Nota de los editores.

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15 de febrero de 2024

Tomo 1 - La carta de petición de Yorimoto


El vigésimo quinto día del sexto mes, respetuosamente leí su carta oficial fechada el vigésimo tercero y recibida por intermedio de los sacerdotes laicos Shimada no Saemon y Yamashiro no Mimbu.1 En ella, usted señala: «Me quedé estupefacto al escuchar que todas las personas presentes en esa ocasión dijeron, en forma unánime, que usted había causado desorden en el sitio donde el sacerdote Ryuzo se encontraba predicando. Dicen que usted interrumpió con un grupo de hombres de su clan, todos ellos portando armas».

Se trata de una falsedad sin fundamento. No sé quién se lo ha dicho, pero con toda seguridad sería correcto que, por piedad hacia mí, hiciera comparecer a estas personas para que me confrontaran en su presencia, y usted pudiera así indagar la veracidad o falsedad de las acusaciones.

En síntesis, esta es la raíz de los hechos. El noveno día del sexto mes, Sammi-ko, discípulo del venerable Nichiren, vino a mi residencia y me dijo:

—⁠Hace poco llegó de Kioto un sacerdote llamado Ryuzo-bo, que se afincó en Kuwagayatsu, al oeste del portal del templo Daibutsu-den.2 Predica día y noche, invitando a discurrir a aquellos que tengan preguntas sobre el budismo, para resolver sus dudas sobre esta y la próxima existencia. Es venerado por toda la población de Kamakura, de alta y de baja posición, como si se tratara del buda Shakyamuni. Pero no sé de nadie que haya mantenido un verdadero debate con él. Quiero ir a Kuwagayatsu a polemizar con este sacerdote y esclarecer cualquier duda que la gente pueda albergar con respecto a su próxima existencia. ¿Le gustaría asistir y escuchar?

En ese momento, me hallaba ocupado con asuntos oficiales, así que en principio no pensé en acompañarlo. Con todo, sabía que el debate se referiría a las enseñanzas budistas, y ha sido mi costumbre concurrir a escuchar este tipo de prédicas, aunque sin decir una sola palabra, dado que soy un mero creyente laico. Por todo esto, creo que una estricta investigación de su parte será suficiente para revelar que, de ninguna manera, cometí abuso alguno.

Sea como fuere, durante el sermón, Ryuzo-bo dijo:

—⁠Si alguno de ustedes tiene preguntas con respecto a las enseñanzas budistas, por favor no dude en hacerlas.

Entonces, Sammi-ko, el discípulo del sacerdote Nichiren, formuló la siguiente pregunta:

—⁠Que la muerte es inevitable desde el momento en que uno nace no es motivo de sorpresa; además, en especial en tiempos recientes, incontables personas del Japón han perecido en calamidades. p.844Nadie puede dejar de advertir esta transitoriedad, que salta a la vista. En tales circunstancias, he oído decir que usted, un respetado sacerdote, había llegado de Kioto para disipar las dudas de la gente, de modo que vine a escucharlo. Con cierta vacilación, estaba pensando que sería descortés interrumpir su sermón con una pregunta, así que me alegra que usted haya invitado a hablar con libertad a todo aquel que tuviera interrogantes.

»Lo que me intriga, en primer lugar, es esto: soy un plebeyo humilde, nacido en el Último Día de la Ley, en una tierra remota [lejos de la cuna del budismo]. Así y todo, afortunadamente, el budismo, oriundo de la India, ya se ha dado a conocer en nuestro país. Uno debería adoptarlo por todos los medios. No obstante, los sutras constan nada menos que de cinco mil o de siete mil volúmenes. Y puesto que todas son enseñanzas de un mismo Buda, en esencia tienen que constituir un solo sutra. Pero el budismo se divide en ocho escuelas, si uno incluye a Guirnalda de Flores y a Palabra Verdadera, o en diez, si además cuenta las escuelas Tierra Pura y Zen. Aunque dichas corrientes representan distintas puertas de acceso, yo diría que, en última instancia, su verdad tiene que ser una sola.

»Sin embargo, el gran maestro Kobo, fundador de la escuela Palabra Verdadera en el Japón, dijo: “El Sutra del loto, comparado con el Sutra de la guirnalda de flores y con el Sutra Mahavairochana, no sólo constituye una puerta distinta, sino que es una doctrina de teorías pueriles, y el Buda que lo expuso todavía se encuentra en la región de la oscuridad”.3 También señaló: “[El gran maestro T’ien-t’ai, de la escuela del Loto, y otros] pugnaron entre sí por robar la mantequilla clarificada [de la escuela Palabra Verdadera] ”. El gran maestro Tz’u-en, fundador de la escuela Características del Dharma, declaró: “El Sutra del loto es un medio hábil, mientras que el Sutra de los profundos secretos representa la verdad; los seres animados que no poseen la naturaleza de la iluminación jamás pueden lograr la Budeidad”.4

»Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, declaró: “El Sutra de la guirnalda de flores representa la raíz de la enseñanza, y el Sutra del loto, las ramas de la enseñanza”.5 También expuso: “El Sutra de la guirnalda de flores es la enseñanza de la iluminación para las personas de la enseñanza repentina [...]; en cambio, el Sutra del loto, la enseñanza de la iluminación para las personas de la enseñanza gradual [...]”.6 El gran maestro Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, escribió: “De todos los sutras del Mahayana, los Sutras de la sabiduría son los supremos”. El reverendo Shan-tao, de la escuela Tierra Pura, señaló: “[Si las personas practican el Nembutsu continuamente, hasta el final de su vida], diez personas de cada diez, y cien personas de cada cien renacerán en la Tierra Pura. [...] Sin embargo, ni una sola persona en mil podrá renacer allí”7 mediante el Sutra del loto y otras enseñanzas. El honorable Honen urgió a las personas a “descartar, cerrar, ignorar y abandonar” el Sutra del loto a favor del Nembutsu, y también comparó a los devotos del Sutra del loto con una “pandilla de ladrones”.8 Y la escuela Zen afirma representar “una transmisión separada por fuera de los sutras, independiente de las palabras o de la letra escrita”.9

»Shakyamuni, señor de las enseñanzas, afirmó sobre el Sutra del loto: “El Honrado por el Mundo lleva largo tiempo exponiendo sus doctrinas, y ahora es momento de que revele la verdad”.10 Y el buda Muchos Tesoros manifestó: “El Sutra del loto de la Ley prodigiosa [...] ¡todo lo que has expuesto [, Shakyamuni,] es la verdad!”.11 El sutra también indica que los budas de las diez direcciones, manifestaciones corpóreas de Shakyamuni, extendieron la lengua en dirección al cielo de Brahma.12

p.845»El gran maestro Kobo escribió que el Sutra del loto es una doctrina de teorías pueriles. Sin embargo, el buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones declararon en forma unánime que todas sus enseñanzas eran verdaderas. ¿En cuáles de estas afirmaciones debemos creer?

»El reverendo Shan-tao y el honorable Honen dijeron del Sutra del loto que ni una sola persona en mil podría ser salvada por medio de sus enseñanzas, y que uno debía “descartarlo, cerrarlo, ignorarlo y abandonarlo”. Sin embargo, el buda Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni afirman que, de todas las personas que escuchen el Sutra del loto, “ni una sola dejará de lograr la iluminación”,13 y que todos entrarán en el Camino del Buda. Las declaraciones de ShakyamuniMuchos Tesoros y los demás budas discrepan tan ostensiblemente de lo que dicen el reverendo Shan-tao y el honorable Honen como el fuego y el agua, o como las nubes y el fango.

»¿A quiénes debemos creer? ¿Y qué aseveraciones debemos rechazar?

»En particular, de los cuarenta y ocho juramentos del monje Tesoro del Dharma mencionados en el Sutra en dos volúmenes, que veneran tanto Shan-tao como Honen, el decimoctavo señala que, si él llegaba a lograr la Budeidad, sólo quedarían excluidos [de la salvación] aquellos que cometieran las cinco faltas capitales y los que denigrasen la enseñanza correcta. ¿Esto significa seguramente que, aun cuando el juramento original del buda Amida sea verdadero y nos permita renacer en su Tierra Pura, los que actúen contra la enseñanza correcta quedan excluidos del renacimiento en la tierra del buda Amida?

»Por su parte, en el segundo volumen del Sutra del loto se afirma: “El que no tiene fe en este sutra y, en cambio, actúa contra él, [...] cuando su vida concluya, entrará en el infierno Avichi”.14 Si estos pasajes de las escrituras son ciertos, ¿podrían haber escapado de la gran ciudadela del infierno Shan-tao y Honen, para quienes la escuela Nembutsu representaba la esencia del budismo? Pero si estos dos sacerdotes cayeron en el infierno, no puede haber duda de que los estudiosos, discípulos y creyentes laicos que sigan sus pasos también, naturalmente, caerán en los malos caminos. Estas son las cuestiones que me confunden. ¿Cuál es su opinión, honorable Ryuzo?

Así, de esta forma, planteó Sammi-ko su pregunta.

El honorable Ryuzo respondió:

—⁠¿Cómo podría dudar de los sabios y doctos hombres de la Antigüedad? Los sacerdotes comunes, como yo, creemos en ellos con profunda reverencia.

—⁠Estas palabras —⁠respondió entonces Sammi-ko⁠— no me parecen las de un hombre sabio. Todos creemos en los maestros budistas venerados en su propia época. Pero el Buda nos conmina, en el Sutra del nirvana, como instrucción testamentaria: «Seguid la Ley y no a las personas». El Buda nos enseñó a depender de los sutras, si los maestros budistas incurrían en algún error. Usted dice que no hay forma de que esos maestros se equivoquen, pero entre las palabras de oro del Buda y su opinión personal, tengo que ser leal a las primeras.

—⁠Cuando usted habla de los muchos errores de los maestros budistas, ¿a cuáles maestros se refiere? —⁠preguntó el honorable Ryuzo.

—⁠Me refiero —⁠respondió Sammi-ko⁠— a las doctrinas del gran maestro Kobo y del honorable Honen, a quienes antes mencioné.

—⁠¡Es imposible! —⁠exclamó el honorable Ryuzo⁠—. No osaría poner en duda a los maestros budistas de nuestra nación, p.846venerados por el público aquí presente. Si el pueblo se enfurece, habrá agitación. Y esto sería algo temible.

Entonces, Sammi-ko dijo:

—⁠He mencionado a aquellos cuyas enseñanzas contradecían los sutras y tratados,15 porque usted me pidió que especificara cuáles maestros incurrían en error. Pero ahora, de pronto expresa reservas y se niega a analizar la cuestión. Creo que usted advierte su propio dilema. En asuntos de doctrina, es el colmo de la insensatez temer a los demás, dejarse intimidar por la opinión pública y no exponer el verdadero significado de los pasajes de sutras que concuerdan con la enseñanza del Buda. Usted no parece estar actuando como un sacerdote sabio u honorable. Siendo maestro de la Ley, ¿cómo puede no decir lo que debe, cuando hay doctrinas perniciosas que se están propagando en el país, la población cae en los malos caminos, y la nación está al borde de la ruina? Por eso, el Sutra del loto afirma: «No nos preocupan el cuerpo o la existencia»,16 y el Sutra del nirvana expresa: «Aunque ello le cueste la vida ...».17 Si usted es un auténtico venerable, ¿cómo puede escatimar la vida por miedo al mundo o a la gente?

»Aun en la literatura no budista se mencionan hombres como Kuan Lung-feng, que fue decapitado, o el sabio Pi Kan, que se hizo abrir el pecho. Pero ambos hombres pasaron a la historia como sabios, porque Kuan Lung-feng reconvino al rey Chieh de la dinastía Hsia, y Pi Kan amonestó al rey Chou de la dinastía Yin.

»Las escrituras budistas nos hablan del bodhisattva Jamás Despreciar, que fue azotado con palos y varas; del honorable Aryasimha, quien murió decapitado; del sacerdote Chu Tao-sheng, desterrado a una montaña en Su-chou, y del maestro del Tripitaka Fa-tao, quien luego de ser herrado en el rostro fue expulsado al sur del río Yangtze. Y sin embargo, ¿acaso no merecieron el nombre de venerables por haber difundido la enseñanza correcta?

—⁠En esta última época no hay posibilidad de que aparezcan personas así —⁠respondió entonces el honorable Ryuzo⁠—. Nosotros pertenecemos al grupo de los que temen a la sociedad y tienen miedo de la opinión ajena. Aunque usted hable con tanta temeridad, dudo que sus acciones se ajusten a sus palabras.

—⁠¿Qué le hace pensar —⁠replicó Sammi-ko⁠— que conoce el corazón de los demás? Permítame decirle que soy discípulo del venerable Nichiren, hoy ampliamente conocido en todo el país. Aunque mi venerable mentor es un sacerdote de la última época, a diferencia de los eminentes sacerdotes de nuestro tiempo, no busca invitaciones ni adula a las personas, ni ha incurrido en la más mínima actitud que le valga una mala reputación en los asuntos seculares.

»Sencillamente, basado en los sutras declara que como en el país abundan las malas enseñanzas de escuelas como Palabra Verdadera, Zen y Tierra Pura, y de sus sacerdotes, que actúan contra la Ley, y como la población —⁠desde el gobernante hasta los súbditos⁠— ha abrazado la fe en ellas, todos los habitantes se han convertido en archienemigos del Sutra del loto y del buda Shakyamuni. En esta existencia, serán abandonados por las deidades celestiales y terrenales, y sufrirán la invasión de un país extranjero, y en la próxima existencia caerán en la gran ciudadela del infierno Avichi.

»Ha dicho que si declara estas cosas, provocará una gran enemistad, pero si no lo hace, con seguridad deberá sufrir la condena del Buda. El Sutra del nirvana afirma: “Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su p.847falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda”. Mi maestro, consciente de que caería en los malos caminos si, por miedo a la opinión secular, callaba lo que debía decir, lleva más de dos décadas arriesgando su vida, desde la era Kencho18 hasta este año, tercero de la era Kenji (1277), sin aflojar ni un ápice. Por esa razón, ha sufrido incontables persecuciones a manos de particulares, y en dos oportunidades ha incurrido en la ira del gobernante.19 Yo mismo fui uno de quienes lo acompañaron cuando la furia de las autoridades cayó sobre él, el duodécimo día del noveno mes, octavo año de la era Bun’ei (1271),20 y estuve a punto de ser decapitado junto con él, porque me consideraron igualmente culpable. ¿Sigue diciendo usted, a pesar de esto, que me apego a mi vida?».

Ryuzo-bo cerró la boca y palideció, pero Sammi-ko persistió:

—⁠Con una sabiduría tan superficial, no tiene derecho a afirmar que despejará las dudas de la gente. Los monjes Costa del Sufrimiento e Intención Superior creyeron saber la enseñanza correcta y quisieron salvar a la gente, pero cayeron en el infierno del sufrimiento incesante junto a sus discípulos y seguidores laicos. Si usted, con su conocimiento limitado de las doctrinas budistas, predica con la intención de salvar a personas, usted y sus seguidores caerán sin falta en el infierno del sufrimiento incesante. Será mejor que reconsidere esta prédica a partir de hoy. No pensé que tendría que hablarle así, pero también se aplica a mí la advertencia del Buda: que si uno ve a un monje perverso enviar a las personas al infierno con sus malas enseñanzas, y no lo amonesta ni expone sus errores, uno mismo está traicionando la enseñanza del Buda. Por otro lado, siento piedad por todos aquellos de alta y baja posición que, por escuchar su prédica, caerán en los malos caminos. Por eso hablo de esta forma. ¿Acaso no se llama sabio al que reconviene al gobernante cuando el país corre peligro o al que corrige las ideas equivocadas de otros? Pero, en su caso, aunque usted tenga el error ante los ojos, es claro que se negará a refutarlo, por miedo a la reacción de la sociedad. Por este motivo, no tengo posibilidad de ayudarlo. Aunque tuviera la sabiduría de Manjushri o la elocuencia de Purna, usarlas con usted sería un desperdicio.

Y habiendo hablado así, Sammi-ko se puso de pie dispuesto a marcharse; pero los que integraban el público, regocijados, unieron las palmas de las manos y le suplicaron que se quedara un rato más a enseñarles las doctrinas budistas. Así y todo, Sammi-ko se marchó.

No tengo más detalles que agregar, así que ya puede figurarse lo que en verdad sucedió. ¿Cómo podría pensar en comportarse indignamente o en usar un lenguaje soez mientras se está exponiendo la enseñanza budista alguien que cree en el Sutra del loto y aspira al Camino del Buda? Pero prefiero que esto quede librado a su juicio.

Habiendo declarado, por mi parte, que soy seguidor del venerable Nichiren, volví a mi casa y le informé con exactitud lo que había ocurrido durante el debate. Es más, en esa ocasión no hubo allí nadie a quien yo no conociera. Lo que usted ha escuchado tiene que ser el infundio de alguien que me envidia. Si hace comparecer a estas personas delante de mí, en su presencia, rápidamente saldrá a la luz la verdad de todo este asunto.

En su carta oficial, usted también declara: «Venero al sacerdote superior del templo Gokuraku-ji como reencarnación del Honrado por el Mundo», pero esto es algo que no puedo aceptar. Porque, si es cierto lo que afirma el sutra, el venerable Nichiren es el enviado de El Que Así Llega, iluminado en el p.848remoto pasado, manifestación del bodhisattva Prácticas Superiores, devoto de la enseñanza esencial del Sutra del loto y gran adalid del quinto período de quinientos años [posterior a la muerte del Buda]. El honorable Ryokan, con intención de hacer ejecutar a este venerable, envió una carta de petición a las autoridades proponiendo que lo decapitaran; pero, por alguna razón, la ejecución no pudo llevarse a cabo y, en cambio, fue desterrado a la lejana isla de Sado. ¿No fue esto obra del honorable Ryokan? Adjunto a esta carta una copia de su petición.

Aunque el sacerdote Ryokan predique día y noche, durante cada uno de los seis días de purificación,21 en contra de matar una sola hoja de hierba, en realidad propuso que decapitaran al sacerdote que propaga la enseñanza correcta del Sutra del loto. ¿Acaso no ha contradicho sus propias palabras? ¿Acaso no es el sacerdote Ryokan quien está poseído por el demonio celestial?

Permítame explicarle cómo se llegó a esta situación. Cada vez que el sacerdote Ryokan predicaba, solía lamentarse:

—⁠Estoy empeñado en ayudar a todas las personas del Japón a que «observen los preceptos»,22 a que proclamen los ocho preceptos para poner fin a las matanzas en este país y a la embriaguez de toda la tierra; pero las calumnias de Nichiren me han impedido lograr mi deseo.

Al enterarse de esto, el venerable Nichiren declaró:

—⁠De alguna manera, debo revertir la ilusión de su gran arrogancia y salvarlo de la agonía del infierno del sufrimiento incesante.

Al oírlo, yo, Yorimoto, y todos los otros discípulos le aconsejamos angustiados:

—⁠Aunque hable imbuido de profunda benevolencia como paladín del Sutra del loto, dado que el honorable Ryokan es venerado en todo el Japón, en especial por los samuráis de Kamakura, tal vez sería mejor que se abstuviera de hacer declaraciones tan rotundas.

Luego, cuando se produjo la gran sequía, el Gobierno ordenó al sacerdote Ryokan llevar a cabo una ceremonia para producir lluvias y salvar a la población, el decimoctavo día del sexto mes, octavo año de la era Bun’ei (1271), signo cíclico kanoto-hitsuji. Al enterarse de la noticia, el venerable Nichiren observó:

—⁠Aunque las oraciones para hacer llover son un asunto de poca monta, tal vez debería aprovechar la oportunidad para mostrar a todos el poder de la Ley que yo abrazo.

Envió entonces este mensaje al sacerdote Ryokan: «Si el honorable Ryokan hace llover en el término de siete días, yo, Nichiren, dejaré de enseñar que el Nembutsu conduce al infierno del sufrimiento incesante y me convertiré en su discípulo, y observaré los doscientos cincuenta preceptos. Pero si no llueve, quedará demostrado a las claras que el honorable Ryokan está deliberadamente confundiendo y llevando por la senda equivocada a los demás, aun cuando dé la impresión de observar los preceptos. En la Antigüedad, hubo muchos casos en los cuales se estableció la superioridad de una enseñanza sobre la otra mediante oraciones para provocar lluvias, como el desafío entre Gomyo y el gran maestro Dengyo,23 o entre Shubin y Kobo».24

El venerable Nichiren envió este mensaje al sacerdote Ryokan mediante los oficios del sacerdote Suo-bo y del sacerdote laico Irusawa, dos creyentes del Nembutsu. Además de ser seguidores del Nembutsu, tanto el sacerdote como el creyente laico eran discípulos de Ryokan, y todavía no creían en las enseñanzas de Nichiren. Así que el venerable Nichiren les dijo:

—⁠Decidiremos cuáles enseñanzas son correctas mediante esta oración para p.849producir lluvias. Si llueve en el transcurso de siete días, pueden creer que renacerán en la Tierra Pura en virtud de los ocho preceptos y del Nembutsu, que ya ahora practican. Pero si no llueve, deben tener fe sólo en el Sutra del loto.

Felices de escuchar estas palabras, los dos entregaron el mensaje al sacerdote Ryokan en el templo Gokuraku-ji.

El sacerdote Ryokan lloró de alegría y se entregó a orar junto a más de ciento veinte discípulos, con el rostro sudoroso y emanando vahos de vapor, mientras sus voces se elevaban al cielo. Entonaron el Nembutsu, el Sutra de la oración para provocar lluvias25 y el Sutra del loto, y el sacerdote Ryokan predicó los ocho preceptos con el afán de que lloviera en los siete días siguientes. Cuando al cabo de cuatro o cinco días no aparecieron señales de precipitaciones, se desesperó y mandó llamar a cientos de discípulos del templo Taho-ji26 para que se le unieran, y agotó por completo el poder de sus plegarias. Pero pasaron siete días y no cayó ni una sola gota.

En ese momento, el venerable Nichiren le envió un mensajero no menos de tres veces, con este recado: «Una mujer de vida licenciosa llamada Izumi Shikibu y un sacerdote de nombre Noin27 que transgredía los preceptos pudieron hacer llover de inmediato, con un simple poema de treinta y una sílabas que apenas tenía sentido y rebosaba de figuras retóricas. ¿Cómo puede ser, entonces, que el honorable Ryokan —⁠que observa todos los preceptos y reglas, domina las escuelas Palabra Verdadera y del Loto, y se ha hecho conocer por su benevolencia sin parangón⁠— no pueda hacer llover en el término de siete días, ni siquiera asistido por cientos de sus seguidores? Considere esto: si uno no puede cruzar un vado de tres metros de ancho, ¿cómo puede cruzar un paso de seis o de diez metros? Si no puede provocar lluvias, que es algo tan sencillo, ¿cómo piensa que podrá renacer en la Tierra Pura y lograr la Budeidad, que es algo tan difícil?

»En consecuencia, a partir de hoy debe transformar sus ideas prejuiciosas, que lo llevan a odiar a Nichiren. Si teme por su próxima existencia, venga a verme de inmediato tal como ha prometido. Yo le enseñaré la Ley que provoca las lluvias y el Camino de la Budeidad. ¿Acaso no ha fracasado en su intento de hacer llover en siete días? La sequía se ha vuelto más intensa y los ocho vientos28 están soplando con más violencia que antes, mientras que el sufrimiento de la población es cada vez más hondo. Suspenda sus oraciones de inmediato».

Cuando el mensajero transmitió el recado del venerable Nichiren, palabra por palabra, a la hora del mono (entre las tres y las cinco de la tarde), el séptimo día, el sacerdote Ryokan rompió en llanto y sus discípulos y seguidores laicos también echaron a llorar ruidosamente, heridos en su amor propio.

Cuando el venerable Nichiren provocó la ira de las autoridades y fue interrogado sobre este asunto, contó la historia tal como ocurrió. Fue así como dijo:

—⁠Si el sacerdote Ryokan hubiera tenido algo de vergüenza, habría desaparecido de la escena pública y se habría retirado a un bosque de montaña. Si se hubiera convertido en mi discípulo como prometió hacer, al menos habría mostrado cierto espíritu de búsqueda. Pero, en realidad, hizo circular acusaciones falsas contra mí, para instigar a que me ejecutaran. ¿Así se comporta un noble sacerdote?

Yo, Yorimoto, también he observado esta situación en forma personal. No osaría dirigirme de este modo a mi señor en ninguna otra circunstancia, pero tratándose de este asunto específico, por mucho que lo pienso, veo que no puedo permanecer callado.

p.850En su carta oficial, usted proclama: «Habiendo conocido al sacerdote Ryuzo y al prior del templo Gokuraku-ji, sentí por ellos la misma reverencia que concedería al buda Shakyamuni o al buda Amida». En cuanto a esta declaración, con el mayor de los respetos, me permito señalar que, durante su estadía en Kioto, el sacerdote Ryuzo se alimentó de carne humana, mañana y noche; y cuando esto salió a la luz, los sacerdotes del templo Enryaku-ji, en el monte Hiei, se pusieron en contra de él y le dijeron:

—⁠El mundo ha entrado en la época de declinación, y en todo el país proliferan los demonios malignos. Debemos vencerlos con el poder del Rey de la Montaña.29

Incendiaron su vivienda y trataron de castigarlo, pero él huyó a toda prisa y nadie supo más de su paradero. Pero luego, de pronto, apareció en Kamakura y volvió a comer carne humana, haciendo temblar de miedo a las personas de recto juicio. Así y todo, usted dice que lo respeta como a un buda o a un bodhisattva. ¿Cómo podría yo, que soy su vasallo, dejar de señalar el error de mi amo? Me pregunto qué pensarán de este asunto los miembros juiciosos de nuestro clan.

En la misma carta, usted afirma: «Actuar de manera deferente con nuestros padres o amos, ya sea que estén en lo cierto o que se equivoquen, representa una conducta ejemplar de acuerdo con la voluntad de los budas y deidades, y también con los dictados del decoro social». Ya que este asunto es de extrema importancia, me abstendré de manifestar mi opinión personal y, en cambio, citaré obras autorizadas [de venerables y sabios]. En el Clásico sobre la devoción filial leemos: «[Ante una falta moral], un hijo debe reconvenir a su padre, y un ministro debe advertir a su señor». Cheng Hsüan3 sostiene: «Si un amo o un padre se comportan injustamente y su ministro o su hijo no lo llaman al orden, el Estado o la familia caerán en la ruina». En Nuevas narraciones31 leemos: «Si uno no refuta la tiranía de su gobernante, no puede ser considerado un ministro leal. Si uno no dice lo que debe por miedo a morir, no es un hombre valiente».

El gran maestro Dengyo dice: «En general, en lo concerniente a la falta de rectitud, un hijo debe reconvenir a su padre, y un ministro debe amonestar a su señor. En verdad, esto es lo que debe saberse: Así como ocurre entre un señor y su ministro, entre un padre y su hijo, así debe ser entre maestro y discípulo. Un discípulo debe decir lo que debe cuando su maestro se equivoca».32 El Sutra del loto expresa: «No nos preocupan el cuerpo o la existencia; sólo vivimos pendientes del Camino insuperable». El Sutra del nirvana sostiene: «Por ejemplo, es como un enviado real experto en la conversación y diestro en el empleo de medios hábiles, que, despachado a otras tierras para cumplir una misión, finalmente no calla ninguna de las palabras de su soberano, aunque ello le cueste la vida. Las personas sabias actúan igual». El gran maestro Chang-an dice: «La expresión “[Un enviado real] finalmente no calla ninguna de las palabras de su soberano, aunque ello le cueste la vida” significa que nuestro cuerpo es insignificante, pero la Ley es suprema. Uno debería dar la vida con tal de propagar la Ley».33 También expresa: «El que destruye las enseñanzas del Buda o genera confusión con respecto a ellas está traicionándolas. Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor compasivo necesario para corregirlo, en realidad es su enemigo. Pero quien reprende y corrige al que mal actúa [... y] libra del mal al que actúa erradamente es como un padre para esa persona».34 Mis colegas samuráis tal vez crean que yo, Yorimoto, me comporto de manera inapropiada con usted, pero en todas las demás cuestiones mundanas, p.851acataré con determinación las palabras de mi amo y de mis padres.

Sólo siento un gran pesar cuando veo a mi señor, a quien tanto le debo, engañado por personas que abrazan enseñanzas perniciosas y en peligro de caer en los malos caminos. Porque el rey Ajatashatru adoptó a Devadatta y a los seis maestros no budistas como mentores y se opuso al buda Shakyamuni, todos los habitantes del reino de Magadha pasaron a ser enemigos del budismo, y los quinientos ochenta mil integrantes del clan real se opusieron también a los discípulos del Buda. De todos ellos, sólo el ministro Jivaka era seguidor del Buda. El gran Rey veía con malos ojos la devoción de este ministro al Buda, así como mi señor desaprueba a su servidor Yorimoto. Pero, finalmente, abandonó las doctrinas erradas de los otros seis ministros y adoptó la fe en la enseñanza correcta que exponía Jivaka. Quizá, de esta misma forma, al final yo también pueda salvarlo a usted.

Es posible que usted, ante esto que digo, se pregunte cómo me atrevo a compararlo con Ajatashatru, quien cometió las cinco faltas capitales. Pero, a los ojos del sutra, es claro que la falta que usted está cometiendo es cien, mil, diez mil veces más grave que la de aquel, aunque yo titubee en decírselo.

El Sutra del loto afirma: «Pero ahora, estos tres mundos son mis dominios, y los seres vivos que habitan allí son, todos, mis hijos».35 Si esta frase de las escrituras es correcta, el buda Shakyamuni es padre y madre, maestro y soberano de todos los seres vivos del Japón. El buda Amida no posee estas tres virtudes. Sin embargo, usted ignora al Buda de las tres virtudes e invoca el nombre de otro buda [Amida] día y noche, mañana y tarde, sesenta mil u ochenta mil veces diarias. ¿No es este un proceder contrario a la devoción filial? Ante todo, fue el mismo Shakyamuni El Que Así Llega quien enseñó que Amida había jurado salvar a todas las personas; pero, por fin, se arrepintió y dijo: «Soy la única persona [que puede rescatar y proteger a los demás]». A partir de ese momento, nunca más volvió a exponer que había dos o tres budas que podían salvar a la población. Nadie tiene dos padres o dos madres. ¿Qué sutra dice que Amida es el padre de este país? ¿Qué tratado lo señala como su madre?

Las enseñanzas del Nembutsu, como el Sutra de la meditación, fueron expuestas de manera temporal, como preparación para el Sutra del loto. Son como el andamiaje que se emplea para construir una pagoda. Algunos creen que, como las enseñanzas del Nembutsu y el Sutra del loto son parte del budismo, la única diferencia entre ambos es que unas fueron expuestas antes que el otro. Pero estas personas cometen un grave error de juicio. Son como aquel que, tontamente, prefiere el andamio incluso cuando la pagoda ya ha sido construida, o como aquel que opina que las estrellas son más brillantes que el sol. Con respecto a estas personas, el sutra afirma: «Aunque les enseño y los instruyo, no creen en mis enseñanzas ni las aceptan. [...] Cuando su vida concluya, entrarán en el infierno Avichi».36

Todos los habitantes del Japón, en la época actual, son personas que rechazan al buda Shakyamuni e invocan el nombre del buda Amida; que desechan el Sutra del loto y eligen creer en el Sutra de la meditación y en otras enseñanzas. O son laicos y laicas que hacen ofrendas a estos calumniadores, o son sacerdotes de renombre y hasta gobernantes que veneran como a sabios a personas que, en realidad, cometen las cinco o las siete faltas capitales,37 o los ocho delitos. El sutra dice de esta gente que «seguirá repitiendo este ciclo [de renacimiento en el infierno Avichi] durante incontable número de kalpas».38

p.852Me atreví a someter estos errores a su consideración, porque, aun en pequeña medida, tengo conciencia de ellos. De las personas que trabajan a su servicio, con todas sus diferencias de rango, no hay uno sólo que no honre a su amo, cada uno desde el lugar que le corresponde. Si, sabiendo que mi señor feudal correrá una suerte nefasta en esta existencia y en la próxima, guardo silencio por miedo a mis colegas samuráis o a la sociedad en general, ¿no sería culpable de complicidad con la falta que él comete?

Nadie puede negar que los Nakatsukasa de dos generaciones —⁠mi padre y yo⁠— hemos vivido para prestar servicio a nuestro señor feudal. Cuando su padre39 perdió el favor de las autoridades, sus cientos de vasallos dejaron de serle leales. De todos ellos, mi difunto padre Yorikazu fue el único que siguió siéndole fiel hasta el final y lo acompañó al destierro en la provincia de Izu. Poco antes de la batalla que tuvo lugar en Kamakura el duodécimo día del segundo mes, undécimo año de la era Bun’ei,40 yo, Yorimoto, me encontraba en la provincia de Izu, pero no bien tuve noticias de lo que se venía, el décimo día, a la hora del mono, crucé a toda prisa el paso del Hakone; me uní a otros siete y juramos frente a usted poner fin a nuestra vida. Pero el mundo recuperó la calma una vez más, y hoy mi señor feudal vive en paz. Desde entonces, usted me ha contado entre aquellos merecedores de su confianza en todos los asuntos, tanto en cuestiones de poca monta como en los temas trascendentes. ¿Cómo, entonces, podría distanciarme yo de usted? Lo seguiría, obediente, hasta en la próxima existencia. Si yo lograra la Budeidad, salvaría también a mi amo, y si usted lograse la Budeidad, confío en que haría lo mismo en mi bien.

De modo que escuché los sermones de diversos sacerdotes y les pregunté cuáles doctrinas conducían a la Budeidad. Y llegué a creer que, de acuerdo con la enseñanza del Sutra del loto, el venerable Nichiren era el soberano de los tres mundos, el padre y la madre de todos los seres vivos, y el emisario de Shakyamuni El Que Así Llega, el bodhisattva Prácticas Superiores.

Han transcurrido más de cuatrocientos años desde que la nociva enseñanza de la escuela Palabra Verdadera se difundió en el Japón. El gran maestro Dengyo la trajo de la China en el vigésimo cuarto año de la era Enryaku (805), pero no la consideró adecuada para este país; por eso, no la dejó constituirse como escuela independiente y la definió apenas como enseñanza preparatoria para la escuela Tendai del Loto. Luego, ya fallecido el gran maestro Dengyo, el gran maestro Kobo, para no ser menos que él, aprovechó la oportunidad y quiso establecer las enseñanzas de Palabra Verdadera como escuela propia, sólo que el templo Enryaku-ji, en el monte Hiei, no lo aceptó. Sin embargo, Jikaku y Chisho —⁠hombres de visión limitada⁠—, a pesar de vivir en el monte Hiei, inclinaron su fe hacia Kobo, del templo To-ji. Tal vez por esta razón, se opusieron a su maestro Dengyo y, por primera vez, establecieron la escuela Palabra Verdadera en el Enryaku-ji. Y esto señaló el comienzo de la ruina para nuestro país.

En los más de trescientos años transcurridos desde entonces, algunos insistieron en la superioridad de la escuela Palabra Verdadera sobre el Sutra del loto; otros, en la supremacía del Sutra del loto sobre la escuela Palabra Verdadera; y algunos, en la igualdad de ambas enseñanzas. Y como la disputa prosiguió sin resolverse, el gobierno imperial no concluyó ni se vio afectado. Sin embargo, en la época del emperador retirado Goshirakawa, septuagésimo séptimo soberano, el líder religioso de la escuela TendaiMyoun, se consagró p.853exclusivamente a las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera y fue asesinado por Yoshinaka.41 Es un ejemplo del pasaje que señala: «La cabeza se les partirá en siete pedazos».42

Luego, en tiempos del Emperador retirado de Oki, octogésimo segundo soberano, en el país surgieron y se diseminaron las escuelas Zen y Nembutsu, como lo habían hecho las muy nocivas enseñanzas de Palabra Verdadera. Esto hizo que se rompieran los juramentos hechos por la Diosa del Sol y por la deidad Hachiman de proteger a cien soberanos durante cien reinados, y la autoridad imperial llegó a su fin.43 Mediante las funciones de la Diosa del Sol y de la deidad Hachiman, los asuntos del Estado fueron encomendados al administrador actuante Yoshitoki, de la región de Kanto.44

Estas tres enseñanzas erróneas se propagaron a Kanto, donde obtuvieron una sorprendente cuota de apoyo de parte del clan gobernante. Así pues, los dos señores celestiales, Brahma y Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales montaron en cólera y advirtieron a los gobernantes provocando disturbios sin precedentes en los cielos y calamidades inusitadas sobre la tierra.

Cuando vieron que sus admoniciones no eran escuchadas, ordenaron a un país vecino que castigara a los que calumniaban el Sutra del loto. La Diosa del Sol y la deidad Hachiman nada podían hacer para ayudar. Sólo el venerable Nichiren tuvo conciencia de todo esto.

Dado lo riguroso del Sutra del loto, he puesto a un lado cualquier preocupación trivial y hasta el día de hoy le he prestado servicio con devoción, deseoso de guiar a mi señor a la iluminación. Así pues, ¿los desleales a usted no son aquellos que me acusan falsamente? Si tuviese que marcharme del clan y abandonarlo en este momento, usted caería de inmediato en el infierno del sufrimiento incesante. En tal caso, aunque yo mismo lograse la Budeidad, lo haría con aflicción, sintiendo que habría sido en vano.

Con respecto a los preceptos del Hinayana,45 estas doscientas cincuenta normas fueron expuestas para las deidades celestiales por el gran arhat Purna, pero el laico Vimalakirti lo reprendió diciéndole: «No debes colocar comida impura en un recipiente alhajado».46 Angulimala le reprochó a Manjushri: «Jamás comprenderás la verdad del vacío expuesta en las enseñanzas del Mahayana mediante las prácticas [del Hinayana], que son insignificantes como mosquitos y jejenes».47 Luego, Manjushri expuso las diecisiete falencias de los preceptos del Hinayana,48 y El Que Así Llega, del mismo modo, las repudió mediante las ocho analogías.49 El gran maestro Dengyo las denunció diciendo que eran leche de burra, y las comparó con un sapo.50 Los discípulos posteriores de Ganjin51 acusaron al gran maestro Dengyo de calumnia, y apelaron directamente al emperador Saga, pero sus esfuerzos no condujeron a nada, porque lo que había dicho Dengyo estaba indicado en los sutras con toda claridad. La petición que las escuelas de Nara presentaron al Emperador resultó infructuosa, y en el templo Enryaku-ji, sobre el monte Hiei, se erigió la gran plataforma de ordenación [para conferir los preceptos del Mahayana]. Así pues, los preceptos del Hinayana ya han sido descartados desde hace mucho tiempo. Aunque yo, Yorimoto, comparase al sacerdote Ryokan con un mosquito, con un jején o con un sapo, usted no tendría razón para culparme, dado que es obvio que estas aseveraciones se basan en los sutras.

Ahora bien, me resulta inimaginablemente doloroso que usted me ordene hacer un juramento escrito [con el compromiso de abandonar mi fe en el Sutra del loto]. Si yo, Yorimoto, siguiera la p.854tendencia de la época —⁠que contradice las enseñanzas budistas⁠— y jurara tal cosa por escrito, usted se haría acreedor al castigo inmediato del Sutra del loto. Cuando el venerable Nichiren, enviado de El Que Así Llega Shakyamuni, fue desterrado debido a los cargos fraguados presentados por el sacerdote Ryokan, a los cien días estallaron luchas armadas,52 tal como él había predicho, en las cuales murieron numerosos guerreros. Entre ellos, los miembros del clan Nagoe.53 ¿No debería culparse tan sólo a Ryokan de estas muertes? Si usted ahora presta oídos a las ideas de Ryuzo y de Ryokan, y me obliga a escribir este juramento, ¿no sería culpable igual que ellos?

No sé muy bien si los que me calumnian son meramente ignorantes de este principio causal, o si buscan hacerle daño a usted en forma deliberada. Sea como fuere, lo insto a que haga comparecer a los conspiradores que buscan utilizarme para provocar un incidente de gravedad, y lo exhorto a que nos someta a un careo en su presencia.


Con mi profundo respeto.


En el vigésimo quinto día del sexto mes, tercer año de Kenji (1277), signo cíclico hinoto-ushi.

Presentado por Shijo Nakatsukasa-no-jo Yorimoto.


Antecedentes


Esta petición fue escrita por Nichiren Daishonin en el sexto mes de 1277, en nombre de su leal seguidor Shijo Nakatsukasa Saburo Saemon-no-jo Yorimoto, o Shijo Kingo, quien había recibido una carta oficial de reconvención de su amo feudal, Ema Chikatoki. La petición, dirigida al señor Ema, afirma que Shijo Kingo estaba siendo víctima de calumnias infundadas.

En el noveno día del sexto mes, 1277, tuvo lugar un debate religioso en Kuwagayatsu, Kamakura, en cuyo transcurso un discípulo de Nichiren Daishonin llamado Sammi-ko (también conocido por su nombre más común, Sammi-bo) derrotó a Ryuzo-bo, sacerdote de la escuela Tendai que había sido expulsado del templo Enryaku-ji, en el monte Hiei, y que luego fue a Kamakura, donde obtuvo la protección de Ryokan, prior del templo Gokuraku-ji. La gente que presenció el debate se sintió tan complacida, que rogó a Sammi-bo que se quedara en el lugar y siguiera predicando.

Shijo Kingo había asistido como uno más del público. Sin embargo, sus enemigos dijeron al señor feudal Ema que él había interrumpido el debate por la fuerza para expresar desprecio a Ryuzo-bo y a su maestro Ryokan, venerado por Ema. Dos semanas después, Shijo Kingo recibió inesperadamente una carta oficial de su amo, donde este lo acusaba de tal comportamiento. Además, culpaba a Kingo de haber desobedecido a su señor y de haber incurrido en falta tanto desde el punto de vista del budismo como desde la costumbre secular; en la carta, se le ordenaba jurar por escrito que abandonaría la fe en el Sutra del loto. Si rehusaba hacerlo —⁠tal era la amenaza del señor Ema⁠—, le serían confiscados sus feudos y sería desterrado.

Shijo Kingo escribió de inmediato un informe detallado del asunto y lo envió, junto con la carta oficial, a Nichiren Daishonin, quien se encontraba en Minobu. En el informe, manifestaba su firme determinación de no escribir jamás ese juramento de renuncia a su fe, aunque le confiscaran las tierras.

El mensajero de Kingo partió de Kamakura la tarde del día veinticinco, y llegó a Minobu la noche del día veintisiete. Nichiren Daishonin se alegró de p.855saber que su discípulo estaba resuelto a mantener la fe y a propagar la Ley, aun a costa de su vida. También adivinó las maquinaciones de Ryokan y de Ryuzo-bo detrás del episodio. Así pues, escribió esta carta de petición en defensa de su discípulo, para alentar a Kingo, y puso como destinatario al señor feudal Ema. Sin embargo, al parecer, el petitorio no llegó a ser enviado.

En él, el Daishonin busca rectificar la errónea información del señor feudal Ema sobre la intervención de Kingo en el debate, y desenmascara las verdaderas intenciones de los sacerdotes Ryuzo-bo y Ryokan, para que el señor Ema entienda el error de sus enseñanzas. La petición también esclarece el verdadero significado de la lealtad que un vasallo debe a su señor feudal, tanto desde el enfoque budista como desde la perspectiva secular.


Notas


1. Al parecer, Shimada no Saemon y Yamashiro no Mimbu fueron dos vasallos del señor feudal Ema que, en calidad de mensajeros, llevaron la misiva oficial de este último a Shijo Kingo. Nichiren Daishonin escribió esta carta en nombre de su discípulo, Shijo Nakatsukasa Saburo Saemon-no-jo Yorimoto —⁠Shijo Kingo⁠—, y allí expresó la petición de este último a su amo, el señor Ema Chikatoki. «Yo» se refiere a Shijo Kingo, y «usted», al señor Ema.

2. «Templo de la gran imagen del Buda». Uno de los siete templos principales de Kamakura, donde se hallaba entronizada una imagen colosal del buda Amida.

3. Esta cita y la siguiente sintetizan las ideas de Kobo expresadas en el Tratado sobre los diez niveles de la mente, en La llave preciada del tesoro secreto y en Comparación entre el budismo exotérico y el esotérico. La «mantequilla clarificada» se refiere a la mantequilla más fina, que constituye el mejor de los cinco sabores (leche, crema, leche cuajada, mantequilla y mantequilla clarificada), y se emplea como metáfora de los sutras más elevados.

4. Basada en el Sutra de los profundos secretos, la escuela Características del Dharma divide a las personas en cinco categorías que se conocen como las «cinco naturalezas». Una de estas cinco es la que corresponde a los «seres animados que no poseen la naturaleza de la iluminación». Véase, en el Glosario, «cinco naturalezas».

5. La escuela Guirnalda de Flores divide la enseñanza perfecta —⁠la más elevada de las cinco enseñanzas⁠— en la raíz de la enseñanza y en las ramas de la enseñanza, y afirma que el Sutra de la guirnalda de flores es la raíz, y el Sutra del loto, las ramas.

6. Ideas contenidas en Profunda exposición sobre las enseñanzas de la escuela Guirnalda de Flores, de Ch’eng-kuan. La «enseñanza repentina» se refiere a aquellas doctrinas en las cuales el Buda expuso directamente su iluminación, sin haber impartido una instrucción previa. La «enseñanza gradual» alude a aquellas doctrinas que expuso el Buda para elevar en forma progresiva la capacidad de la población. Ch’eng-kuan afirmó que el Sutra de la guirnalda de flores representaba la enseñanza perfecta, dentro de la enseñanza repentina, y que el Sutra del loto representaba la enseñanza perfecta, dentro de la enseñanza gradual.

7. Ideas expuestas en la obra Elogio del renacimiento en la Tierra Pura, de Shan-tao.

8. Ideas expuestas en la obra Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas, de Honen.

9. La escuela Zen afirmaba que la esencia del budismo se transmitía de mente a mente y sostenía que la iluminación del Buda se había transferido por esta vía a Mahakashyapa y, luego, a los sucesivos patriarcas del Zen.

10. Sutra del loto, cap. 2.

11. Ib., cap. 11.

12. Ib., cap. 21.

13. Ib., cap. 2.

14. Ib., cap. 3.

15. «Tratados», aquí, se refiere a las obras de grandes bodhisattvas como Nagarjuna y Vasubandhu.

16. Sutra del loto, cap. 13.

17. El pasaje completo aparece en las páginas 850-851.

18. Nichiren Daishonin proclamó por primera vez la enseñanza de Nam-myoho-renge-kyo en el quinto año de Kencho (1253).

19. Esto se refiere al exilio de Izu, en 1261, y a la persecución de Tatsunokuchi, en 1271, con el consiguiente destierro a Sado.

20. Referencia a la persecución de Tatsunokuchi.

21. Los seis días de purificación son seis jornadas de cada mes, en las cuales los p.856seguidores laicos purificaban mente y cuerpo observando los ocho preceptos (véase el Glosario). Corresponden a los días 8, 14, 15, 23, 29 y 30 del mes.

22. «Los que observan los preceptos», en este párrafo, se refiere a los practicantes que observan los ocho preceptos; es decir, seguidores de la escuela Preceptos, liderada por Ryokan.

23. Gomyo (750-834) fue sacerdote de la escuela Características del Dharma. Según el Registro de los preceptos del único pensamiento, en 818, cuando el pueblo sufría a causa de una grave sequía, Dengyo respondió a una orden del emperador Saga y procedió a orar utilizando el Sutra del loto, el Sutra de la luz dorada y el Sutra de los reyes benevolentes. El tercer día, comenzó a llover. Gomyo oró para que lloviera junto a cuarenta de sus discípulos, empleando sólo el Sutra de los reyes benevolentes, y no llovió hasta el quinto día.

24. Shubin fue un sacerdote de la escuela Palabra Verdadera que vivió en el siglo ix. En 823, el emperador Saga le asignó el templo Sai-ji (Templo Occidental), mientras que a Kobo se le otorgó el templo To-ji (Templo Oriental). En la primavera de 824, durante una sequía, Shubin se enfrentó a Kobo en un reto para producir lluvias. Hizo llover al séptimo día, mientras que Kobo no consiguió hacerlo, ni siquiera al cabo de orar durante veintiún días.

25. Este sutra, traducido por Pu-k’ung, detalla el ritual de la oración para hacer llover y la conducta apropiada que debe observar aquel que lo lleve a cabo.

26. Templo de Kamakura que no ha subsistido hasta la época actual. En vista del texto, parecería haber sido un templo grande, bajo la supervisión de Ryokan.

27. Izumi Shikibu (n. c. 976), dama de la Corte, y Noin (n. 988), sacerdote poeta, en cuyos versos se mencionan oraciones por la lluvia.

28. Las ocho clases de tormentas abarcan, entre otros fenómenos, lluvias torrenciales, tornados y tempestades. Las explicaciones varían según la fuente, pero en todos los casos se refieren a condiciones climáticas violentas. Cuando Ryokan oró para que lloviera, en lugar de causar precipitaciones, provocó vientos destructivos.

29. Deidad considerada guardiana de la escuela Tendai y del monte Hiei.

30. Cheng Hsüan (127-200) fue un estudioso de la dinastía Han posterior, que escribió comentarios sobre el Clásico sobre la devoción filial, las Analectas y otras obras.

31. Compilación de anécdotas que surgieron en el período de la Primavera y el Otoño durante la dinastía Han anterior. Consta de diez fascículos escritos por Liu Hsiang (77-6 a. C.).

32. Ensayo sobre la protección del país.

33. Comentario sobre el «Sutra del nirvana».

34. Ib.

35. Sutra del loto, cap. 3. La cita se refiere a las virtudes del soberano y del padre. Una frase que hay al final de este pasaje, «Soy la única persona que puede rescatar y proteger a los demás», indica la virtud del maestro.

36. Ib.

37. Según el Comentario sobre «Gran concentración e introspección», las siete faltas capitales son las cinco faltas capitales (véase el Glosario) más las faltas de matar a un monje de gran virtud y de matar a un maestro.

38. Sutra del loto, cap. 3.

39. Se cree que la expresión «su padre», en el texto, se refiere a Ema Mitsutoki. Nakatsukasa Yorikazu, el padre de Yorimoto, había prestado servicio a Ema Mitsutoki. Tras la muerte de Yorikazu, Yorimoto sirvió tanto a Mitsutoki, quien para entonces había adoptado la vida de sacerdote laico, como a su hijo Chikatoki, destinatario de esta carta. En 1246, Mitsutoki cayó bajo sospecha de haber planeado una rebelión contra el regente Hojo Tokiyori y fue desterrado a Ema, en Izu.

40. Referencia a un infructuoso intento de tomar el poder perpetrado por Hojo Tokisuke, medio hermano mayor del regente Hojo Tokimune. En realidad, el atentado se produjo en el noveno año de Bun’ei (1272). La frase «el undécimo año de la era Bun’ei (1274)» (año de la invasión de las fuerzas mongolas) probablemente constituya un error. Entre los principales instigadores de la rebelión se contaron los hermanos menores de Ema Mitsutoki —⁠Noritoki y Tokiaki⁠—, quienes conspiraron para que Hojo Tokisuke asumiera la regencia. Estos dos, junto con Tokisuke, murieron ejecutados por su intervención en el asunto. Su sobrino, Ema Chikatoki, era señor feudal del clan Ema cuando se produjo la revuelta, y también sobre él recayeron sospechas de complicidad. Al parecer, los fieles vasallos de Chikatoki juraron suicidarse si su amo moría ejecutado.

41. Yoshinaka es Minamoto no Yoshinaka (1154-1184). También conocido como Kiso Yoshinaka. General del clan Minamoto que decapitó a Myoun, quincuagésimo quinto y quincuagésimo séptimo prior del templo Enryaku-jip.857cuando atacó el monte Hiei durante el combate entre los clanes Minamoto y Taira.

42. Sutra del loto, cap. 26.

43. Durante los disturbios de Jokyu, en 1221, las fuerzas imperiales resultaron vencidas en su intento de tomar el poder y derrocar el sogunato asentado en Kamakura. Esta derrota fortaleció el poder del gobierno de Kamakura sobre la nación y, en efecto, quebró el dominio del régimen imperial. El emperador retirado Gotoba, que había planeado el intento de derrocamiento, fue desterrado por el regente Hojo Yoshitoki a Oki, una isla en el mar del Japón.

44. Hojo Yoshitoki (1163-1224) era regente del sogunato de Kamakura cuando se produjeron los disturbios de Jokyu. El sogunato de Kamakura se asentó con base en Kanto (en la región oriental del Japón), mientras que la Corte Imperial se hallaba situada en Kioto, en la zona occidental del país.

45. Los preceptos del Hinayana se dividen en varias categorías, como los cinco preceptos, los ocho preceptos (estas dos clases se aplican a los creyentes laicos), los diez preceptos para novicios y novicias de la Orden budista, los doscientos cincuenta preceptos para monjes de ordenación plena y los quinientos preceptos para las monjas de ordenación plena. Ryokan, a quien el señor feudal Ema veneraba como mentor, se enorgullecía de observar los doscientos cincuenta preceptos.

46. Sutra Vimalakirti. Esto significa que no hay que exhortar a las personas de capacidad superior a que observen los preceptos del Hinayana. También se refiere a la inferioridad del Hinayana en comparación con las enseñanzas del Mahayana.

47. Presuntamente, paráfrasis de un pasaje del Sutra Angulimala.

48. Las «diecisiete falencias» se refieren a las razones por las cuales los preceptos del Hinayana son inferiores a los del Mahayana, según el Sutra de las reglas monásticas puras. Por ejemplo, los preceptos del Hinayana reflejan el rechazo a los tres mundos, el ámbito donde habitan los seres no iluminados, mientras que los preceptos del Mahayana no abominan de ellos; los preceptos del Hinayana desdeñan los beneficios, mientras que los preceptos del Mahayana los incluyen.

49. Comparaciones mediante las cuales el buda Shakyamuni recalcó la superioridad de los preceptos del Mahayana sobre los del Hinayana, según el Sutra de las reglas monásticas puras. Por ejemplo, los preceptos del Hinayana observados por los discípulos que escuchan la voz ni siquiera producen beneficios tan pequeños como la huella de una pezuña de vaca, mientras que los preceptos del Mahayana observados por los bodhisattvas producen beneficios inmensos como el océano.

50. Se dice que la leche de burra es tan desagradable que no se puede beber, mientras que la leche de vaca (los preceptos del Mahayana) sacia la sed y nutre la vida. Con esta metáfora, Dengyo indicó que los preceptos del Hinayana no conducían a la iluminación. Además, empleó la analogía de un sapo para denunciar el ciego apego a los preceptos del Hinayana, como ilustra la imagen de «una rana en un pozo». Jikaku cita estas analogías en su Tratado de esclarecimiento y elogio a los preceptos del Mahayana.

51. Referencia a los líderes de las seis escuelas de Nara, que observaban los preceptos del Hinayana establecidos en el Japón por Ganjin (688-763), sacerdote de la escuela china Preceptos.

52. Rebelión encabezada por Hojo Tokisuke en el segundo mes de 1272. Véase también la nota 40.

53. La expresión «miembros del clan Nagoe» se refiere a Tokiaki y a Noritoki, hermanos menores de Ema Mitsutoki y tíos de Chikatoki. Ya que Tomotoki, padre de Mitsutoki, vivía en Nagoe, Kamakura, su familia se hizo conocer como «clan Nagoe».