Si alguien se destaca en este mundo, sentirán envidia de él y le guardarán rencor aun los tenidos por sabios y venerables, y, con mayor razón, la gente común. Tres mil damas de la corte celaron a Wang Chao-chün, la favorita del Emperador de la dinastía Han. Todas las esposas de Shakra, que sumaban noventa y nueve millones de nayutas, envidiaron a Kaushika.2 El ministro Fujiwara no Saneyori le tuvo inquina al príncipe imperial Kaneakira, y Fujiwara no Tokihira, celoso de Sugawara no Michizane, dijo al Emperador cosas falsas de aquel e hizo que lo desterraran.3
Considere su propia situación a la luz de estos ejemplos. Los dominios del sacerdote laico Ema [su amo] solían ser vastos, pero ahora se han reducido. Él tiene muchos hijos varones que podrían heredar su lugar, y hay también numerosos subalternos que llevan largo tiempo a su servicio. La envidia ha de estar consumiéndolos cada vez más, así como los peces se agitan cuando el agua de su estanque disminuye, o como las aves pugnan por adueñarse de las ramas cuando comienzan a soplar los vientos del otoño. Y ya que usted en ocasiones ha desobedecido a su amo y se ha opuesto a sus deseos, tenga por cierto que las calumnias contra usted habrán estado multiplicándose en sus oídos. Pese a todo, aunque más de una vez usted se vio obligado a renunciar a su feudo, me informa en su carta que su amo le ha otorgado nuevas tierras. Es algo, en verdad, prodigioso. A esto se refiere, precisamente, la afirmación de que la virtud invisible genera recompensas visibles. Todo esto tiene que deberse a la profunda sinceridad con que usted intentó que su amo aceptara la fe en el Sutra del loto.
El rey Ajatashatru, aunque alguna vez fue enemigo del Buda, abrazó la fe en el Sutra del loto a instancias de su ministro Jivaka, y ello le permitió prolongar su vida y continuar con su reinado. El rey Adorno Maravilloso corrigió sus principios distorsionados gracias a la exhortación de sus dos hijos.4 Lo mismo sucede en su caso. El señor feudal Ema se ha aplacado, probablemente, a raíz de las advertencias que le hizo usted. Y esto se debe sólo a su profunda fe en el Sutra del loto.
Cuanto más se hunden las raíces, más exuberantes son las ramas. Cuanto más lejana es la fuente, más larga es p.985la corriente. Todas las demás enseñanzas salvo el Sutra del loto tienen raíces superficiales y corrientes de corto alcance, mientras que el Sutra del loto, en cambio, tiene raíces profundas y fuentes distantes. Por esa razón, el gran maestro T’ien-t’ai sostuvo que el Sutra del loto perduraría y se propagaría incluso en la última época perversa.
Muchos han abrazado la fe en esta enseñanza. Pero, a causa de las grandes persecuciones —oficiales y de las otras— que han recaído sobre mí, todas esas personas, tras seguirme durante un año o dos, terminaron abandonando la fe u oponiéndose al Sutra del loto. En su fuero interno, dejaron de creer aun cuando mantuvieron su práctica, o bien desecharon la práctica, a pesar de que en su fuero interno mantuvieron la fe.
El buda Shakyamuni, heredero del rey Shuddhodana, fue un gran monarca que reinó sobre los ochenta y cuatro mil doscientos diez países de Jambudvipa. Todos los reyes de este continente se inclinaban ante él, y cien mil millones de lacayos le prestaban servicio. Sin embargo, a los diecinueve años abandonó el palacio del rey Shuddhodana y se marchó a vivir al monte Dandaka, donde llevó a cabo prácticas ascéticas durante doce años. En esa época, fue asistido por cinco hombres:5 Ajnata Kaundinya, Ashvajit, Bhadrika, Dashabala Kashyapa y el príncipe Kolita. Sin embargo, dos de ellos abandonaron a Shakyamuni en el transcurso del sexto año, mientras que los tres restantes lo hicieron a lo largo de los seis años siguientes. Sólo Shakyamuni continuó con su práctica y llegó a ser el Buda.
Es aun más difícil creer en el Sutra del loto que en Shakyamuni y, por ello, el propio sutra afirma que es «lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender».6 Por añadidura, en el Último Día de la Ley las persecuciones son mucho más frecuentes e intensas que en la época del buda Shakyamuni. El sutra afirma que un devoto que persevere, a pesar de tales adversidades, obtendrá beneficios aun mayores que los que se obtienen haciendo ofrendas al Buda durante un kalpa entero.
Ahora han transcurrido unos dos mil doscientos treinta años desde el fallecimiento del Buda. Los que propagaron el budismo en la India durante los más de mil años posteriores a su muerte, han quedado registrados en la historia sin la más mínima omisión; también aparecen claramente mencionados quienes difundieron el budismo en la China durante un milenio, y quienes lo hicieron en el Japón a lo largo de setecientos años. No obstante, muy pocos de ellos sufrieron persecuciones tan terribles como las que se abatieron sobre el Buda. Muchos se consideraron sabios o venerables, pero ni uno de ellos experimentó jamás la predicción del sutra: «Puesto que el odio y los celos hacia este sutra abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, ¡cuánto peor será después de su muerte!».7 El bodhisattva Nagarjuna, T’ien-t’ai y Dengyo enfrentaron persecuciones a causa del budismo, pero ninguna tan grande como las que el Buda describe en el sutra. Eso se debe a que nacieron antes de la época en que el Sutra del loto debía ser propagado.
Ahora hemos ingresado en el «último período de quinientos años», o sea, en los comienzos del Último Día de la Ley. Este período es como el sol en el solsticio de verano, el decimoquinto día del quinto mes, o como la luna de la cosecha el decimoquinto día del octavo mes. T’ien-t’ai y Dengyo nacieron con demasiada anticipación para verlo, y quienes nazcan después lamentarán haber llegado tarde.
Las fuerzas principales del enemigo8 ya han sido derrotadas; las que quedan no entrañan ninguna dificultad para mí. Ha llegado el momento preciso vaticinado p.986por el Buda, «el último período de quinientos años», inicio del Último Día de la Ley; es la época indicada en el pasaje: «¡cuánto peor será después de su muerte!». Si las palabras del Buda no son falsas, tiene que haber aparecido con toda certeza un venerable en la tierra de Jambudvipa. De acuerdo con los sutras, estallará la mayor guerra que la tierra haya presenciado jamás, como señal de su advenimiento; puesto que dicha guerra9 ya se ha producido, también tiene que haber aparecido ese venerable en Jambudvipa. El surgimiento de una bestia legendaria llamada ch’i-lin les indicó a los chinos que su contemporáneo Confucio era un venerable; cuando resuena un santuario de aldea, también se prenuncia en forma cierta la llegada de un venerable. Cuando el Buda hizo su advenimiento a este mundo, el inusitado crecimiento de los sándalos advirtió a los hombres de esa época que él era un venerable. Y Lao Tzu fue reconocido como tal porque, al nacer, la planta de uno de sus pies llevaba marcado el carácter chino «dos», y la planta del otro, el carácter «cinco».10
Entonces, ¿cómo se reconoce al venerable del Sutra del loto en esta última época? El sutra establece que aquel que «puede predicar este sutra»11 o que «es capaz de mantener este sutra»12 es «el enviado de El Que Así Llega».13 Dicho de otra forma, el que abraza los ocho volúmenes o un solo volumen, capítulo o verso del Sutra del loto, o el que entona el daimoku es el emisario de El Que Así Llega. Del mismo modo, el que persevera a través de las grandes persecuciones y abraza el sutra desde el comienzo hasta el fin es el emisario de El Que Así Llega.
Ya que soy un simple mortal común, tal vez mi mente no sea la del enviado de El Que Así Llega. Sin embargo, como he provocado el odio de los tres enemigos poderosos y he sido exiliado dos veces, soy como el enviado de El Que Así Llega. Aunque mi mente esté impregnada de los tres venenos y mi cuerpo sea el de un mortal común, como mi boca entona Nam-myoho-renge-kyo, soy como el enviado de El Que Así Llega. Si observo el pasado en busca de ejemplos, me comparo con el bodhisattva Jamás Despreciar. Si observo el presente, he vivido las persecuciones «con varas y espadas, piedras y lajas»14 descritas en el sutra. En el futuro, sin la más mínima duda, llegaré al sitial de la iluminación. De igual manera, quienes me hayan brindado sustento morarán juntos en la tierra pura del Pico del Águila. Hay muchas otras cosas que podría decirle, pero terminaré aquí y dejaré que usted saque sus conclusiones.
El acólito enfermo se está recuperando, lo cual me llena de dicha. Acharya Daishin15 falleció, tal como usted había pronosticado. Aquí todos tienen palabras de elogio para usted y afirman que ni siquiera un Jivaka del Último Día podría hacerle sombra. Creo que están en lo cierto: todos comentamos que las predicciones que usted hizo sobre Sammi-bo y Soshiro16 se cumplieron exactamente, con la misma precisión con que encajan dos tarjas. Pondré mi vida en sus manos y no habré de consultar a ningún otro médico.
Nichiren
En el decimoquinto día del noveno mes, primer año de Koan (1278), signo cíclico tsuchinoe-tora.
A Shijo Kingo
Antecedentes
Esta carta fue escrita en Minobu el noveno mes de 1278, y dirigida a Shijo Kingo, un fiel creyente muy versado en medicina y en artes marciales. Aquí, Nichiren Daishonin afirma: «Pese a todo, aunque más de una vez usted se vio obligado a p.987renunciar a su feudo, me informa en su carta que su amo le ha otorgado nuevas tierras». En una carta que le enviaría a Kingo un mes después, el Daishonin se admira: «¡Así que su amo le ha otorgado nuevos feudos! ¡Es algo tan increíble y extraordinario que me pregunto si no se tratará de un sueño!». Es razonable inferir, entonces, que Shijo Kingo le comunicó al Daishonin primero de manera informal la novedad referida a su amo, el señor Ema, y luego, en forma oficial. Por esa razón, el Daishonin expresa su incontenible alegría en la carta del décimo mes.
Durante muchos años, el señor feudal Ema desaprobó la fe de Kingo; influido por acusaciones falsas tramadas por los colegas de Kingo, por fin le había ordenado a este que abandonara su fe en las enseñanzas del Daishonin o que, de lo contrario, se mudara a una provincia remota. En 1277, sin embargo, Ema cayó enfermo, y Kingo le administró un tratamiento que logró curarlo. Ema recuperó su confianza en él y, al año siguiente, le concedió un feudo aun más extenso que el que Kingo ya poseía.
Más que feliz por la victoria de su discípulo, Nichiren Daishonin afirma en la carta que la virtud invisible genera recompensas visibles, en referencia a que la sincera postura de Kingo y su esfuerzo por convertir a su amo a la fe en el Sutra del loto habían sido recompensados de esa manera. También explica el mérito del Sutra del loto con la expresión «cuanto más lejana es la fuente, más larga es la corriente», a la cual debe su título esta carta. El Daishonin afirma: «En el futuro, sin la más mínima duda, llegaré al sitial de la iluminación. De igual manera, quienes me hayan brindado sustento morarán juntos en la tierra pura del Pico del Águila». Luego da a entender que él es «el enviado de El Que Así Llega», mencionado en el Sutra del loto, y señala que quienes le brinden su apoyo obtendrán la Budeidad.
Notas
1. Yorimoto era el nombre de Shijo Kingo. Su nombre completo era Shijo Nakatsukasa Saburo Saemon-no-jo Yorimoto. Kingo denota su posición oficial (Saemon-no-jo).
2. Nombre de Shakra en una de sus manifestaciones como brahmán, según el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. Sin embargo, en este contexto, al parecer es una referencia a su esposa.
3. Fujiwara no Saneyori (900-970) fue un oficial de la Corte que, al ver frustradas sus esperanzas de que su hijo Yoritada fuese designado ministro de la Izquierda, se volvió contra el príncipe imperial Kaneakira, hijo del decimosexto emperador Daigo, que asumió esa posición. Pese a que Fujiwara no Tokihira (871-909) era ministro de la Izquierda, y su cargo lo situaba sobre el ministro de la Derecha, envidiaba a otro asesor del emperador Uda, llamado Sugawara no Michizane (845-903), por su gran personalidad y vastos conocimientos. Tokihira lo acusó falsamente ante el Emperador; entonces, Michizane fue degradado y enviado a la región más occidental del Japón, donde murió sumido en la congoja. Ya muerto, Michizane fue deificado, y en Kioto se erigió en su honor el Santuario de Kitano. Los nombres japoneses mencionados en el texto aparecen, en el original, acompañados de sus títulos, excepto Michizane, que aparece con su título póstumo.
4. Referencia al capítulo vigésimo séptimo de Sutra del loto. Los dos hijos son Acervo de Pureza y Ojos Puros.
5. Referencia a los cinco ascetas. El príncipe Kolita es más conocido por el nombre de Mahanama.
6. Sutra del loto, cap. 10.
7. Ib.
8. Las «fuerzas principales del enemigo» indican aquí las doctrinas de las escuelas más influyentes de la época: Palabra Verdadera, Nembutsu, Zen y Preceptos. Nichiren Daishonin las refutó en su totalidad, basado en el Sutra del loto.
9. Se alude aquí a la gran campaña de conquista emprendida por el Imperio mongol en aquella época. La mayor parte del continente euroasiático quedó bajo el dominio o, al menos, la influencia de ese imperio, fundado por Genghis Khan. Su nieto, Kubilai Khan, lanzó un poderoso ataque naval contra el Japón en 1274 y en 1281, pero fracasó en ambas ocasiones.
p.98810. Según una antigua leyenda china, cuando nace un venerable, en la planta de uno de sus pies lleva marcado el carácter chino «dos» y, en la otra, el carácter chino «cinco». El dato se menciona en Crónicas del historiador.
11. Sutra del loto, cap. 11.
12. Ib., cap. 17.
13. Ib., cap. 10.
14. Ib.
15. Discípulo de Nichiren Daishonin nacido en la provincia de Shimosa, supuestamente emparentado con la familia Soya. Tomó a su cargo la tarea de enseñar a los creyentes de Kamakura y de guiarlos mientras el Daishonin estuvo exiliado en la isla de Sado.
16. Se piensa que fue un seguidor del Daishonin que, con posterioridad, se opuso a su maestro.