En el séptimo volumen del Sutra del loto de la Ley prodigiosa se señala: «Aunque alguien colmase los miles de millones de mundos con los siete tesoros como ofrenda al Buda y a los grandes bodhisattvas, pratyekabuddhas y arhats, los beneficios que obtendría esa persona no podrían igualarse a los que recibiría el que aceptara y practicara este Sutra del loto, ¡aunque sólo fuese una estrofa de cuatro versos! Esta enseñanza es la que prodiga los beneficios más numerosos».1
En el décimo volumen de Palabras y frases del «Sutra del loto» se afirma: «La declaración de que ofrendar siete clases de tesoros a las cuatro clases de venerables2 no se compara con practicar una estrofa [del Sutra del loto] indica que la Ley es el maestro de dichos venerables. Nada supera la Ley en su capacidad de producir generación, nutrición, maduración y prosperidad. Por lo tanto, la persona es insignificante mientras que la Ley es suprema». En el décimo volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”» se afirma: «Es semejante al caso de los padres, que invariablemente protegen a sus hijos cumpliendo estas cuatro funciones. Albergar el deseo de buscar el Camino mediante el poder de la Ley es nacer. Seguir la Ley desde el comienzo hasta el final es nutrirse. Cosechar el supremo fruto de la Budeidad es llegar a la madurez. Aparecer en el mundo fenoménico con diversas formas para salvar a los seres es prosperar. Aunque estas cuatro etapas difieran entre sí, todas tienen a la Ley como base».
Lo que el Sutra del loto, T’ien-t’ai y Miao-lo quieren decir es que el acto de aceptar y practicar, o de proteger y abrazar una estrofa del Sutra del loto, supera el acto de hacer ofrendas a todos los seres vivos, de hacer ofrendas a los arhats, o hasta de colmar todo el gran sistema planetario de tesoros de siete clases y ofrendárselos a todos los budas.
En el sutra leemos: «[Los beneficios que obtendría esa persona] no podrían igualarse a los que recibiría el que aceptara y practicara este Sutra del loto, ¡aunque sólo fuese una estrofa de cuatro versos! Esta enseñanza es la que prodiga los beneficios más numerosos». T’ien-t’ai afirma: «La persona es insignificante, mientras que la Ley es suprema». Miao-lo sostiene: «Aunque estas cuatro etapas difieran entre sí, todas tienen a la Ley como base». Si comparamos a todos los seres vivos de los nueve estados con el Buda, la buena fortuna de aquellos es liviana como un solo cabello, mientras que la del Buda es pesada como una inmensa montaña. Y si la buena fortuna de todos los budas fuera liviana como la túnica de peso pluma de Brahma,3 en tal caso la buena p.1019fortuna de un solo ideograma del Sutra del loto sería pesada como la Tierra. En la frase «la persona es insignificante», «persona» se refiere al Buda, y la Ley que es suprema se refiere al Sutra del loto.
Todas las enseñanzas anteriores al Sutra del loto y todos los tratados basados en ellas elogian los beneficios conferidos por el Buda, así que en tal aspecto son como el Buda. El Sutra del loto ensalza los beneficios otorgados por el sutra, y por eso es como el padre y la madre del Buda. La inferioridad del Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra Mahavairochana y las demás escrituras con respecto al Sutra del loto es tan notoria como la diferencia de peso entre un cabello y una inmensa montaña, o entre una túnica de peso pluma y la Tierra. Si comparamos al más humilde devoto del Sutra del loto con los sacerdotes de máximo rango de las escuelas Guirnalda de Flores o Palabra Verdadera, la superioridad del primero [sobre los segundos] es tan grande como la de Shakra sobre un mono, o la de un león sobre una liebre.
Cuando un súbdito proclama que es rey, debe pagarlo con la vida. Cuando los practicantes de los demás sutras sostienen que superan al devoto del Sutra del loto, el país sin falta cae en la ruina, y esas personas se hunden en el infierno. Cuando uno no tiene enemigos a su alrededor, es libre de hablar con tanta falsedad y de actuar con tanta insensatez como quiera. Para dar un ejemplo, se dice que antes de que aparecieran Sadamori y Yoriyoshi,4 Masakado y Sadato podían gobernar sus tierras y mantener a salvo a sus esposas e hijos. Sin una fuerza antagónica que se lo impida, el rocío se evapora en dirección al cielo, y la lluvia cae a la tierra. Sin embargo, un fuerte viento es capaz de empujar la lluvia en dirección al cielo, y el sol, cuando asoma, hace que el rocío retorne a la tierra. Del mismo modo, antes de que apareciera Dengyo, las seis escuelas —entre ellas, Guirnalda de Flores— eran como el rocío [que se evapora hacia el cielo]. La escuela Palabra Verdadera es igual; por lo tanto, sepa que cuando aparezca un fuerte enemigo y ataque a esta escuela ferozmente blandiendo el Sutra del loto, el prior del monte Hiei y todos los sacerdotes del To-ji y de Omuro serán como el rocío a la hora que sale el sol.
En los más de dos mil doscientos años transcurridos desde la muerte del Buda, nadie había explicado y propagado el Sutra del loto tal como este enseña. No estoy diciendo que T’ien-t’ai o Dengyo no hayan comprendido la verdad del sutra; pero como no había llegado la época propicia, y la capacidad de la población no era la adecuada, ambos murieron sin haber escrito cabalmente sobre ella. Sin embargo, los que se han convertido en discípulos de Nichiren pueden entenderla sin dificultad.
En todo el territorio de Jambudvipa, nunca había existido hasta ahora un salón o una pagoda con una imagen del buda Shakyamuni del capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto.5 Pero ahora, ¿podría no aparecer esta imagen? No me extenderé aquí, porque sería algo muy largo de explicar.
Usted me ha enviado ciento veinte brotes de bambú, y el Sutra del loto ha aparecido después de más de dos milenios. Le expuse este asunto porque, aunque parezca que su obsequio es insignificante, su sinceridad es en verdad profunda. Por otro lado, en la época actual, la gente está muy ajetreada con la labranza y la construcción del santuario. Sin embargo, como su espíritu de búsqueda es tan ardiente, estoy seguro de que la Ley se ha manifestado en usted.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el undécimo día del quinto mes.
Respuesta a Nishiyama
p.1020Antecedentes
Esta carta fue escrita en el quinto mes del segundo año de Koan (1279) y enviada en respuesta a un obsequio de brotes de bambú que el Daishonin había recibido del sacerdote laico Nishiyama, un seguidor oriundo de Nishiyama, distrito de Fuji, provincia de Suruga. Al parecer, este visitaba ocasionalmente al Daishonin en Minobu para llevarle obsequios. Se conservan seis cartas dirigidas a él, entre las cuales se cuentan esta, Tres maestros del Tripitaka oran para que llueva y Los enviados mongoles. En general, se acepta que Nishiyama fue Ouchi Tasaburo Taira no Yasukiyo, administrador de la aldea de Nishiyama. Pero otra explicación asegura que, en realidad, fue pariente de esta persona.
Aunque se trata de una breve carta, contiene enseñanzas importantes. En primer lugar, el Daishonin pone de relieve los beneficios que uno obtiene cuando practica una sola estrofa del Sutra del loto, y explica que son superiores incluso a los que recibe una persona al obsequiar al Buda joyas de las siete clases en cantidad suficiente para colmar todo un gran sistema planetario. Luego, destaca que él está propagando una Ley insuperable que nadie había dado a conocer antes.
Notas
1. Sutra del loto, cap. 23.
2. Las cuatro clases de venerables son los budas, los bodhisattvas, los pratyekabuddhas y los arhats.
3. «Túnica peso pluma» es la traducción del término «túnica de tres shus». Suele aparecer en escrituras budistas en alusión al manto que llevan puestos los seres celestiales. El shu es una unidad de peso; tres shus equivalen más o menos a tres gramos.
4. Taira no Sadamori (s. f.) asesinó a su primo Taira no Masakado (m. 940) cuando este último se rebeló contra la Corte Imperial. Minamoto no Yoriyoshi (s. f.), uno de los jefes del ejército imperial, derrotó y ejecutó a Abe no Sadato (1019-1062) cuando este se enfrentó al poder del imperio.
5. Aquí, la expresión «buda Shakyamuni del capítulo "Duración de la vida”» se refiere a Nam-myoho-renge-kyo o a la Ley implícita en lo profundo del capítulo homónimo.