes cometas. La tierra se estremeció como si fuera a tumbarse, estallaron rebeliones internas, y se produjo el ataque de un país extranjero. Todo esto sucedió tal como el Buda lo había predicho, y no hay duda de que yo, Nichiren, soy el devoto del Sutra del loto.

El año pasado, cuando me marché de Kamakura y me retiré a este lugar, pensé p.637en detenerme en el camino para hablar con usted y los demás, ya que me quedaba de paso, pero al final no lo hice. Por otro lado, aunque no he tenido ninguna intención de ser negligente, me fue imposible responder hasta este momento. ¿Cómo podría tomar distancia de cualquiera de ustedes? Incluso cuando amonesto a los sacerdotes del Nembutsu o del Zen, a los maestros de la escuela Palabra Verdadera, al gobernante de la nación y otras autoridades, que tanto me odian, es porque quiero ayudarlos; su odio sólo me inspira una compasión mucho mayor por todos ellos. En tal caso, ¿cómo podría menospreciar a quienes actuaron como aliados y me beneficiaron con su solidaridad, aunque no fuese más que un día?

En realidad, siento alivio cuando los que tienen esposa e hijos a su cargo se mantienen lejos de mí por miedo a la reacción de la sociedad. No tengo poder para salvar a los que se alían conmigo; es más, quienes lo hagan tal vez se arriesguen a que les quiten sus propiedades, por pequeñas que sean. Me duele pensar cómo habrán de sufrir sus esposas, hijos y vasallos, que no comprenden verdaderamente la situación.

El segundo mes del año pasado fui indultado; el decimotercer día del tercer mes, abandoné la provincia de Sado y, el vigésimo sexto día del mismo mes, llegué a Kamakura. Cuando me reuní con Hei no Saemon, el octavo día del cuarto mes, me preguntó sobre diversas cuestiones y, durante la conversación que mantuvimos, quiso saber cuándo lanzarían su invasión los mongoles.

—⁠Vendrán este año —⁠respondí⁠—. ¡Y, con respecto a esto, nadie más que Nichiren puede salvar al Japón! Si desea salvar al país, debería decapitar a los sacerdotes de las escuelas NembutsuZen, y Preceptos que hay en esta tierra, y exhibir sus cabezas en la playa de Yui.10 Pero supongo que ya es demasiado tarde para eso.

»Todos creen que mi única intención es hablar mal de los maestros del Nembutsu, y de los sacerdotes del Zen y de la escuela Preceptos. Pero estos monjes son irrelevantes. ¡Es la escuela Palabra Verdadera, con sus doctrinas malvadas, la que está imponiendo una terrible maldición sobre este hermoso país, el Japón! El gran maestro Kobo y el gran maestro Jikaku, confundidos por tales enseñanzas, han puesto al Japón al borde de la ruina. Aunque un país esté destinado a ser destruido en dos o tres años, si el gobernante hace que los sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera eleven plegarias para obtener seguridad, ¡la nación será atacada antes de que transcurra un año o incluso seis meses!

Esto fue lo que le dije.

Habiendo sido tan odiado por ofrecer consejos que podían salvar la nación, consideré que al volver indultado de mi destierro debía partir de Sado y ocultarme en algún lugar lejano, en medio de las montañas o a orillas del mar. Pero en cambio fui a Kamakura, con la esperanza de explicar a Hei no Saemon la situación por última vez, y salvar así a aquellos que consiguieran sobrevivir a un ataque contra el Japón. Una vez hecha mi advertencia, supe que no debía permanecer más tiempo en Kamakura y me marché, dejando que mis pies eligieran el rumbo. Al ver que habría de pasar cerca de ustedes, pensé cuánto me gustaría verlos a todos una vez más, aunque mi visita les impusiera una carga. Pero a pesar de que lo pensé mil veces, luché contra mis sentimientos y, finalmente, seguí de largo.

Y lo hice por esta razón. La provincia de Suruga es dominio del señor feudal de Sagami; en especial, el área de Fuji abunda en personas relacionadas con las viudas de funcionarios jerárquicos, p.638que sienten gran rencor hacia mí porque me consideran enemigo de los difuntos sacerdotes laicos del Saimyo-ji y del Gokuraku-ji. Temí que ustedes se vieran en dificultades si estas personas se enteraban de que yo los había visitado. Hasta ahora he tomado precauciones para no ocasionarle problemas, y por eso ni siquiera le respondí. Además, una y otra vez, advertí a los sacerdotes que evitaran acercarse a cualquier lugar próximo al área de Kajima, en Fuji, fueran cuales fuesen las circunstancias; así y todo, me inquieta lo que pueda suceder.

En cuanto al tema de la escuela Palabra Verdadera, tal vez sus dudas subsistan. Por mucho que se lo explique desde el punto de vista doctrinal, seguirá siendo difícil de entender. Trate entonces de comprender viendo los hechos que tiene ante los ojos.

El Emperador retirado de Oki fue el octogésimo segundo soberano. Reinó más de dos mil años después del emperador Jimmu; fue la manifestación humana de la Diosa del Sol. ¿Quién osaría oponerse a un soberano así?

Además, desde la época del emperador Kimmei hasta la del Emperador retirado de Oki, las diversas grandes doctrinas y las enseñanzas secretas del budismo, introducidas desde la China, Paekche, Silla, y Koguryǒ,11 fueron reverenciadas y preservadas en el monte Hiei, el To-ji, el Onjo-ji, los siete templos principales de Nara y otros lugares a lo largo y a lo ancho del Japón. Todo eso se hizo para proteger la nación y asegurar la seguridad del soberano.

El Emperador retirado de Oki, irritado porque Kamakura había tomado el poder, consiguió la ayuda de importantes sacerdotes del monte Hiei, el To-ji y otros templos, y los puso a realizar rituales por la muerte de Yoshitoki. No fueron sólo un año o dos, sino añares enteros de conjuros y rogativas. Con todo, el administrador actuante [Yoshitoki] sin siquiera imaginar lo que ocurría, no pensó en encargar un solo ritual de plegarias. O tal vez haya pensado que esos ritos serían ineficaces, aunque se llevasen a cabo. Sea como fuere, lo cierto es que el Hijo del Cielo fue vencido en la batalla y exiliado a la provincia insular de Oki.

Quien llega a ser soberano del Japón encarna el espíritu vivo de la Diosa del Sol; se convierte en gobernante gracias al poder de los diez buenos preceptos que ha observado en existencias previas. ¿Cómo es posible, entonces, que un plebeyo lo derroque? Supongamos que un padre obra mal, y que el hijo, inocente de toda falta, lo odia por su mal proceder. Aunque los actos perpetrados por el hombre fuesen muy graves, ¿permitiría el cielo que su hijo lo castigara?

Entonces, ¿qué gran error cometió el Emperador retirado de Oki para tener que sufrir una vergüenza semejante? Su única falta fue haberse aliado a los maestros de la escuela Palabra Verdadera en el Japón, enemigos mortales del Sutra del loto.

Todos los sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera participan en una secreta ceremonia de unción12 en la cual deben pasar sobre imágenes pintadas del buda Shakyamuni y de otros budas sentados en lotos de ocho pétalos, pisoteándolas al caminar. Y, debido a que el Emperador retirado de Oki reverenciaba y honraba como supervisores de diversos templos a los participantes de esa ceremonia estrafalaria, el poder pasó a manos de sus súbditos, y él debió enfrentar la deshonra en esta existencia.

Ahora, esta doctrina profundamente malvada de la escuela Palabra Verdadera se ha propagado hasta Kamakura; ha conseguido engañar a los miembros del clan gobernante y amenaza con provocar la destrucción del Japón. Esta es p.639una cuestión de la mayor importancia, sobre la cual ni siquiera he hablado con mis discípulos. En cambio, he fingido ignorar el asunto y les he llenado los oídos sólo con ataques contra el Nembutsu y contra el Zen. Pero, ya que nadie presta atención a mis advertencias, informaré también a mis discípulos sobre la verdadera situación, sin escatimar mi vida.

Cuando lo haga, su perplejidad será aún mayor, y dirán que Nichiren, pese a ser admirable y digno de respeto, difícilmente pueda superar a Jikaku y a Kobo. Y así me temo que nunca conseguiré disipar todas sus dudas. ¿Qué debería hacer para lograrlo?

Que usted haya confiado aunque sea un poco en mí cuando todos los demás me odiaban, y que haya recorrido todo ese trayecto para visitarme no es algo que pueda atribuirse sólo al karma de la existencia actual. ¡Con seguridad, hay un lazo que ambos compartimos desde existencias anteriores!

Me produce una enorme aflicción saber que su enfermedad se ha agravado tanto. Sin embargo, para matar a los enemigos están las espadas, y para curar las enfermedades, existen las medicinas. El rey Ajatashatru asesinó a su padre y se volvió enemigo del Buda. Pero, cuando el cuerpo se le llenó de fétidas llagas, abrazó las enseñanzas del Buda y creyó en el Sutra del loto; entonces, sus heridas sanaron, y él pudo prolongar su vida cuarenta años.

Además, el Sutra del loto sostiene que es el «buen remedio para los males del pueblo de Jambudvipa».13 Las personas de este mundo de Jambudvipa sufren a causa de la enfermedad, aunque tienen el remedio del Sutra del loto. Pero usted, que ya reúne los tres requisitos,14 ¿podría acaso no sanar? Así y todo, si duda, nada podré hacer yo para ayudarlo. Nam-myoho-renge-kyoNam-myoho-renge-kyo.

Por favor, pida a Kakujo-bo y a Hoki-bo15 que le lean esta carta de vez en cuando, ¡y escuche bien, escuche bien!


Nichiren


En el duodécimo día del séptimo mes.

 

Enviado respetuosamente al sacerdote laico Takahashi Rokuro Hyoe


Antecedentes


Nichiren Daishonin escribió esta carta en Minobu el primer año de Kenji (1275), y la dirigió al sacerdote laico Takahashi Rokuro Hyoe, residente de Kajima, distrito Fuji, provincia de Suruga. La esposa de Takahashi era tía de Nikko Shonin, y se cree que él se había convertido a la enseñanza del Daishonin a través de ese vínculo. Al parecer, Takahashi era una figura muy destacada entre los creyentes laicos del área de Fuji. En otra carta presuntamente dirigida a él, Distintas personas con un mismo propósito, leemos que llevaba muchos años de servicio leal al Sutra del loto. Sin embargo, el Daishonin evitó durante un tiempo la comunicación con Takahashi y con otros seguidores de esta misma área para no ponerlos en peligro. Es posible que haya escrito esta carta al enterarse de que Takahashi estaba enfermo, tema al que se refiere en el párrafo final del texto.

La última parte contiene una severa acusación contra las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera, que el Daishonin consideraba una grave distorsión de las enseñanzas budistas. Consciente de que a Takahashi tal vez le costaría entender una explicación doctrinal sobre los errores de dicha escuela, le sugiere que considere el impacto que dichas enseñanzas han tenido en los recientes acontecimientos sociales. Se refiere a los disturbios de Jokyu, acaecidos en 1221, p.640cuando el emperador retirado Gotoba logró conseguir apoyo para derrocar al gobierno militar establecido poco tiempo antes en Kamakura. Según observa el Daishonin, la gente consideraba que el emperador descendía de la Diosa del Sol, y que el trono le correspondía por mandato divino; por consiguiente, entendía que Hojo Yoshitokiregente de Kamakura, era sólo un samurái advenedizo; todos pensaban entonces que la victoria de las fuerzas imperiales estaba asegurada. Sin embargo, Gotoba fue derrotado y desterrado a la isla de Oki y, según el Daishonin, la causa fue que había depositado su confianza en las oraciones y rituales de la escuela Palabra Verdadera, una enseñanza esencialmente distorsionada. En la época en que se escribió esta carta, los líderes guerreros de Kamakura, como sus predecesores imperiales, encargaban rogativas a los sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera para impedir la inminente invasión mongola. Ese proceder, advierte el Daishonin, sólo podía conducir al desastre.

El Daishonin concluye expresando su gratitud por el apoyo y la solidaridad de Takahashi, y lo insta a mantener una fe firme para que pueda recuperarse de su enfermedad.


Notas


1. Según la antigua cosmología india, una vez en cada kalpa mediano (quince millones novecientos noventa y ocho mil años), la duración de la vida humana atraviesa un ciclo gradual de disminución e incremento, en el que desciende hasta los diez años y luego aumenta nuevamente hasta los ochenta mil años. Se afirma que Shakyamuni nació durante un período de disminución, cuando el término natural de vida era de cien años.

2. En el capítulo decimoquinto del Sutra del loto, se describe a los Bodhisattvas de la Tierra como nobles ancianos de cien años de edad.

3. De acuerdo con el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, Mahakashyapa murió en el Pico del Águila.

4. Según la Crónica de las regiones occidentales, Ananda falleció en el río Ganges.

5. Se creía que el bodhisattva Maitreya moraba en la corte interior del cielo de Tushita.

6. De acuerdo con una fuente tradicional, a partir de su ingreso en el nirvanaManjushri ha vivido eternamente en el monte Fragante, donde ha obtenido un cuerpo indestructible.

7. El bodhisattva Percibir los Sonidos del Mundo presta servicio al buda Amida, cuya Tierra Pura de la Perfecta Felicidad está situada en el cuadrante occidental del universo.

8. El Sutra Sabio Universal afirma que el bodhisattva de este mismo nombre nació en el cuadrante oriental del universo, en una tierra denominada Pura y Maravillosa.

9. Probable resumen de un pasaje del Sutra del nirvana que afirma: «Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz».

10. En el tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, se citan declaraciones similares del Sutra del nirvana, que expresan que los que cometen actos contra la Ley deben ser condenados a muerte. En el mencionado tratado, el Daishonin pone en claro que tales afirmaciones no deben ser entendidas de manera literal; es la ofensa en sí, y no, la persona que la comete, la que debe ser erradicada. La playa de Yui, situada en Kamakura, en la bahía de Sagami, evidentemente se empleaba como sitio de ejecución.

11. Tres reinos antiguos de la península de Corea.

12. En este caso, se alude a una ceremonia de iniciación en las enseñanzas esotéricas. El Daishonin se refiere al empleo de mandalas horizontales con imágenes de budas y de bodhisattvas, que eran esparcidos sobre una plataforma y usados como centro del ritual.

13. Sutra del loto, cap. 23.

14. Los tres requisitos son los elementos necesarios para el logro del objetivo por el que se ora: el sutra, el Buda y el practicante. Aquí, este último es el devoto del Sutra del loto, Nichiren Daishonin.

p.64115. Kakujo-bo fue un sacerdote y discípulo de Nichiren Daishonin que vivió cerca del área de Kamakura, en Fuji. Una fuente lo identifica con el sacerdote Gakujo-bo, oriundo de Sado. Hoki-bo era el nombre que el Daishonin había concedido a Nikko Shonin, su sucesor y discípulo más cercano, cuando este se convirtió a sus enseñanzas a los trece años.