En su carta, usted preguntaba de qué manera variaba la retribución, de acuerdo con el grado de los actos contra la enseñanza correcta. En primer lugar, el Sutra del loto se expuso para guiar a todos los seres vivos hacia el Camino del Buda. Sin embargo, sólo logran la Budeidad aquellos que tienen fe en dicho sutra. Los que actúan contra él caen en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Como afirma el sutra: «El que no tiene fe en este sutra y, en cambio, actúa contra él, inmediatamente destruirá todas las semillas que le permitirán ser un buda en este mundo. [...] Cuando su vida concluya, entrará en el infierno Avichi».1
Hay muchos grados de acciones contra la Ley: superficiales y profundas, leves y graves. Aun entre aquellos que abrazan el Sutra del loto, muy pocos lo mantienen firmemente, tanto en su corazón como en su comportamiento. Pocos son los creyentes que pueden sostener la práctica de este sutra. Pero quienes lo hagan no sufrirán una retribución grave, aun cuando hayan cometido faltas ligeras contra el sutra: su fe firme redimirá sus malas acciones, así como un gran torrente de agua apaga un fuego pequeño.
En el Sutra del nirvana se afirma: «Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz».
Esta advertencia me impulsó a denunciar los actos contra la Ley, pese a las diversas persecuciones que debí soportar, pues si no lo hacía podía convertirme en enemigo de la enseñanza del Buda.
Sin embargo, los actos contra la Ley pueden ser leves o graves, y a veces es mejor dejarlos pasar que denunciarlos. Las escuelas Tendai y Palabra Verdadera denigran el Sutra del loto y deben ser refutadas con rigor. Pero sin una gran sabiduría, es difícil diferenciar correctamente sus doctrinas de las enseñanzas que expone Nichiren. Por lo tanto, a veces nos abstenemos de atacarlas, tal como hice en Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra.2
Pero, ya sea que las denunciemos o no, a los que cometan graves actos contra la Ley les será difícil eludir la retribución. Cuando uno ve y escucha actos contra la Ley que podrían ser evitados con una palabra de advertencia, y así y todo guarda silencio, está destruyendo el don de la vista y del oído, además de ser una persona falta de absoluta compasión.
Chang-an escribe: «Si uno se considera amigo de alguien pero carece del amor compasivo necesario para p.656corregirlo, en realidad es su enemigo».3 Las consecuencias de una grave falta son extremadamente difíciles de borrar. Lo más importante es fortalecer siempre nuestro deseo de beneficiar a los demás.
Cuando la ofensa de una persona es leve, a veces es necesario hacerla reflexionar, pero otras veces no hace falta, pues hay gente capaz de enmendarse sin necesidad de que le llamen la atención. Cuando sea necesario, reprenda a una persona por sus actos contra la Ley, para que ambos puedan evitar las consecuencias que ellos generan. Luego, perdónela. El punto es que hasta las pequeñas denigraciones pueden dar lugar a otras más grandes, y, en este caso, los efectos que uno se expondría a sufrir serían mucho peores. Esto es [lo que quiso decir Chang-an cuando escribió]: «Quien libra del mal al que actúa erradamente es como un padre para esa persona».4
Entre los discípulos y creyentes laicos de Nichiren hay muchos ejemplos semejantes de acciones contra la Ley. Estoy seguro de que usted habrá oído hablar del sacerdote laico Ichinosawa. A puertas cerradas, se considera seguidor de Nichiren, pero públicamente sigue perteneciendo a la escuela Nembutsu. ¿Qué debería hacerse con respecto a su próxima existencia? Así y todo, le obsequié los diez volúmenes del Sutra del loto.5
Fortalezca su fe, ahora más que nunca. Todo aquel que enseña a los demás los principios del budismo se expone a generar el odio de hombres y mujeres, sacerdotes y monjas. Pues que digan lo que quieran. Confíe en las enseñanzas de oro del Sutra del loto, el buda Shakyamuni, T’ien-t’ai, Miao-lo, Dengyo y Chang-an. A esto se refiere la expresión «practicar de acuerdo con las enseñanzas del Buda». El Sutra del loto afirma: «Si en esa época temible uno puede predicar este sutra, aunque sea por un instante, [merecerá recibir limosnas de todos los seres celestiales y de todos los seres humanos]».6 Este pasaje explica que en la era perversa del Último Día de la Ley, cuando abunden las malas personas manchadas por los tres venenos, todo aquel que crea en la enseñanza correcta y la ponga en práctica, aunque sea por corto tiempo, recibirá ofrendas de los seres humanos y celestiales.
Ahora, usted debe hacer un gran juramento y orar por su próxima existencia. Si descree de la enseñanza correcta o actúa contra ella, aun en lo más mínimo, con toda seguridad caerá en la gran ciudadela del infierno del sufrimiento incesante. Supongamos que un barco navega en alta mar. Aunque esté sólidamente construido, si se abre una grieta y el agua se filtra en la nave, todos los que estén a bordo naufragarán juntos. Aunque el caballón que separa los campos de arroz sea resistente, si una hormiga cava un orificio de lado a lado, tarde o temprano el agua terminará escurriéndose y vaciando el arrozal. Quite del barco de su vida el agua salobre de la duda y de los actos contra la Ley, y refuerce los muros de su fe. Si la falta de un creyente es leve, pásela por alto y guíe a esa persona para que obtenga beneficios. Si es grave, aliéntela a fortalecer su fe para que pueda expiar la falta cometida.
Usted es, sin duda alguna, una mujer extraordinaria por pedirme que le explique los efectos de las diversas acciones contra la Ley. En todos los aspectos, es admirable como la hija del Rey Dragón, cuando dijo: «Despliego las doctrinas del gran vehículo para rescatar a los seres vivos del sufrimiento».7 El Sutra del loto señala: «Será realmente difícil poder preguntar sobre su significado».8 Hay muy pocas personas que inquieran sobre el significado del Sutra del loto. Tenga siempre la determinación de denunciar los actos contra la enseñanza correcta, al máximo de su capacidad. Es en p.657verdad espléndido que me esté ayudando a revelar mis enseñanzas.
Respetuosamente,
Nichiren
En el tercer día del noveno mes.
Respuesta a la monja laica y esposa de Abutsu-bo
Antecedentes
Esta carta data del tercer día del noveno mes, y no indica el año, aunque se piensa que pudo haber sido 1275, un año y medio después de que el Daishonin regresara de su exilio a la isla de Sado. Está dirigida a la monja laica Sennichi, esposa de Abutsu-bo.
El texto responde a una pregunta que la monja laica le había dirigido, sobre los efectos de los distintos grados de acciones contra la enseñanza correcta. El Daishonin dice: «Si la falta de un creyente es leve, pásela por alto y guíe a esa persona para que obtenga beneficios. Si es grave, aliéntela a fortalecer su fe para que pueda expiar la falta cometida». Pero hay que prestar atención a lo que advierte: «Hasta las pequeñas denigraciones pueden dar lugar a otras más grandes, y, en este caso, los efectos que uno se expondría a sufrir serían mucho peores». A continuación, el Daishonin elogia a la monja laica Sennichi por haber formulado una pregunta sobre las acciones contra la enseñanza correcta.
Notas
1. Sutra del loto, cap. 3.
2. Esta obra refuta, principalmente, las doctrinas de la escuela Tierra Pura.
3. Comentario sobre el «Sutra del nirvana».
4. Ib.
5. Los diez volúmenes del Sutra del loto consisten en ocho volúmenes del Sutra del loto en sí, más dos sutras relacionados, que se conocen como el Sutra de los infinitos significados y el Sutra Sabio Universal. Ichinosawa (m. 1278) fue un sacerdote laico de la escuela Tierra Pura. El cuarto mes de 1272, mientras aún cumplía su destierro en Sado, el Daishonin fue transferido de Tsukahara a la relativa comodidad de la finca de Ichinosawa. En otra carta, escrita a la esposa del sacerdote laico Ichinosawa, el Daishonin expresa sus dudas acerca de confiar un ejemplar del Sutra del loto a una persona como Ichinosawa, cuyo compromiso con la fe era incierto. Pero dice que se siente obligado a hacerlo en virtud de una promesa anterior.
6. Sutra del loto, cap. 11.
7. Ib., cap. 12.
8. Ib., cap. 11.