Las personas que ofrecen al Buda los capullos primaverales del cerezo, las hojas rojizas del otoño, el agua clara del verano y la nieve invernal se convierten en budas. ¿Cómo podría, entonces, no llegar a ser un buda alguien que entrega al Sutra del loto una ofrenda de arroz, alimento que sustenta la vida del Emperador y es al pueblo más valioso que las joyas?
La palabra del gobernante y la palabra de los padres son sumamente valoradas por la gente en la sociedad. Quien ignora las instrucciones de sus padres falta a sus deberes de devoción filial y es abandonado por los cielos. El que no acata el mandato de su soberano está violando órdenes reales, y se expone a perder la vida. Desde hace una cantidad inconcebible de kalpas, impulsados por el deseo ardiente de lograr la iluminación en alguna existencia futura, hemos abandonado nuestros países, o a nuestras esposas e hijos, y hasta nos hemos desprendido de nuestra vida, entre otros actos semejantes. Y cada vez que nos disponemos a alcanzar la Budeidad, cuando encontramos la escritura que constituye el vehículo único, conocida como el Sutra del loto de la Ley prodigiosa, el Rey Demonio del Sexto Cielo de los tres mundos reflexiona: «Si estas personas llegan a ser budas, sufriré dos clases de pérdidas. Ante todo, si se liberan de los tres mundos, eludirán mi control. En segundo lugar, si se convierten en budas, sus padres y hermanos también abandonarán el mundo saha. ¿Cómo puedo impedir que eso suceda?».
Entonces, adopta diversas manifestaciones corpóreas y, a través de ellas, toma posesión de nuestros padres, entra en el cuerpo del soberano nacional o de algún respetado sacerdote; así, nos exhorta a cometer actos malvados, nos amenaza o recurre a la adulación. O si no, se vale de un sacerdote de alto rango, un gran prelado, un monje erudito o alguien que observa los preceptos y, por medio del Sutra de la guirnalda de flores, los Sutras agama, o las enseñanzas del Nembutsu o de la escuela Palabra Verdadera, intenta apartarnos del Sutra del loto, valiéndose de engaños para impedir que lleguemos a ser budas.
El quinto volumen del Sutra del loto establece que cuando llegue el Último Día de la Ley, una gran función demoníaca se valdrá, primero, del cuerpo del soberano, de los ministros y de la gente común, para maldecir, golpear y lastimar al devoto del Sutra del loto. Si esto fallara, tomará posesión de una inmensurable multitud de sacerdotes que, utilizando todos los demás sutras, tratarán de embaucar al devoto. Si eso tampoco p.1140resultara, poseerá a un prestigioso sacerdote, observante de los doscientos cincuenta preceptos y de las tres mil reglas de conducta; por esta vía, embaucará al soberano y engañará a la consorte real para conseguir que el devoto sea desterrado o que se atente contra su vida.2
También podemos referirnos a las descripciones detalladas en el capítulo «Jamás Despreciar», del séptimo volumen; el capítulo «Maestro de la Ley», del cuarto volumen, y el capítulo «Parábolas y semejanzas», del segundo volumen, como asimismo mencionar las del Sutra del nirvana de cuarenta volúmenes y el Sutra de la protección; ninguna de ellas difiere en lo más mínimo de las condiciones reinantes en la época actual. Por otro lado, es posible que usted haya reflexionado sobre estas cosas, a partir de los hechos ocurridos en el área de Kajima, provincia de Suruga,3 en especial porque estos lo han afectado en forma personal. De un modo que no admite comparación con ningún otro caso, desobedecer las prohibiciones que nos imponen el soberano o los padres con respecto al Sutra del loto constituye un acto de devoción filial y un proceder coherente con las oraciones del soberano [por la paz].
Además, el Japón es un país poco común, que respeta a las deidades y honra a los budas. Sin embargo, puesto que todos, desde el soberano hasta la gente común, odian a Nichiren porque propaga el Sutra del loto, por mucho que veneren a todas las deidades y ofrenden a todos los budas, sus actos meritorios sólo se convertirán en un gran mal. Es como la curación con moxa que produce ampollas virulentas, o el medicamento que genera efectos tóxicos. Las oraciones que ellos elevan a todos los budas y deidades se traducen en malas acciones, y el país, en sí, se dispone a caer bajo el yugo de naciones extranjeras. Por otro lado, desde hace tiempo vengo anunciando a las personas que llegará un momento en que los poderosos sufrirán una agonía cien, mil, diez mil, millones de veces peor que la del clan Heike cuando fue destruido.4
Se puede comprender la magnitud de los beneficios que proporciona la dedicación al Sutra del loto cuando se considera el alcance de la retribución sufrida por aquellos que le son hostiles. Por ejemplo, el que asesina a sus padres podrá hacer, luego, incontables actos de gran bien sin jamás conseguir que el cielo le brinde su aprobación. Pero si alguien mata a un enemigo del Sutra del loto, aunque ese oponente sea nada menos que su propio padre o madre, ese grave delito se convertirá en la causa de un gran bien.5 Aunque uno sea el archienemigo de todos los budas de las tres existencias y de las diez direcciones, si cree en una sola frase del Sutra del loto, jamás será abandonado por los budas. Téngalo presente y, por favor, pondere con cuidado la naturaleza de esta cuestión. Como el mensajero lleva prisa, ahora no puedo extenderme en detalles, pero en otra ocasión le escribiré nuevamente.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el vigésimo segundo día del octavo mes.
Respuesta a Jibu-bo
Antecedentes
Nichiren Daishonin escribió esta carta en Minobu, el octavo mes del cuarto año de Koan (1281), y la envió a un discípulo llamado Jibu-bo Nichii, quien antes había sido sacerdote del templo Shijuku-in, sito en la provincia de Suruga y perteneciente a la escuela Tendai. Jibu-bo abrazó la fe en las enseñanzas del Daishonin y estudió bajo la guía de Nichiji, uno de sus sacerdotes veteranos.
p.1141Aunque la persecución de Atsuhara había terminado casi dos años antes de que se escribiera esta carta, es posible que los creyentes involucrados en ese hecho todavía siguieran expuestos a algún hostigamiento de las autoridades. El Daishonin explica que cuando uno está por lograr la iluminación, el Rey Demonio del Sexto Cielo se manifiesta en el soberano del país y en los propios padres, como función para frustrar su práctica.
Desde el quinto hasta el séptimo mes de 1281, el Japón había sido invadido por el ejército mongol, lo que desencadenó una profunda crisis en el país. El Daishonin tiene ese hecho en mente cuando dice: «Por mucho que [los japoneses] veneren a todas las deidades y ofrenden a todos los budas, sus actos meritorios sólo se convertirán en un gran mal».
Notas
1. Planta gramínea perenne perteneciente a la familia del jengibre, de brotes y flores comestibles y aromáticos.
2. Esta afirmación del quinto volumen del sutra se encuentra en el decimotercer capítulo del Sutra del loto.
3. No se sabe a ciencia cierta a qué «hechos» se hace referencia aquí, pero tal vez indiquen la persecución de Atsuhara, acaecida dos años antes. Kajima, como la aldea de Atsuhara, estaba situada en el distrito Fuji de la provincia de Suruga.
4. En 1180, Minamoto no Yoritomo encabezó una rebelión contra el poderoso clan Heike o Taira. Durante los cinco años de lucha siguientes, las huestes de Yoritomo aplastaron a los Taira y establecieron en Kamakura un gobierno guerrero que controló el Japón. Todos los líderes principales de los Taira, incluido Taira no Kiyomori, murieron o fueron aniquilados en dicho período. El clan nunca más recuperó su hegemonía.
5. Si tomamos el conjunto de enseñanzas de Nichiren Daishonin y el hecho de que él procuró muy seriamente no dañar a ninguna criatura, es indudable que otorgaba un valor supremo a la vida. Esta declaración, por ende, no debe tomarse como una exhortación a matar a los enemigos del Sutra del loto, sino como un elemento de énfasis y de contraste. También puede considerársela expresión del espíritu budista de combatir y derrotar el mal o la oscuridad inherentes a la vida.