Nota de los editores.

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11 de febrero de 2024

Tomo 1 - Carta a los sacerdotes del templo Seicho-ji



¡Felicitémonos mutuamente por la llegada del Año Nuevo! Como no han venido a visitarme el año pasado, estuve preocupado pensando si no les habría sucedido alguna desgracia. Si tienen oportunidad de venir hasta aquí, ¿podrían pedirle prestados al sacerdote Ise-ko, en mi nombre, el Tratado sobre los diez niveles de la mente, La preciada llave del tesoro secreto, ¿la Comparación entre el budismo exotérico y el esotérico y los demás comentarios pertenecientes a la escuela Palabra Verdadera? Los necesito para poder refutar a unos sacerdotes de esta escuela que, desde hace tiempo, vienen levantando acusaciones contra mí. Traigan consigo, también, los volúmenes uno y dos de Gran concentración e introspección. Y, si es posible, les agradecería mucho que consiguieran el Tung-ch’un y el Suplemento de «Palabras y frases del “Sutra del loto”». Pidan prestado a Kanchi-bo, el discípulo de Enchi-bo, la Colección de documentos del Tendai. He oído decir a la gente que no sólo posee esta obra, sino además otros escritos importantes. Por favor, pídanselos también y díganle que se los devolveré lo antes posible. Este año, sin falta quedará resuelta la cuestión de cuáles enseñanzas budistas son correctas y cuáles, incorrectas.

Díganles a Joken-boGijo-bo y los demás sacerdotes, de mi parte: «Nichiren ha estado varias veces a punto de ser asesinado. Dos veces sufrió el exilio y una vez, casi muere decapitado. Pero no es porque haya cometido faltas. [De joven,] recibió una gran sabiduría del bodhisattva viviente Arca Sideral, a quien él había estado orando para llegar a ser la persona más sabia del Japón. Seguramente este se apiadó, entonces, pues le obsequió una gran joya, brillante como el lucero de la mañana, que Nichiren guardó en su manga derecha. De allí en adelante, tras indagar en todo el conjunto de los sutras, pudo discernir, en esencia, el valor relativo de las ocho escuelas y de todas las escrituras».

La escuela Palabra Verdadera, junto a otras, intenta destruir el Sutra del loto. Es fundamental refutar sus enseñanzas, así que, a modo de preparación, primero denuncié los errores de las escuelas Zen y Nembutsu. Mis acusaciones responden a muy buenas razones. Dejaré para otro momento el análisis de las fallas y aciertos que han tenido las escuelas budistas en la India y la China. Pero, en lo que concierne al Japón, todas las personas han desechado la enseñanza correcta del Sutra del loto y, por ende, sin excepción se han destinado a caer en los malos caminos. Esto se debe a que, en todos y cada uno de los templos, invariablemente la escuela Palabra Verdadera convive codo a codo con la escuela del Loto, tal como una sombra sigue al cuerpo. Así pues, a p.682la práctica del Sutra del loto que concuerda con la Ley se le adosan los dieciocho caminos,1 y a la práctica de la penitencia se le suma otra basada en el Sutra Amida. Cuando se confieren títulos a los sacerdotes de la escuela Tendai, prevalecen los procedimientos de la escuela Palabra Verdadera, mientras que los del Sutra del loto quedan relegados a un lugar secundario.

En realidad, los sutras de la Palabra Verdadera pertenecen a las enseñanzas provisionales predicadas antes que el Sutra del loto, y son inferiores, incluso, al Sutra de la guirnalda de flores o a los Sutras de la sabiduría. Sin embargo, Jikaku y Kobo, confundidos acerca de este punto, sostuvieron que las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera eran iguales o superiores al Sutra del loto. Por ende, la ceremonia de apertura de los ojos realizada sobre las imágenes recién hechas del Buda2 se lleva a cabo con el mudra de Ojo del Buda, el Honrado, y con el mantra del buda Mahavairochana. Como resultado de ello, en todo el Japón las imágenes del Buda pintadas o talladas en madera están desprovistas de alma y de visión. En consecuencia, encarnan la función del demonio celestial y causan la ruina a aquellos que las veneran. Por este motivo, la Corte Imperial [de Kioto] está a punto de perecer. Ahora, la enseñanza perniciosa de la escuela Palabra Verdadera ha hecho irrupción en Kamakura y amenaza con destruir el país entero.

Las escuelas Zen y Tierra Pura también postulan ideas extremadamente distorsionadas. Sabía que si declaraba algo así, con toda seguridad acabaría perdiendo la vida. Y, sin embargo, mi determinación era retribuir los favores recibidos del bodhisattva Arca Sideral. Con esto en mente, el vigésimo octavo día del cuarto mes, quinto año de Kencho (1253), señalé por primera vez los errores de las diversas escuelas a un sacerdote llamado Joen-bo y a otras personas, en el sector sur del salón de las imágenes que hay en el ala de Dozen-bo, dentro del templo Seicho-ji, situado en la aldea de Tojo, provincia de Awa. Desde entonces, durante más de veinte años vine diciendo lo que debía con celo inquebrantable, y por eso fui expulsado de mi morada y enviado al exilio. En otros tiempos, el bodhisattva Jamás Despreciar fue azotado con palos; hoy, a Nichiren le toca enfrentar la espada.

Todos los habitantes del Japón, necios o sabios, desde el soberano hasta el último plebeyo, dicen que el sacerdote Nichiren no está a la altura de los eruditos, instructores, grandes maestros y eminentes sacerdotes de la Antigüedad. He estado esperando el tiempo propicio para acallar la desconfianza que existía hacia mí. Y finalmente ese momento llegó cuando se produjo un gran terremoto en la era Shoka, seguido de la aparición de un inmenso cometa en la era Bun’ei.3 Al observar estos hechos, formulé una predicción: «Nuestro país sufrirá dos terribles desastres: una rebelión interna y una invasión extranjera. La primera acontecerá en Kamakura, y será una insurrección gestada entre los descendientes del administrador actuante.4 La segunda podrá llegar de cualquier dirección, pero será más violenta si proviene del oeste.5 Esta última ocurrirá sólo porque las escuelas budistas del Japón se equivocan, de la primera a la última, y por eso Brahma y Shakra ordenarán a otros países que nos ataquen. Mientras la nación se niegue a escucharme, será vencida inevitablemente, aunque posea cien, mil o diez mil generales valerosos como MasakadoSumitomoSadatoToshihito o Tamura. Si estas palabras resultaran ser falsas, que el pueblo se sienta libre de creer en las ideas distorsionadas del Nembutsu o de escuelas como Palabra Verdadera». Esta es la predicción p.683que di a conocer a lo largo y a lo ancho del país.

Y muy en especial, si los sacerdotes del monte Kiyosumi me tratan con menos respeto que el que deparan a sus padres o a los tres tesoros, en esta vida terminarán siendo mendigos miserables, y en la próxima, caerán en el infierno del sufrimiento incesante. Y les explicaré por qué. El perverso Tojo Saemon Kagenobu en una época cazaba ciervos y otros animales que vivían en los predios del Seicho-ji, y solía presionar a los sacerdotes de los diversos albergues para que se convirtieran a la fe en el Nembutsu. En ese momento, me planté en contra de Tojo y apoyé al señor de la finca.6 Redacté un fervoroso juramento que decía: «¡Si los dos templos Kiyosumi y Futama7 llegan a caer en manos de Tojo, abandonaré el Sutra del loto!». Y lo até a la mano del objeto de devoción al cual yo oraba en forma incesante. Antes de que pasara un año, ambos templos quedaron completamente a salvo de las ambiciones de Tojo. Es seguro que el bodhisattva Arca Sideral jamás se olvidará de esto; entonces, esos sacerdotes que me desprecian ¿cómo podrán evitar que las deidades celestiales los abandonen? Tal vez los más necios de ustedes al oírme decir esto piensen que les estoy lanzando una maldición, pero en verdad no es así. Les estoy advirtiendo tan sólo porque sería una lástima que cayeran en el infierno del sufrimiento incesante después de morir.

Quisiera decir unas palabras sobre la monja laica, la esposa del señor de la finca. Por ser mujer y necia, cuando se vio amenazada por otros no dudó en pensar que lo que decían de mí debía de ser cierto. La compadezco, porque, al olvidar su deuda de gratitud, se ha condenado a caer en los malos caminos en su próxima existencia. Sin embargo, a pesar de todo, fue muy amable con mis padres, así que estoy orando para poder, de algún modo, salvarla de esa retribución.

El Sutra del loto es la escritura que revela que Shakyamuni llegó a ser un buda hace kalpas numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios. También predice que Shariputra y los demás discípulos serán budas en el futuro. Los que no crean en el sutra caerán en el infierno del sufrimiento incesante. No sólo lo declaró Shakyamuni, sino que el buda Muchos Tesoros también dio testimonio de su veracidad, y los budas de las diez direcciones extendieron la lengua para corroborar que todo era cierto. Además, el Sutra del loto enseña que el devoto de este sutra será protegido por los bodhisattvas que irrumpieron de la tierra, numerosos como las partículas de polvo de mil mundos, por los bodhisattvas Manjushri y Percibir los Sonidos del Mundo, por BrahmaShakra, las deidades del Sol y de la Luna, los cuatro reyes celestiales y las diez demonios. Por lo tanto, no existe otra forma de lograr la Budeidad. Sólo en el Sutra del loto verdadero [el Buda] trata correctamente los asuntos del pasado y del futuro.

Nunca he estado en Tsukushi ni sé nada de los bárbaros [del oeste]. Sin embargo, la predicción que formulé basado en la totalidad de los sutras [con respecto a la invasión mongola] ya se ha hecho realidad. Por eso, cuando digo que todos ustedes caerán en el infierno del sufrimiento incesante a causa de su ingratitud, ¿cómo pensar que mis palabras no se cumplirán? Por ahora, tal vez estén a salvo, pero esperen y ya verán lo que sucederá más adelante. Todo el Japón quedará reducido al mismo estado calamitoso en que hoy se encuentran las islas de Iki y Tsushima. Cuando las hordas mongolas se abalancen sobre la provincia de Awa, ustedes, los sacerdotes que tanto se aferran a sus ideas prejuiciosas, se encogerán p.684de pavor y, finalmente, caerán en el infierno del sufrimiento incesante, diciendo: «¡Ahora sé que el sacerdote Nichiren tenía razón!». ¡Qué lástima! ¡Qué verdadera lástima!


Nichiren


En el undécimo día del primer mes.

 

A los sacerdotes del Seicho-ji, en la provincia de Awa

 

Esta carta deberá ser leída en voz alta por los sacerdotes Sado y Acharya Suke,8 ante la estatua del bodhisattva Arca Sideral, para que la escuchen todos los sacerdotes del templo Seicho-ji.


Antecedentes


Esta misiva fue escrita en el primer mes del segundo año de Kenji (1276), mientras Nichiren Daishonin se encontraba viviendo en Minobu. Como lo indica su título, está dirigida a los sacerdotes del templo Seicho-ji, situado en el monte Kiyosumi, donde el Daishonin había sido enviado de niño a estudiar.

El Seicho-ji había sido fundado en 771 por un sacerdote llamado Fushigi, quien consagró allí una imagen del bodhisattva Arca Sideral que había tallado en el tronco de un roble. Se creía que este bodhisattva poseía una sabiduría y una buena fortuna tan inmensas como el universo.

Al principio, este templo, perteneciente a la escuela Tendai, fue un centro dedicado con exclusividad al estudio del Sutra del loto. Pero luego cayó bajo la influencia de la escuela Palabra Verdadera, que postulaba ritos esotéricos, y por fin adoptó las enseñanzas de la escuela Tierra Pura, basada en el culto al buda Amida. Nichiren Daishonin ingresó formalmente en la vida religiosa a los dieciséis años y luego dejó el templo para visitar los grandes centros del saber budista, a fin de profundizar en el estudio de esa filosofía. En esta carta, dice que había obtenido «una gran joya», y con ello se refiere a la sabiduría de Buda que había podido desarrollar.

Luego, siguió ahondando en sus conocimientos sobre los sutras y las demás obras pertenecientes a la tradición budista. Finalmente, en 1253, veinte años después de haber ingresado en el Seicho-ji, proclamó por primera vez la enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo.


Notas


1. Los «dieciocho caminos» se refieren a la veneración de mandalas pertenecientes a la escuela Palabra Verdadera. Cada uno de los dos mandalas de esta escuela —⁠el del Reino de la Matriz y el del Reino de Diamante⁠— contienen nueve objetos primarios de devoción. Los practicantes deben unir sus dedos de dieciocho formas distintas cuando meditan sobre estos dieciocho objetos.

2. Alusión a la ceremonia para imbuir de propiedades espirituales una imagen recién hecha del Buda, a partir de lo cual esta se convierte en objeto de devoción. Ojo del Buda, el Honrado, descrito en la enseñanza esotérica de la escuela Palabra Verdadera, representa las virtudes de las «cinco clases de visión». Véase el Glosario.

3. Referencias al terremoto que azotó Kamakura en 1257 y al cometa aparecido en 1264.

4. Referencia a Hojo Yoshitoki (1163-1224), segundo regente del gobierno de Kamakura, quien venció a las fuerzas imperiales durante los disturbios de Jokyu (1221) y estableció el control de la regencia sobre la región occidental del Japón. Las «luchas internas» se refieren a los levantamientos perpetrados en el segundo mes de 1272, cuando Hojo Tokisuke orquestó una rebelión fallida contra su medio hermano menor, el regente Hojo Tokimune.

5. Alusión al Imperio mongol.

6. El «señor de la finca» se refiere a Hojo Tomotoki, hermano menor de Hojo Yasutoki, tercer regente del gobierno de Kamakura. A su esposa se la conocía como la monja laica de Nagoe, o también Oama (literalmente, p.685‘monja anciana’). Esta se convirtió a las enseñanzas de Nichiren Daishonin, pero luego abandonó la fe.

7. Templos situados en la aldea de Tojo, provincia de Awa. Kiyosumi es otra denominación del Seicho-ji. De Futama, en cambio, no hay más datos.

8. Sado es otro de los nombres de Niko (1253-1314), uno de los seis principales sacerdotes discípulos del Daishonin. Se cree que Acharya Suke fue seguidor del Daishonin y confidente del señor de la aldea de Tojo. Pero, de acuerdo con otra fuente, habría sido uno de los sacerdotes del templo Seicho-ji.