Nota de los editores.

- Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho Rengue Kyo - Nam Myoho

16 de febrero de 2024

Tomo 1 - «Esto es lo que escuché»


He recibido el rollo con el texto completo del Sutra del loto de la Ley prodigiosa que usted transcribió en ideogramas pequeños, así como también dos túnicas acolchadas, diez mil monedas y cien abanicos plegables, a modo de ofrenda, para la consagración del mencionado rollo.

En el primer volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto» encontramos un pasaje que afirma: «La palabra “esto” [de “Esto es lo que escuché”] indica la esencia de una doctrina que se oyó del Buda». Y el primer volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”» afirma: «Si “esto” no es la doctrina que supera las ocho enseñanzas, entonces ¿cómo podría considerársela la enseñanza de este Sutra [del loto]?».

El Sutra de la guirnalda de flores comienza así: «Sutra de la guirnalda de flores del buda Grande e Inmenso. Esto es lo que escuché». El Sutra de la sabiduría empieza diciendo: «Sutra de la gran perfección de la sabiduría. Esto es lo que escuché». El Sutra Mahavairochana comienza así: «Sutra de la protección de Mahavairochana a través de los poderes sobrenaturales. Esto es lo que escuché». ¿Qué indica “esto” en estos y en otros sutras? Se refiere al título de cada sutra. Cada vez que el Buda exponía una enseñanza, le asignaba un título que revelaba su principio esencial. Después de la extinción del Buda, cuando aquellos que lo habían escuchado —⁠como AnandaManjushri y Vajrasattva⁠— compilaron las enseñanzas recibidas de él, en primer lugar expresaron el título de un sutra y, luego, «Esto es lo que escuché».

El corazón de cada sutra está contenido en su título. Por ejemplo, la tierra de la India posee setenta estados, y sus fronteras miden noventa mil ris de longitud; sin embargo, todas las personas, animales, plantas, montañas, ríos y la tierra que la integran están incluidos en esa sola palabra, «India». Todo lo que existe en los cuatro continentes del mundo se ve claramente reflejado en la faz de la luna, sin excepción. De la misma manera, las enseñanzas de un sutra están contenidas en su título.

Los títulos de los Sutras agama, por ejemplo, explican el principio esencial de tales enseñanzas, que es que todas las cosas son transitorias. Estos títulos son cien, mil y diez mil veces superiores a los dos ideogramas que significan «existencia» y «no existencia», empleados en los títulos de las escrituras no budistas. Los seguidores de las noventa y cinco escuelas no budistas, al escuchar los títulos de los Sutras agama, abandonaron sus ideas distorsionadas y abrazaron la verdad de la transitoriedad. Quienes escuchan los títulos de los Sutras de la sabiduría comprenden las tres enseñanzas: que todas las cosas son no sustanciales en sí mismas;1 p.901que el Camino Medio es independiente de la no sustancialidad y de la existencia temporaria,2 y que aquel está inseparablemente unido a ellas.3 Quienes escuchan el título del Sutra de la guirnalda de flores perciben cualquiera de las últimas dos enseñanzas anteriores.

Quienes escuchan los títulos del Sutra Mahavairochana, de los Sutras correctos e iguales, y de los Sutras de la sabiduría comprenden que todas las cosas, cuando se las analiza, demuestran carecer de sustancia4 o que son no sustanciales en sí mismas;5 que la no sustancialidad es independiente del Camino Medio y de la existencia temporaria o que es inseparable de ellos;6 que el Camino Medio es independiente de la no sustancialidad y de la existencia temporaria, o que está inseparablemente unido a ellas. Sin embargo, quienes escuchan los títulos de tales sutras provisionales no pueden comprender el beneficio de la iluminación perfecta que surge de las enseñanzas de la posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los tres mil aspectos.

A excepción del Sutra del loto, las demás enseñanzas no exponen esta doctrina esencial, y por eso, sus seguidores son como personas comunes en el nivel donde sólo se puede ser buda en teoría. Los budas y bodhisattvas que aparecen en esos sutras no alcanzan el nivel en que se escucha el nombre y las palabras de la verdad, en la práctica del Sutra del loto; y menos aún el nivel de la percepción y la acción, pues ni siquiera recitan el título del Sutra del loto. Por esta razón, el gran maestro Miao-lo afirmó en Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”»: «Si “esto” no es la doctrina que supera las ocho enseñanzas, entonces ¿cómo podría considerársela la enseñanza de este Sutra [del loto]?». Los títulos de los otros diversos sutras corresponden a la categoría de las ocho enseñanzas. Son como la malla de una red de pesca, mientras que el título del Sutra del loto es como la cuerda principal de la red, que mantiene unida la malla de las ocho enseñanzas. Quienes entonan Myoho-renge-kyo [el título del Sutra del loto], incluso sin entender su significado, comprenden no sólo el corazón del Sutra del loto, sino también la «cuerda principal», es decir, el principio esencial de las enseñanzas expuestas por el Buda durante su vida.

Un príncipe heredero de apenas uno, dos o tres años, aunque no tenga conciencia de su autoridad, cuando ascienda al trono reinará sobre el Imperio y será obedecido por el regente y los ministros imperiales. Un bebé crece en forma natural con sólo mamar la leche de su madre, aunque no lo comprenda en forma consciente. A la inversa, si un ministro arrogante menospreciara a un joven príncipe heredero ocasionaría su propia ruina, como le sucedió a Chao Kao [de la dinastía Ch’in]. Los eruditos de los otros sutras y de las demás escuelas, que desdeñan al príncipe que entona sólo el título del Sutra del loto, finalmente se arruinarán, como le ocurrió a Chao Kao, quien cayó en el infierno del sufrimiento incesante. Sin embargo, si un devoto del Sutra del loto recita su título sin conocer el significado e, intimidado por sacerdotes instruidos de otras escuelas, abandona su fe, esa persona es como el joven emperador títere Hu Hai, quien [reemplazó al Príncipe heredero pero] fue amenazado y asesinado por Chao Kao.

Nam-myoho-renge-kyo no sólo es la esencia de las enseñanzas del Buda, sino también el corazón, la esencia y el principio supremo del Sutra del loto. Sin embargo, pese a ser una enseñanza maravillosa, nadie la ha propagado en los más de dos mil doscientos veinte años transcurridos desde la muerte del Buda. No la propagaron los veinticuatro sucesores del Buda en la India, ni lo hicieron p.902T’ien-t’ai y Miao-lo en la China, ni tampoco el príncipe Shotoku y el gran maestro Dengyo en el Japón. Por lo tanto, cuando yo —⁠un ignoto sacerdote⁠— la expuse, las personas rehusaron creer en ella pensando que debía de ser una enseñanza falsa. Es algo por demás comprensible. Si, por ejemplo, un humilde soldado hubiese anunciado que sedujo a la hermosa cortesana Wang Chao-chün, nadie le habría creído. Del mismo modo, las personas no pueden creer que un humilde sacerdote haya expuesto el corazón del Sutra del lotoNam-myoho-renge-kyo, cuando ni siquiera lo hicieron T’ien-t’ai o Dengyo, personas tan respetadas como los ministros y nobles de la Corte.

Tal vez usted no lo sepa, pero el cuervo —⁠ave despreciada como ninguna⁠— puede reconocer los presagios de los hechos malos y buenos que ocurrirán a lo largo del año, algo que ni el águila ni el halcón son capaces de hacer. La serpiente no está a la altura del dragón ni del elefante, y, sin embargo, siete días antes puede saber que ocurrirá una inundación. Aunque Nagarjuna y T’ien-t’ai no hayan conocido la enseñanza que propago, si esta es clara a la luz del sutra nadie debería dudar de ella. Quien me desprecia y no entona Nam-myoho-renge-kyo es como un bebé que duda de la leche de su madre y se niega a ser amamantado, o como un enfermo que sospecha de su médico y rehúsa tomar el remedio que este le indica. Nagarjuna y Vasubandhu tuvieron conciencia de esta enseñanza pero no la propagaron, quizá porque supieron que no era la época propicia y que las personas de su tiempo no tenían capacidad para comprenderla. Otros, muy probablemente, no la hayan propagado porque no llegaron a conocerla. El budismo se propaga según la época y la capacidad de las personas. Aunque, tal vez, yo no sea digno de esta enseñanza, la expongo porque es la época correcta.

Nuestros contemporáneos consideran que los cinco ideogramas de Myoho-renge-kyo son sólo un nombre, pero esto no es acertado. Myoho-renge-kyo es la esencia, es decir, el corazón del Sutra del lotoChang-an afirmó: «Así pues, [la explicación de T’ien-t’ai sobre el título contenida en] el prefacio transmite el profundo significado del sutra. El profundo significado indica el corazón del texto».7 Según esta explicación, Myoho-renge-kyo no es el texto de la escritura ni su significado, sino el corazón de todo el sutra. Quienes buscan el corazón del sutra fuera de su título son tan necios como la tortuga que buscaba el hígado del mono fuera del mono,8 o como el mono que partió del bosque para buscar frutas a orillas del mar.


Nichiren


En el vigésimo octavo día del undécimo mes, tercer año de Kenji (1277), signo cíclico hinoto-ushi.

 

Al sacerdote laico Soya Jiro9


Antecedentes


«Esto es lo que escuché» es la frase con que comienzan muchos sutras. Los sutras son registros de las enseñanzas del buda Shakyamuni, memorizadas y luego consignadas por escrito por sus discípulos. Por lo tanto, la frase anterior testimonia la validez de lo que a continuación aparece escrito en el texto de un sutra. Sin embargo, aquí el Daishonin explica su significado desde un enfoque más profundo. T’ien-t’ai dijo: «La palabra "esto” [de “Esto es lo que escuché”] indica la esencia de una doctrina que se oyó del Buda». La esencia de cada sutra está representada por su título. Y el título, o esencia, del Sutra del loto

—⁠Myoho-renge-kyo⁠— es la enseñanza suprema del budismo. De ahí que Miao-lo haya explicado las palabras p.903de T’ien-t’ai diciendo: «Si “esto” no es la doctrina que supera las ocho enseñanzas, entonces, ¿cómo podría considerársela la enseñanza de este Sutra [del loto]?».

En esta carta, Nichiren Daishonin destaca que Myoho-renge-kyo, el título del Sutra del loto, es la esencia no sólo del Sutra del loto, sino también de todas las demás enseñanzas. Lo compara con la cuerda principal de una red, que une «la malla de las ocho enseñanzas». Esto significa también que, desde el punto de vista del Sutra del loto, todos los otros sutras y las enseñanzas que estos abarcan tienen valor y pueden usarse para explicar y propagar la esencia del Sutra del loto, o Nam-myoho-renge-kyo.

Finalmente, cita la interpretación que hace Chang-an de las palabras de T’ien-t’ai en Profundo significado del «Sutra del loto», y concluye diciendo:«Myoho-renge-kyo no es el texto de la escritura ni su significado, sino el corazón de todo el Sutra [del loto]».

Esta carta explica también la razón por la cual las personas no aceptaban creer en el título del Sutra del loto, su principio más profundo: no lograban comprender su importancia, en base a la superioridad relativa de las diversas enseñanzas; en cambio, lo juzgaban según la posición social de los sacerdotes que predicaban tales enseñanzas. Pero no fue ninguno de esos sacerdotes encumbrados del budismo sino un humilde monje, Nichiren, quien expuso la Ley de Myoho-renge-kyo.


Notas


1. Noción expuesta en la enseñanza de conexión, o Mahayana introductorio, que sostiene que, como todas las cosas surgen de un origen dependiente, su existencia, en sí misma, es no-sustancial.

2. Noción expuesta en la enseñanza específica, que sostiene que las tres verdades están separadas una de otra y son independientes entre sí.

3. Noción expuesta en la enseñanza perfecta, que establece la relación de inclusión mutua entre la realidad esencial y todos los fenómenos, y la unificación de las tres verdades. En otras palabras, la idea de que las tres verdades se incluyen entre sí.

4. Noción expuesta en la enseñanza del Tripitaka según la cual todos los fenómenos son considerados no sustanciales cuando se los analiza en relación con sus elementos constitutivos. Esto es contrario a la idea mencionada antes (véase nota 1) de que todos los fenómenos carecen de sustancia en sí mismos. Las enseñanzas de esta categoría fueron expuestas, principalmente, para las personas de los dos vehículos y, en forma secundaria, para los bodhisattvas.

5. Noción de la no sustancialidad expuesta en la enseñanza del Tripitaka, que sostiene que dicha noción es la única realidad y excluye todas las otras ideas o verdades.

6. Noción expuesta en la enseñanza de conexión, que explica que todo, esencialmente, carece de sustancia, aunque manifieste una realidad temporaria o un aspecto fenoménico.

7. Este pasaje aparece en el prefacio de Profundo significado del «Sutra del loto», de Chang-an, y se refiere al prefacio a la misma obra escrito por el propio T’ien-t’ai.

8. Esta historia se encuentra en el Sutra sobre el cofre de los muchos tesoros. Había una vez dos tortugas en el fondo del mar. La tortuga hembra, como estaba preñada, tenía deseos de comer hígado de mono. El macho salió a la superficie y engañó a un mono para que este se subiera al caparazón, diciéndole que lo llevaría a la otra orilla, donde la fruta era más abundante. Cuando la tortuga llevó al mono al océano y trató de quitarle el hígado, el mono dijo que había dejado su hígado atrás en la copa de un árbol, y que, si podía regresar allí, se lo daría. Entonces, la tortuga llevó al simio de vuelta a la orilla. Al llegar, el mono saltó del caparazón y subió disparando a un árbol muy alto, desde donde se burló de la tortuga por su necedad.

9. Soya Jiro Hyoe-no-jo Kyoshin (1224-1291), quien vivió en la aldea de Soya, en la provincia de Shimosa, y fue uno de los principales creyentes del área. Se piensa que fue funcionario de la Corte, durante el sogunato de Kamakura.